Axel termina este 2018 con una gran sonrisa: su último disco de estudio, "Ser", editado a fines de 2017, se convirtió en otro éxito; en mayo pasado se dio el gusto de cantar en el Vaticano y ahora viene de agotar entradas en una seguidilla de tres teatros Gran Rex, donde ya agregó fechas para marzo de 2019. Para rematar, desde hace dos meses, su figura se amplificó por ese golazo que resultó la nueva y segunda temporada de "La Voz Argentina", que actualmente es el programa más visto de la televisión abierta, con picos de 23 puntos de rating. Ahí, de lunes a viernes y en horario central, el cantante es jurado junto a Soledad, Tini Stoessel y Ricardo Montaner, un equipo que le gana a "Showmatch" y que parece imbatible.
Esta noche Axel regresa a Rosario para presentarse, a las 21.30, en el teatro Broadway (San Lorenzo 1223), en un recital que promete ser "más íntimo y acústico". Antes de llegar a la ciudad, el autor de hits como "Te voy a amar" y "Celebra la vida" charló largo y tendido con Escenario sobre su brillante presente, la contrastante realidad del país y las razones detrás del suceso de "La Voz". "Creo que la gente estaba esperando un programa así, sin golpes bajos y basado en el talento", aseguró.
—A fines del año pasado presentaste "Ser" en el estadio cubierto de Newell's. ¿Cómo es el show que traés ahora al Broadway?
—Es muy diferente al que hicimos el año pasado, desde lo musical y lo conceptual. Para mí el Brodway es histórico, porque debo haber cantado ahí más de diez veces en toda mi carrera. Este concierto es más acústico, más íntimo, y ameritaba una cercanía con la gente también. Por eso para esta gira elegimos el teatro Gran Rex en Buenos Aires, un lugar en Córdoba que tiene unas 3.000 butacas y el Broadway de Rosario. En este concierto buscamos la parte más sensible del repertorio, con un formato más puro de las canciones. Hacemos temas que hace mucho tiempo que no canto y versiones renovadas de los hits. El show está dividido en tres partes, como si fueran tres actos teatrales.
—Este 2018 fue un gran año para vos, coronado ahora con el éxito de "La Voz". ¿Cuál es tu balance?
—Fue un año de mucho trabajo, y trabajo muy gratificante. Fue hermoso haber compartido "Ser" con tanta gente en los conciertos. Además estuve nominado a los Grammy latinos y gané otra vez un Gardel a canción del año. Fue increíble. También me asombra la cantidad de público nuevo que viene a los conciertos por primera vez. Yo pregunto en los shows quién viene por primera vez y más del 30 por ciento de la sala levanta la mano. Yo ya tengo ocho discos editados, es un montón, pero la gente te sigue descubriendo y eso me asombra.
—Para el país no fue un buen año. Hay una gran reseción que nos afecta a todos y esto también repercute en la venta de discos y de entradas. ¿Cómo vivís esta crisis?
—Yo soy un tipo joven y desde que tengo uso de razón, con mis viejos o con mis abuelos, siempre he escuchado repetirse la palabra "crisis" a través de los años. Con esto no quiero manifestar una posición política, en absoluto. Al que está en el poder yo quiero brindarle mi energía para que gobierne para todos lo mejor posible. Esté Néstor (Kirchner), Cristina o Macri yo tiro para adelante y pregunto qué puedo ofrecer. Recuerdo pocos años que hayan sido realmente buenos para el país. Yo he tenido muchos años positivos, pero el país no. En mis emprendimientos más allá de la música yo trato de ser justo: todos los empleados se llevan un porcentaje de lo que se genera. Creo que tengo una visión mucho más socialista de la economía. Desgraciadamente, cuando le va mal al país lo primero que recorta la gente es el entretenimiento: ir al cine, ir a un show, ir al teatro. Y eso es triste, porque la sociedad que desarrolla el intelecto y la capacidad de razonar es la que tiene como base la cultura y la educación.
—En una oportunidad vos hablaste bien del actual gobierno. ¿Cómo lo ves ahora? ¿Estás desilusionado de la clase política?
—Yo siento que nos estamos hundiendo cada vez más. En los últimos años la Argentina cayó en los fanatismos: sos River o Boca, sos K o Macri, sos blanco o negro. No nos damos cuenta que nos tiramos piedras unos a otros desde una posición fanática, las piedras caen en nuestro mismo barco y a la larga nos hundimos todos. El fanatismo es ciego, defiende sin analizar. Hay que aprender a razonar de otra manera. Yo nunca me he puesto una camiseta. He tocado para diferentes gobiernos y diferentes organismos de Cultura porque me parece bien que apuesten por la música. Lo único seguro es que si seguimos enfrascados en los fanatismos la situación va a ser cada vez peor.
—¿Cómo recordás la crisis del 2001? ¿En esa época te fuiste a vivir a México?
—Me fui a México en el 2000, justo un año antes de que estallara la crisis. Ahí recién estaba arrancando con mi carrera, pero la verdad es que en México no me fue bien, como ya se sabe, y terminé tocando en el subte. La pude pilotear porque yo soy un laburante y es lo que aprendí desde chiquito. Después volví en marzo del 2003 y encontré un país buscando sacar los ojos de abajo del agua. A la crisis del 2001 la viví más por mis padres, que perdieron todo y se tuvieron que ir a vivir a la casa de mi abuela. Nosotros nunca tuvimos mucho porque somos clase media laburante. En mi casa nunca hubo un cero kilómetro ni ropa de marca. Pero en el 2001 mis viejos perdieron su casa y a causa de eso mi papá estuvo más de un año en cama por una depresión. Mi vieja siempre fue docente, así que imaginate que no sobraba un peso. Además somos cuatro hermanos... Pero bueno, después pudieron acomodarse y mi viejo pudo salir adelante con el apoyo de mi mamá.
—"La Voz" es hoy el programa más visto de la televisión abierta en Argentina. ¿Te esperabas ese éxito o fue una sorpresa?
—Nosotros pensábamos que podía funcionar bien, pero también estaba el factor de que la televisión cambió mucho en estos últimos años. La gente hoy está mucho con Netflix, con las redes sociales, y no mira tanta televisión. Creo que fue una apuesta interesante de Telefe, y por otro lado también había una necesidad y un deseo en la gente de un programa así, sin golpes bajos y basado en el talento. Pero no esperábamos semejante éxito, lo cual agradecemos. En Telefe decían: «Si hacemos 10 ó 12 puntos (de rating) ya es un éxito». Y de repente nos encontramos con picos de 22 todos los días. Los 20 puntos de hoy son como los 40 de antes, que sólo los hacían Susana (Giménez) o Tinelli de vez en cuando. Creo también que el éxito de "La Voz" tiene que ver con algo que yo valoro mucho: todos los que trabajan en el programa, desde el productor más importante hasta el tipo que acomoda las sillas, todos están contentos, todos dan el cien por cien, y eso traspasa la pantalla, se nota.
—¿Qué diferencias encontrás entre la primera temporada de "La Voz" y esta, además de la composición del jurado?
—Ahora el programa está más pulido. La primera experiencia siempre es para corregir. Tal vez la gente no lo note, pero ahora la edición es más dinámica, y el ritmo de un programa es algo muy importante. Me parece también que en esta temporada el nivel de los participantes es mejor. Yo lo atribuyo a que hoy en día, a través de internet y las redes sociales, los chicos acceden a escuchar grandes artistas desde muy pequeños. Antes tenías que esperar los tiempos de la televisión, ahora hacen un click en YouTube y pueden ver recitales enteros. Desde muy chicos educan su oído, aunque sea intuitivamente, o aprenden a tocar la guitarra con tutoriales de YouTube. Yo sé leer música porque estudié en el Conservatorio, pero la realidad hoy es otra y hay que aceptarla, los chicos aprenden música de otras maneras. Más del 50 por ciento de los participantes de "La Voz" tienen entre 18 y 25 años. Son chicos muy jóvenes y muy talentosos.
—Vos sos popular hace años, pero la televisión te da una exposición muy masiva. Hay gente que te ve ahí y tal vez nunca escuchó tus canciones. ¿Eso te produce un poco de vértigo?
—Es cierto que la televisión tiene un poder terrible. Te metés en la casa de la gente todos los días en un horario central. Pero a mí no me genera ninguna presión. Yo tuve una crianza de barrio, soy un tipo bastante caradura, siempre fui muy resuelto, y además el programa me agarra con experiencia, sé salir de ciertas situaciones que a lo mejor a otras personas les cuestan más. Ahora bien: es cierto que yo soy muy conocido por la música y me paran por la calle, pero desde que estoy en "La Voz" no puedo ni pisar la calle (risas). Te paran desde el padre y el abuelo hasta el chico que va al jardín de infantes. Es mucha la gente que está prendida con el programa. Tiene un encendido de más del 60 por ciento de los televisores de Argentina. Es una locura.
—Recientemente hubo una polémica con una participante de tu equipo, que se quejó por la canción que le tocó cantar. Ella dijo que la letra del tema "Princesa" era machista y que la tuvo que cantar igual. Vos le respondiste por Facebook. ¿Esas situaciones te molestan, te duelen?
—Te soy sincero: para mí esto va más allá de un programa de televisión. A mí me importan los sueños de los chicos. Siempre les doy consejos a los participantes de mi equipo y de los otros equipos también, y ellos saben que estoy a disposición para que me planteen sus dudas y sus preocupaciones. Por eso me dolió lo que pasó con esta chica. Yo le escribí un mensaje por Facebook y ella no dijo nada al respecto. Para mí el tema que cantó ("Princesa", de Tini) no es machista. Las canciones de Tini son re naif. No es una mina que hace reggaeton, no se mete con nada sexual ni parecido. Si a ella no le gustaba la canción me lo tendría que haber dicho. Pero es evidente que no supo perder y atacó a la canción y al programa. Después de esto yo ahora no tengo ganas de responderle a ninguno, porque para colmo los medios lo levantan, lo sacan de contexto y yo quedo como un desubicado. Yo le respondí con amor, para guiarla, para que crezca. Y me dio pena porque me parece que es una buena chica, que tiene talento, pero con esta actitud se está cerrando puertas.