Por Luciana Boglioli
El rosarino Javier Tschudy deslumbra con sus diseños en el reality de moda "Corte y confección" y ya es uno de los seis finalistas del certamen. El diseñador superó los días difíciles: fue eliminado y nuevamente elegido para formar parte del programa que emite El Trece de lunes a viernes, a las 16, y se ve por El Tres, conducido por Andrea Politti. Esta última semana, Tschudy obtuvo excelentes puntajes por sus diseños, entre ellos el de ayer, inspirado en el personaje de Aurora, de "Solamente vos", en el marco del desafío "Heroínas y villanas de telenovelas" y se perfila como uno de los potenciales ganadores del certamen.
—¿Cómo surgió la oportunidad de estar en el reality?
—Llegué al reality de casualidad cuando fuimos a ver una charla de Matilde Blanco al City Center, con mi amigo y también participante del concurso, Matías Báez. Los dos mandamos un video diciendo que teníamos muchas ganas de entrar. A las semanas me llamaron, me hicieron preguntas sobre mi carrera, y me dijeron que tenía el casting.
—¿Cómo fue tu proceso como diseñador?
—Cuando terminé la secundaria estudié Biotecnología un año y después me mudé a Casilda para estudiar Veterinaria. Cuando me faltaba poco para terminar me di cuenta que no imaginaba dedicándome a eso toda la vida, así que dejé. A mis padres les había costado mucho mantenerme viviendo en Casilda, así que cuando dejé se ofendieron un poco. En ese momento, les comuniqué sobre mi sexualidad. Estaba saliendo con un chico, así que agarré una máquina de coser que había en mi casa familiar, me la llevé y me instalé en su casa. Inmediatamente, me puse en contacto con el artista Dante Taparelli, que estaba abriendo la feria El Roperito, en Pichincha, y él me dio un puesto ahí. Así que tuve que aprender a coser y bordar: armaba fajas para pantalones. En esa época, conocí a la vestuarista Andrea Iuculano, con quien hice el vestuario para las obras de teatro de revista de Manuel Cansino. Después me fui a Brasil y trabajé para la marca Humo y para una comparsa.
—¿Cuál es tu balance de estos meses en "Corte y Confección"?
—El balance es súper positivo. Me resulta desafiante, complejo, divertido y estresante. Lo principal de todo este proceso es haberme descubierto a mí, y que tengo herramientas que no sabía que tenía. Nunca hubiese tenido el desafío de hacer un vestido de alta costura en 8 horas. Y el desafío hace que la cabeza funcione distinto, y por ende, se genere un aprendizaje. Me estresa la parte de que sea un reality, porque soy una persona muy conciliadora y respetuosa, y por eso me cuesta el juego de autoridades. Pero entiendo que es un juego y que trabajo con gente que está hace años en la moda y que admiro muchísimo, son grossos. Más allá de los chicaneos y discusiones, me saco el sombrero frente a ellos. Creo que todas las devoluciones del jurado sirven para aprender.
¿Cómo viviste el proceso de eliminación y de vuelta al programa?
—Me afectó mucho, me desanimó. Creo que para entenderlo hay que entrar en el sistema de la tele, que es complicado. Me fui un viernes y volví el lunes. Y desde que volví tuve varios desafíos con puntajes muy buenos. Lo que aprendí en estas idas y vueltas es a no prenderme en la parte del reality, sino enfocarme más en los diseños. Tengo que poner todo de mí porque el programa está ultra competitivo. Los diseños de mis compañeros son maravillosos y la vara del jurado es muy alta. Tengo que estar más comprometido que nunca.