Solita tiene infinitas vidas. Es Rosario, la madre sufrida de "Vidas robadas";
es la mujer comprometida con la realidad, que alguna vez hasta incursionó en el terreno político;
es la diva sexy de decenas de telenovelas; es Mónica Elguera Paz, esa chica inocente de "Rolando
Rivas, taxista", y hasta la atípica conductora de "Gran Hermano". Es todas y cada una de ellas.
Experiencia, frescura y talento.
Pero ahora va por más. Soledad Silveyra mutó en la conductora de "Un tiempo
después", el ciclo de Telefé que revisa grandes sucesos periodísticos de la historia argentina y
que emite Canal 5 los jueves a las 23.30. Solita se puso el atuendo de entrevistadora y lo luce con
el ángel de siempre. El compromiso no se baja de la escena de su vida. "Los argentinos estamos más
comprometidos que nunca con lo que nos puede llegar a pasar", le dijo a LaCapital.
—¿Qué significa a esta altura de tu carrera conducir un ciclo periodístico
como "Un tiempo después"?
—Una enorme responsabilidad, un aprendizaje por sobre todas las cosas. Son
mis primeros pasos, agradezco que me hayan dado esta posibilidad. Estoy probándome en realidad, veo
hasta dónde sé entrevistar, hasta dónde le puedo sacar al otro lo que quiere decir y lo que tal vez
su inconsciente no quiere decir. Es una buena tarea la entrevista y es conmovedor que la gente me
acompañe con noticias que ocurrieron hace tiempo, cuando pasan tantas cosas y tanta realidad
brutal, donde la gente elige el entretenimiento para no agobiarse. Recordar, reflexionar qué pasó
en aquel momento no es algo muy vendible, para mí es un enorme placer poder hacer un programa así.
Prefiero hablar de la noticia que ocurrió y no de la Tota Santillán, aunque lo digo con el mayor de
los respetos, porque es un ser encantador.
—El entretenimiento copa la escena casi desmedidamente en la pantalla
chica.
—Sí, pero yo soy una gran defensora del entretenimiento. Yo hice "Gran
Hermano", por lo que sería la menos indicada para hablar. Pero no puedo negar el placer que siento
en este momento, quisiera que los números me acompañaran porque es una experiencia que me gustaría
seguir haciendo.
—En el programa te involucrás mucho con el entrevistado e interactúas con
los protagonistas de cada caso.
—Sí, eso se debe a la condición de actriz. Yo necesito siempre del otro y
necesito estar comunicado con el otro, si no siento que digo pavadas. El entrevistado y yo tenemos
que transmitir, entonces siento que si no me meto en cada nota o no logramos esa cosa en común
pierde sentido la entrevista.
—¿Refrescar la memoria parece una tarea cada vez más complicada en esta
Argentina?
—Es un volver a interpretar, creo que nos falta un poco. Estos programas
los grabé en febrero, teníamos seis o siete notas y Claudio (Villarruel) y Bernarda (LLorente)
decidieron ponerlo al aire. Mi idea es seguir, todavía me quedan notas por hacer. Mañana me voy al
penal de Magdalena, y, te digo, entre esto y la novela diaria es muchísimo, no puedo con todo. En
el penal de Magdalena voy a hacerle la nota a Fabián Tablado, el chico que le dio 113 puñaladas a
la novia. Tengo que estudiar cómo encaro eso. A mí me pasan un dossier con información, pero me
encanta tener mi propia información.
—A la par te toca participar en "Vidas robadas" y por lo visto estás más
comprometida que nunca en la televisión.
—Los argentinos estamos más comprometidos que nunca con lo que nos puede
llegar a pasar (risas). Pero sí, dio la casualidad que se juntaron estas dos propuestas con un
perfil especial. Telefé me ofreció este personaje de Rosario en "Vidas robadas" y no pude decir que
no, porque siempre estuve metida en lo social y me pareció que había que hacerlo. A los dos meses
me llaman de Endemol y me llegó la posibilidad de hacer "Un tiempo después".
—¿Cómo se hace para pasar de la mujer fatal, que supiste componer en
muchas telenovelas, a la mujer sufrida, como Rosario en "Vidas robadas"?
—No tiene nada de extraordinario, es la tarea de una actriz. Después de
haber visto a Norma Aleandro en "La señorita de Tacna" uno no puede asombrarse de las
modificaciones que genera un actor. Me parece que es lo más extraordinario. A veces lo ordinario te
convierte en extraordinario. De golpe poder modificarme en un personaje como Rosario, al tener un
referente cono Norma, todo me parece poco.
—¿No sentís que la gente sigue descubriendo tu talento como actriz, ya sea
en televisión o en teatro?
—Yo no dejo de agradecer a la gente el darse cuenta de mi trabajo. De
repente los jóvenes me tenían con "Adelante mis valientes" y ahora me ven y dicen: "Che, qué buena
actriz que sos". Son los chicos que en 2001, cuando hice "Gran Hermano, a lo mejor tenían 9 años y
ahora tienen 16 y me descubren con este trabajo. Los años pasan pero yo, en relación a ellos, voy
tomando otro contenido.
—¿No te cansa un poco la televisión actual, con tanta frivolidad y tanto
rating?
—No es un problema que me canse o no me canse, es un problema que puedo
entender y hacer un análisis sociológico de lo que pasa. Creo que el show de Marcelo Tinelli está
muy bien hecho, pero tengo alguna diferencia en cuanto a cómo lleva el tema del escándalo y
entiendo que hay todo un vocabulario que ha caído de golpe y está en nosotros y en uno mismo tratar
de recuperarlo cada día.
No me molesta para nada si consideramos que hay que entender que son procesos de
una sociedad, y una sociedad tiene que superarse, entonces hay que tratar de entender que la
educación es fundamental en este país. Creo que primero hay que solucionar la educación antes que
la seguridad, pero no puedo creer que sea tan complejo ponernos de acuerdo, me duele mucho eso.
—¿Qué evaluación hacés cuando año a año los canales más importantes se
pelean por tenerte en su programación?
—No tengo esa visión, pero mucha gente me lo dice. Yo trato de no darme
cuenta, de saber que hay que hacer un camino día a día. Y no me creo nada, hasta que no junte
(dinero) para mi vejez me siento una ciudadana más. En el único lugar en el que siento esa
diferencia es en el saludo en la calle, en los homenajes, en que salgo a la calle y es mi casa. Eso
es lo más lindo en este trabajo. El otro día me dijeron "leona", algo que nunca me habían dicho, y
me emocionó. Un señor me dijo: "Qué leona", pero no desde el lado erótico, sino como la que cuida a
sus cachorros.
—¿Todavía soñás con dirigir cine?
—No, quería hacer un documental sobre fábricas recuperadas y llevarlo al
cine, pero la verdad es que el mundo de la televisión te absorbe mucho y además quiero volver al
teatro. Estoy trabajando con mi hijo Facundo una versión de Borges para los chicos, dirigida por
Lía Jelin. Pretendemos llevarle Borges a los chicos, que no necesitan tantas explicaciones como los
adultos, y es un proyecto basado en "El Libro de Seres Imaginarios" y "El Libro de Arena", y es
posible que salga el año que viene.