Hace 25 años, un grupo de poetas argentinos, conocidos como los poetas de los 90, o los poetas de la revista "18 Whiskys", entre los que se encontraban Fabián Casas, Daniel Durand, Laura Wittner, Mario Varela, Juan Desiderio y Rodolfo Edwards, participaron en un documental del rosarino Mario Varela que era una competencia etílica por bares de San Telmo, en Buenos Aires. Retomando ese archivo, Varela grabó el documental "La vida que te agenciaste" que da cuenta de ese grupo de amigos escritores al día de hoy, que el jueves se estrena en salas porteñas.
Nacido en Rosario, Varela es ex alumno del colegio San José y de la Dante Alighieri, vivió en la ciudad hasta terminar el colegio secundario. Vivió varios años entre Bariloche y Buenos Aires, donde estudió en la Escuela de Cine de Avellaneda. Conserva vínculos con la ciudad a través de familiares, y espera poder estrenar pronto el filme en su ciudad a través de gestiones en curso con el Espacio Incaa, el cine El Cairo y la Biblioteca Vigil. Entre otros trabajos como camarógrafo, es un colaborador frecuente en películas de José Celestino Campusano como "El sacrificio de Nehuén Puyelli", "El azote", "Hombres de piel dura" y "Bajo mi piel morena", estas dos últimas aún sin estrenar.
El filme transcurre entre las montañas de la Patagonia hasta una playa alejada en Filipinas, pasando por Tokio, Buenos Aires y Rosario. En el documental la ciudad está presente en escenas grabadas durante el Festival de Poesía del año pasado en el Centro Cultural Fontanarrosa al que asistieron Sebastián Bianchi, Sergio Raimondi y Rodolfo Edwards, tres los poetas de la revista "18 Whiskys".
Sobre las razones que lo impulsaron a grabar este trabajo, Varela recuerda: "Hace 25 años había hecho el documental «Rally París-Dakar», una competencia etílica con los poetas de la «18 Whiskys». Lo presenté en la Escuela de Cine y me bocharon aunque fue un documental que siempre defendí a rajatabla. Tenía cámara movida, blanco y negro, fuera de foco, algo que ahora es más normal, pero en esa época tuvo mucha resistencia y siempre me quedó una deuda con ese trabajo que circuló en los medios literarios para ver a estos poetas de jóvenes emborrachándose. Hablando con Laura Wittner, la poeta, ella me contaba de su vida, yo de la mía, y me dice «mirá la vida que te agenciaste». Ahí junté las dos cosas y pensé qué vida se habrían agenciado todos los demás amigos de ese grupo".
"Yo venía de hacer graffitis en las paredes de Rosario, de hacer una revista de historietas, de tener la sabia experiencia de una novia un par de años mayor, de exiliarme en la montaña durante los veranos, para finalmente mudarme a Buenos Aires", dice Varela y añade: "Para mí todo era aventura y los 90 sólo podían proveer gratas sorpresas. Ya hacia el fin de la secundaria había escrito algunos poemas y en un encuentro de poetas en Rosario conocí al escritor Juan Desiderio que abiertamente me dijo que si viajaba a Buenos Aires lo busque".
Así ocurrió y por su intermedio, en un encuentro de poesía argentina y de bienvenida a Juan Gelman, conoció a los poetas Daniel Durand, Darío Rojo, Fabián Casas y José Villa. En ese momento, como estudiante de la Escuela de Arte Cinematográfico de Avellaneda, tuvo que hacer una práctica documental de la cual surgió el recorrido por los bares porteños donde los competidores y jueces eran los poetas. La competencia consistía en recorrer ocho bares y en cada uno tomar una bebida distinta. "El que llegara en mejor estado al final del recorrido ganaba la competencia y el resultado terminó siendo un aquelarre", dice Varela.
Ese primer documental fue el germen de "La vida que te agenciaste" que llega un cuarto de siglo más tarde a la vida de algunos de aquellos compañeros de ruta. "Idas, venidas, otras actividades y otras maneras de pensar nos fueron alejando unos de otros y cada uno se agenció la vida que quiso, o la que pudo. Veinticinco años después, estos poetas rebeldes, se juntan en restaurantes chinos a comer platos exóticos, o dan clases en instituciones de prestigio. O atienden a sus alumnos alrededor de mesas de té. O se van a Cannes y caminan por la alfombra roja con una bandera de San Lorenzo de Almagro en la espalda", comenta.
Sobre los objetivos del documental, Varela explica: "Dar a conocer la poesía que se escribía en ese momento, poesía que influye la literatura argentina actual, es una deuda pendiente en mi trabajo artístico. Algo que me atraía de realizar este documental era reflejar la amistad de años entre los protagonistas y el realizador. Dando esta relación la oportunidad ideal para una puesta de actitud relajada creando un ámbito para que los protagonistas puedan ser como son con sus amigos, preguntar en quiénes sobrevivió la vieja llama o cómo fueron cambiando sus vidas", concluyó.