Se pasó cinco años trabajando en su proyecto más ambicioso, el de adaptar a la pantalla grande las fantasiosas historietas que leía en su niñez en una película en la que no hay límites para la imaginación. Con un presupuesto de 177 millones, una cifra absolutamente inusual para una producción francesa, "Valerian y la ciudad de los mil planetas", protagonizada por Dane DeHaan y Cara Delevigne, es un verdadero viaje psicodélico del que dependerá la suerte de EuropCorp, el mini estudio que Luc Besson ha montado en París ayudado por el éxito de sus otras películas.
Aunque alguna vez anunció que no volvería a dirigir y que se contentaría con su prolífica labor de productor, el realizador de "Nikita: la cara del peligro", "El quinto elemento", "El perfecto asesino" y la más reciente "Lucy" espera con ansias que los resultados de taquilla del resto del mundo le permitirán continuar las aventuras de sus rubios protagonistas, después de que el filme fracasara estrepitosamente en Estados Unidos. En Argentina se estrena el próximo jueves.
—¿Cómo fue que te vinculaste con el mundo de Valerian y Laureline?
—Es algo que le debo a mi padre. El me presentó a Valerian cuando yo tenía 10 años. Nunca me dio un libro en su vida pero solo Dios sabe cuántas revistas de historietas me regaló. Mi romance con Valerian comenzó cuando él me regaló un ejemplar de "Pilote", que era una revista semanal y en la que cada miércoles salían dos páginas de Valerian. Lamentablemente él falleció poco antes de que empezáramos a filmar. Me habría encantado que hubiese podido ver la película y por eso se la dediqué. Tal vez tengan una función allí en el cielo y si es así ojalá sea en 3D...
EM_DASHCiertamente es mucho material para condensar en un filme...
—Sí, se han publicado 29 álbumes a lo largo de 50 años, por lo que hay muchísimas aventuras para elegir. Pero no me resultó problemático elegir qué era lo que quería contar. Los dibujos son ciertamente de la década del 70 y las naves especiales tienen comandos a botonera, pero yo quería ser fiel al alma de las historietas y a la vez que fuera una película mía.
—¿De qué manera encaraste una película tan visual como esta?
—Fue un poco distinto de lo habitual porque traté de encontrar primero a los artistas que la iban a diseñar y para eso envié cartas a todas las escuelas de diseño alrededor del mundo. Allí decía que íbamos a hacer una película de ciencia-ficción, sin dar más detalles, y que si querían participar tenían que enviar un dibujo de una nave espacial, de un extraterrestre y de su mundo. Nos mandaron 2000 dibujos y elegí a 15 personas. Los contraté por un año. La condición era que no podían hablar con nadie y durante ese tiempo solo se conectaban una vez por semana conmigo via Skype. Les di total libertad para crear y no les prometí nada. Les expliqué que yo iba a decidir sobre el final qué se iba a usar en la película y qué no. Un año después tenía 6000 dibujos y empecé a armar el rompecabezas. Como los 15 elegidos ya estaban agotados, los mandé a descansar y les di la misma oportunidad a otros seis por un año. Finalmente los reuní a todos y los puse a trabajar juntos durante seis meses. Ese fue el proceso creativo que generó todo lo que está en la película. Cuando trabajamos con WETA e ILM, les llevamos los diseños de cada personaje, cada nave y cada mundo para que no tuvieran que esforzarse demasiado. El proceso creativo fue un trabajo de hormiga, en el que fuimos construyendo todo parte por parte.
EM_DASH¿Cuanta libertad tuviste para decidir cuáles de esos extraterrestres ibas a poner en tu película?
—Total. Todo es posible en el universo, que además es infinito, pero sabía que tenía que encontrar un equilibrio entre lo que iba a resultar creíble y lo que no. Uno de los que mas me gustan es el que aparece primero, Kortan Dahuk, de color naranja y labios gruesos. Otro que me encanta es el que está dentro de un tubo de cristal, tiene piernas mecánicas y se parece a un pulpo. Pero si te fijas en las criaturas que existen en el mar, desde la ballena al pulpo pasando por el erizo de mar, las formas que tienen son asombrosas. Hace poco hicieron un experimento en el espacio con unos gusanos, que como no tienen gravedad, después de cinco meses desarrollaron cabezas de los dos lados. Ningún científico en la Tierra hubiera podido imaginar algo así.
EM_DASH¿Qué es lo que tiene de atractivo el espacio que no tiene la Tierra?
—Lo mismo que el agua si estás buceando. Te pones un traje de astronauta y puedes salir a ver extraterrestres que son muy extraños. Algunos tienen ocho brazos. Los miras y si los saludas, te devuelven la mirada. Por eso me encanta bucear en el mar. Además, puedes hacerte amigo de personas que no hablan tu mismo idioma. Es exactamente igual a lo que puede ocurrir en el espacio.
EM_DASH¿Cómo te imaginas el paraíso?
— Es tal como se ve en la película. Si yo pudiera vivir allí sería feliz. Esta gente es muy pacífica y no conoce la agresión. La diferencia física entre hombres y mujeres no es significativa. Nunca son agresivos. Siempre lo comprenden todo. Es como la belleza que ha perdido la humanidad, y que se nos escapa cada día un poquito más.
—¿Te preocupan las críticas de los fans de la historieta que dicen que ni Dan DeHaan se parece a Valerian ni Cara Delevigne a Laureline?
—No. Me preocupaba lo que pudieran pensar Pierre Christin y Jean-Claude Mezieres, los autores de la historieta original, que están en sus ochentas. Pero ellos vieron la película y les encantó. Me abrazaron y se pusieron a llorar de la emoción. Están felices. No me importa si hay fans que no opinan lo mismo.
—¿Es cierto que fue una visita al set de "Avatar" lo que te convenció de que tu proyecto de "Valerian" podía convertirse en realidad?
—No, no fue así. Yo llevaba años preparando el proyecto. Invité a almorzar a James Cameron para contarle y el fue lo suficientemente amable como para invitarme después a su set para mostrarme cómo estaba haciendo las cosas en el plano técnico. Eso ciertamente me ayudó porque sentí que si el podía hacerlo, yo también lo iba a lograr.
EM_DASHLas mujeres siempre han ocupado un lugar muy importante en tus películas...
—Por supuesto, porque me fascinan las mujeres. Por un lado porque son misteriosas. Suelen ser demasiado inteligentes como para que yo las entienda, pero lo que más me gusta de ellas es su fortaleza y su capacidad para emocionarse. Pueden ser muy suaves y sensitivas pero a la vez son capaces de ocuparse de una familia con cinco hijos. Son super fuertes, y la mayoría de las veces lo logran todo con un cuerpo muy pequeño. Me asombran. En cambio, me impresiona mucho menos un hombre repleto de músculos porque es obvio que me puede matar de un puñetazo. Con las mujeres no sé que es lo que puedo esperar.
—En ese sentido, ¿cuán importante ha sido tu esposa, Virginie, para que pudieras concretar esta película?
—Fue esencial. No creo que la hubiese podido hacer sin ella. Virginie es mi productora y se pasó cinco años como una roca, manteniendo el mismo ritmo de trabajo todo el tiempo. Es muy callada y muy seria, y fue haciendo todo el trabajo de hormiga. Había gente que dudaba de que pudiera resistir un proyecto tan ambicioso y sin embargo logró que todo se hiciera sin pasarnos del presupuesto, incluso gastando un poco menos de lo calculado y hasta terminamos tres días antes de lo previsto, por lo que puedo decir que formamos un buen equipo...
La ciudad donde conviven miles de alienígenas
"La ciudad de los mil planetas de la película es una estación espacial donde conviven miles de especies de alienígenas diferentes, como ocurre en cualquier ciudad cosmopolita del mundo donde queremos convivir en paz", afirmó también el director francés. "Valerian y la ciudad de los mil planetas" es un proyecto que le demandó a Besson casi una década de trabajo, que marca su regreso al mundo de la ciencia ficción, 20 años después de dirigir "El quinto elemento", una ópera espacial con Bruce Willis y Milla Jocovich.