Ariel Winograd aseguró que “El robo del siglo” es “una gran aventura” basada en el libro “Sin armas ni rencores”, de Rodolfo Palacios, y que “tiene una comedia natural a partir de todo lo que sucedió”, fiel al estilo de cine que marcó su carrera. Winograd impactó desde el inicio con su ópera prima “Cara de queso” (2006) una historia que trataba en tono de comedia el asedio que sufría un grupo de chicos judíos por parte de sus compañeros durante sus vacaciones en un club.
Luego vendrían “Mi primera boda” (2011) basada en las propias vivencias de Winograd y su esposa durante su fiesta de casamiento, con las actuaciones de Natalia Oreiro y Daniel Hendler. Le siguieron “Vino para robar” (2013), con Valeria Bertucelli y Daniel Hendler; “Sin hijos” (2015), con Diego Peretti y Maribel Verdú; “Permitidos” (2016), con Lali Espósito y Martín Piroyanski y “Mamá se fue de viaje” (2017), con Diego Peretti y Carla Peterson. Actualmente está trabajando en “Hoy se arregla el mundo”, con Leonardo Sbaraglia, Natalia Oreiro, Luis Luque y Charo López, sobre un padre que tiene una relación distante con su hijo hasta que se entera que no es su hijo y lo ayuda a encontrar a su verdadero padre.
Según contó el director, su interés por el episodio se dio a partir de las posibilidades que ofrecía por su potencial narrativo. “Me pareció muy interesante la historia para contar desde los aspectos narrativos, contar quiénes eran estos personajes, cómo se les ocurrió, cómo fueron los hechos ahí adentro, tenía elementos para contar dentro de este género como una gran aventura”.
El robo al Banco Río es considerado, según algunos, como uno de los robos más espectaculares de la historia argentina y uno de los mejores del mundo.
En ese sentido, Winograd aclaró que su interés no implica darle su aprobación como hecho delictivo. “Obviamente que me interesó sin avalarlo, siempre desde el terreno de la ficción, porque desde el lugar narrativo es una historia que planteaba muchos desafíos para encarar. Me atrapó mucho el desafío de contar la historia. Obviamente que algunos nombres fueron modificados y hay tramas ficcionalizadas en función del guión, pero un 85 por ciento es real. No se tocó mucho”, señaló.
Fernando Araujo, el ideólogo del robo, se transformó en una celebridad vinculada con Andrés Calamaro, Gastón Gaudio, el baterista y bandoneonista Fernando Samalea y el cineasta Luis Ortega, y actualmente prepara el guión de su próxima película, además de haberse desempeñado como coguionista de “El robo del siglo”. Según Winograd, Araujo “fue una fuente de consulta, narrativamente hablando. Obviamente esta película está basada en el libro de Rodolfo Palacios, «Sin armas ni rencores» donde cuenta la historia”.
A pesar de ser un hecho delictivo, el director dijo que algunos detalles permitieron imprimir un tono de comedia al filme. “Tiene una comedia natural a partir de lo que sucedió, nada está puesto de manera forzada para generar comedia o hacer algo forzado. Imaginate la historia de un grupo de cinco personas, uno de ellos tiene que ir a estudiar teatro para hacer todo un guión actuado de que era un supuesto robo exprés a un banco y montar un espectáculo para el afuera mientras que, sin que nadie sepa, habían hecho un boquete llevando la plata por otro lado. O cuando hay un momento en el que le festejan el cumpleaños a una de las rehenes antes de liberarla. Los elementos de comedia están dados por lo absurdo y es lo que sucedió”.
El cine siempre tuvo fascinación por los robos espectaculares, al punto de revestir el hecho o a sus protagonistas con un espíritu épico o romántico. Aunque el director coincidió en ese punto, señaló las diferencias con su filme: “En este caso no hay una intención de plantearlos como héroes, sino de tratar de contar lo que sucedió. Inclusive el personaje de Miguel Sileo, que es el negociador, que lo interpreta Luis Luque, no busca nada de apología ni plantarse en ese lugar. Desde lo romántico sí, creo que fue un robo romántico por algunos elementos como utilizar réplicas de armas, dejar un cartelito para que lo vean todos. Tiene esos elementos que lo hacen particular, pero ellos sabían que por el protocolo y por la masacre de Ramallo no iba a entrar la policía. Tenían muy estudiado todo lo que iba a pasar. Respetaron un guión. En cada etapa tenían en claro qué querían hacer. Desde ahí sí hay algo romántico, pero no romántico a lo Robin Hood”.
Mañana se cumplen 14 años del robo y por la fecha en que sucedió, Winograd dijo que se trata del “último robo analógico”. “A partir de este robo cambiaron todas las medidas de seguridad de los bancos, hubo un cambio de época tecnológico muy fuerte, desde los celulares, la información que llegaba sólo por los canales de aire y cable. No creo que esto se pudiera hacer en este momento porque era otra tecnología”.