Cuatro mujeres integrantes de un coro se reúnen a tomar el té. Cada una tiene su historia y sus preocupaciones, su carácter y personalidad, y la comunión siempre es difícil. Para dar cuenta de las luces y las miserias humanas —puestas en la piel de cuatro actores trabajando su lado femenino—, utilizar el humor como un puente hacia la introspección, y con la intención de continuar con su labor pedagógica, el Teatro Experimental El Rayo Misterioso presenta los jueves y los viernes de febrero a la compañía de repertorio de su escuela haciendo "Pleurotus Fulminaris", un texto de su creador, Aldo El-Jatib, bajo la dirección de María de los Ángeles Oliver.
Fue estrenada en 2003 y tuvo otra versión en 2013, y hoy la obra es una herramienta de la llamada Compañía de Repertorio. Se trata de la punta de lanza de un proyecto que pone el acento no solamente en la simple formación actoral, los cuatro intérpretes hay sido alumnos de esa escuela, sino también en la producción teatral concreta. Asimismo, en esta ocasión, hasta se decidió hacer una temporada veraniega con excelentes resultados en términos de convocatoria. De allí que la puesta vale también por su inclinación a la experimentación.
Féminas. Es interesante observar cómo cada uno de los actores hurgó en su parte femenina y construyó su personaje. Mientras que la Ortensia de Juan Manuel Ruffa, directora del coro, está abocada a su rol, tiene el mando y un perfil conciliador, la Ivonne de Yamil Barbero sobresale por su ensoñación filosófica y su entereza interpretativa. A su vez, la Laura de Iván Brodoloni es una rubia de dolorosa juventud y la Chichita de Juan Ignacio Manresa es cómica en su masculinidad desbordante. Hace un bolo Sebastián Arriete como el mozo.
Además, la escenografía no es tal, es la decoración del espacio que antecede a la sala de El Rayo. La acción se desarrolla entre las mesas y sillas del bar real, y debido a su suma cercanía hasta pareciera que los espectadores se inmiscuyen en la conversación de estas cuatro señoras. Excepto cuando el grupo estaba instalado en el bajo San Martín y por alguna lectura unipersonal, es la primera vez que se utiliza este artilugio escénico en calle Salta.
Y si bien la muestra de diciembre y una parte de la temporada la obra fue dirigida por El-Jatib, ahora la dirección está en manos de Oliver. Discípula de aquel, la también actriz intentó mantener vivos los valores que se enseñan en la escuela de la agrupación y que podrían ya leerse como característicos de los trabajos de El Rayo.
De autor. El texto no es intrincado en sí mismo, pero tiene particularidades de su autor, por ejemplo asociaciones o juegos de palabras, que pueden leerse en "Litófagas", también su haber. De allí que sea necesaria una muy estricta relación entre la rigurosidad en la oratoria del libro y la precisión en el manejo del cuerpo y del habla.
Sometido entonces el texto al momento de la situación expositiva, objetivo que se logra con un gran esfuerzo por parte de los actores, la obra entra en un cauto ritmo, a través del cual se intenta lograr un ciclo de tensión y atención ayudado, en este caso, por una respetada marcación de los movimientos y alocuciones, y, claro, por la comicidad de la obra.
Así, en medio de una animada conversación, que en algún momento pierde su cariz femenino y en otros su lado amistoso, van apareciendo y desapareciendo las pequeñas motivaciones que unen a los cuatro personajes. En tanto, "Pleurotus Fulminaris" se mofa de la cruel cotidianeidad de esas mujeres y las humaniza en sus confesiones y deseos. Y con servicio incluido.