Cuando parecía que todo quedaría en el fondo del cajón de la nostalgia ochentosa, "Mad Max" volvió del pasado, sin Mel Gibson ni Tina Turner, pero con el versátil actor inglés Tom Hardy y la australiana Charlize Theron, una de las actrices más singulares de Hollywood. Se trata de "Mad Max. Furia en el camino", la cuarta entrega de la saga creada por Frank Miller en 1980 y que se estrena hoy en Rosario.
El nuevo episodio, que se proyectará fuera de competencia hoy en la segunda jornada del Festival de Cannes en calidad de estreno mundial, está centrado en un universo postapocalíptico en el que se lucha por el combustible y el agua, y marca el retorno de "Mad Max" treinta años después de que Mel Gibson introdujese a su héroe en la leyenda.
Esta cuarta entrega tendrá a Hardy en el papel estelar de Max Rockatansky y a Theron en el de Emperatriz Furiosa. La película está producida por Kennedy Miller Mitchell y marca el retorno de Frank Miller al género de acción y ciencia ficción, responsable de toda la saga.
La serie se inició en 1979 con "Mad Max", continuó en 1981 con "Mad Max 2. El guerrero de la carretera", y se cerró en 1985 con "Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno".
La película está ambientada en una distópica Australia donde el policía Max Rockatansky da batalla a criminales endurecidos. Remolques y autos sofisticados retrofuturistas protagonizan escenas con persecuciones, explosiones y de lucha contra un telón de fondo del desierto estéril.
"Es realmente importante que George esté tan entusiasmado con su antiguo legado de «Mad Max», y sobre todo volviendo a los páramos con su personaje Mad Max y con un nuevo protagonismo a Furiosa", dijo Hardy. "Tener una protagonista femenina con tanta personalidad deja abierta la puerta para que estos dos personajes sigan adelante con sus propios territorios".
La primera incursión en la saga "Mad Max" fue la ópera prima del director australiano. La versión de 1980 recaudó 8,75 millones de dólares, pero cinco años más tarde la siguiente entrega alcanzó esa cifra sólo en el fin de semana.
Miller dirigió en 1987 otro de sus grandes éxitos internacionales, "Las brujas de Eastwick", y produjo luego para Hollywood varias series de televisión y telefilmes, así como tres largometrajes más.
En 1992, su "Un milagro para Lorenzo" le llevó a las candidaturas al Oscar al mejor guión. Finalmente ganaría el Oscar como codirector del filme animando "Happy Feet", en 2007, que tuvo otra versión en 2011. Ahora, 35 años más tarde, vuelve sobre sus pasos y se concentra en su primer gran éxito.
Para Tom Hardy, entrar al universo Mad Max tuvo un precio, que seguramente resultará estimulante en la ascendente carrera del australiano. Hardy, que interpretó a Bane en "Batman. El Caballero Oscuro", confesó que nada le había preparado para el esfuerzo físico al que tuvo que hacer frente durante el rodaje. "Estás colgado de unos cables con muy poca ropa encima y sólo llevás un arnés. Estás sudando, hace calor y te tiran violentamente para que rebotes y te choques contra metal día tras día durante seis meses. Quedé muy magullado. Fue difícil", confesó.
Hardy dijo que Mel Gibson fue una inspiración. El actor dijo que siguió rodando incluso cuando resultó herido en la grabación porque "eso es lo que Mel hubiera hecho". Hardy incluso afirmó que pasarlo mal en algunos momentos del rodaje fue parte de un personaje muy rudo y masculino. "¿Te apretaste un dedo? Eso es masculino, colega. Levantate, apretá los dientes y seguí, porque no podés detenerte. Mientras me metía más y más en el personaje de Max, pensaba «No se va a rendir, aunque sea porque es un terco»".
El actor explicó cómo fue el proceso de recrear un personaje icónico y citó también a Indiana Jones como un punto de referencia de su héroe del desierto australiano. "Te dejas influenciar por el entorno. Max tiene que ir de aquí hasta ahí, evitando ser golpeado por aquello de allí. Es así de simple. ¿Cómo te sentirías si durante 6 meses te pasases intentando evitar que alguien te haga daño? Pues algo parecido a eso. Es como el Coyote de "El Correcaminos". Sólo quiere una vida más sencilla, pero nunca va a conseguirla. Hay algo de humor en dar vida a un personaje así. Me recordó mucho a Indiana Jones. Cuando era chico, veía a Harrison Ford y veía en él el tipo de héroe que tiene sentido del humor pero al mismo tiempo un sentido de la mortalidad. Hace cosas increíbles pero al mismo tiempo le asustaban las serpientes, por ejemplo. Es un personaje que se asusta, y me gusta eso de él".