Una lección de rock con los grandes maestros del género

Si el Monte Rushmore destacase por los rockeros en lugar de por los presidentes de Estados Unidos, las caras de Neil Young y de Bruce Springsteen seguramente estarían esculpidas allí.

Los dos viejos líderes mostraron justamente por qué son venerados por sus fans de todas las edades en el festival Hard Rock Calling, en el céntrico Hyde Park de Londres, este fin de semana, en espectáculos llenos de pasión, energía y canciones de todos los tiempos.

Sir Paul McCartney se unió a Young en el escenario para los bises, y literalmente quedó a los pies del canadiense mientras tocaban una versión de los Beatles "A Day in the Life".

Con 63 y 59 años, respectivamente, ni Young ni Springsteen han estado quietos los últimos años. Ambos lanzaron nuevos discos en los últimos meses que obtuvieron buenos resultados pero que no han llegado a alcanzar la importancia de sus pasados clásicos.

Ambos se opusieron al ex mandatario de Estados Unidos George W. Bush y la guerra de Irak. Springsteen apostó por Barack Obama y tocó en su inauguración presidencial.

La política fue la gran ausente de sus conciertos de Hyde Park, ya que estuvieron centrados en entretener a las multitudes veraniegas de Londres, tras tocar en el festival de Glastonbury a comienzos de la semana.

Young se lanzó al escenario la noche del sábado como si fuera un viejo montañero que busca refugio en una tormenta, con su enmarañado y fino cabello, rasgos duros y patillas. No es conocido por complacer a su público, pero realizó una agradable actuación basada en "Harvest", su disco más conocido.

Tomando el escenario con la E. Street Band, vestidos de negro, Springsteen comenzó con "London Calling" de The Clash. Después volvió a un terreno más familiar con "Badlands" y el ritmo no decayó en las tres horas siguientes.

Springsteen corrió por el escenario, bailó y se pavoneó en una plataforma especial para acercarse a los fans y recoger las peticiones de canciones.