Incansable productor y constructor de su propio destino. Mira, investiga, imagina, adapta y arma propuestas televisivas en el rubro entretenimiento. "Cuando termino un programa de televisión al otro día ya estoy pensando cómo armar un nuevo proyecto", explica Julián Weich, en una entrevista con Escenario en los estudios de Canal 13 de Buenos Aires. Mañana saldrá al aire por la pantalla del 3 una nueva oferta, adaptada, propuesta y conducida por Weich: "Mi mamá cocina mejor que la tuya". Serán dos parejas, madre e hija, en una competencia de cocina, en vivo. Y con un jurado que luego probará los platos terminados y dictaminará qué pareja lo hizo mejor. Los ganadores cobrarán dos mil pesos de premio, y obtendrán el derecho a competir al día siguiente, con otra pareja.
"Me gusta proponer entretenimiento, juego. Siento que todavía puedo jugar", define un hombre con larga experiencia en programas de entretenimiento, y en especial con niños. Su nombre se asocia a muchos éxitos, como, entre otros, "El agujerito sin fin", un recordado suceso televisivo infantil de principios de los años 90.
¿Te dedicás con algún interés especial a la cocina?
—No me atrae cocinar, pero sí comer. Probar cosas. "Mi mamá cocina mejor que la tuya" no será un programa que enseña a cocinar, aunque haremos la experiencia de cocinar todos los días, y con el desafío de que salga lo mejor posible.
Una ola de programas de cocina tiene mucha llegada a los medios, ¿por qué?
—En la televisión hoy hay una sintonía con el tema cocina. Y nosotros estamos dentro de eso. Si me preguntás por qué, no lo sé. Es un misterio, no tiene explicación, pero es claro que a la gente algo le seduce con la cocina en la tele, eso está pasando hoy.
¿Cómo se jugará en tu programa?
—Una mamá que trae su receta preferida y su hija cocina. Luego la madre ingresa a la cocina, ayuda un momento y se vuelve a retirar. Al final, compiten ambas parejas. El que gana sigue al otro día, y gana dos mil pesos por programa. Aclaro que la pareja madre-hija luego la iremos llevando a otras variantes como padre-hijo o lo que vaya surgiendo.
Tu modo de trabajar es proponer cosas, ¿cómo funciona esa dinámica y la necesidad de conseguir audiencia?
—Voy con una propuesta, el canal la estudia, y si le gusta, la aprueba. Mi preocupación por el rating es a los efectos de permanecer al aire. No me hago ni más rico ni más famoso en función del rating.
A la propuesta se la suele ir cambiando en el camino, de acuerdo a la respuesta del público...
—Si el formato no da resultados, en principio prefiero levantar. Si el canal me propone hacer otra cosa, como refundar la idea, prefiero levantar el programa y listo.
Vas en vivo, un modo de hacer televisión ya no tan habitual, ¿por qué?
—El programa tendrá la adrenalina del vivo, eso le otorga una diferencia respecto del formato original que se hace en España ( "Mi mamá cocina mejor que la tuya" es una adaptación), que va grabado.
¿Todavía funciona en la sociedad actual ese rasgo cultural de una madre que le enseña a cocinar a una hija?
—En la vida real cambiaron los roles de madre e hija. Se refleja en la cocina, pero siempre estarán los que les gusta cocinar. Evoca una tradición muy fuerte en la Argentina.
Tenés experiencia en lanzar nuevas propuestas, ¿igual genera incertidumbre cada vez que volvés a empezar?
—Poner en marcha un proyecto nuevo es siempre muy estresante; se toman muchas decisiones todo el tiempo y no sabés si la decisión te va a dar resultado o no. En la televisión hay muchos conductores. Cada uno hace lo que quiere o lo que puede. En lo personal, sólo puedo hacer lo que me gusta. Mi obligación es hacer un programa bien hecho. Después la continuidad o no se da por mi propia definición, y la definición del canal. Estoy todo el tiempo mirando cosas, estudiando, y cuando me toca terminar un ciclo de televisión, inmediatamente me pongo a pensar cómo y cuándo vuelvo.
¿Compartís la idea de que la televisión pierde centralidad a partir de las redes sociales y los celulares?
—Como toda la televisión, el programa también circulará por redes sociales. La televisión de hoy también se ve por internet. Y eso está fuera de toda medición. Y en lo personal tengo una intervención en las redes, en especial en el twiter, que me hizo cambiar hábitos. Lo primero que hago cuando me levanto es prender el twiter. Antes de leer los diarios.
¿Qué crédito le das a las mediciones de rating?
— Yo creo que el rating está mal medido siempre; se debería medir todo el país. Ahora hay una nueva medición que se está implementado; por lo que vi da números parecidos a los de la empresa Ibope.
Se viene un año fuerte en lo político, con elecciones presidenciales, ¿incide en algo en tu proyecto?
—El programa puede siempre ser interrumpido por una cadena nacional. Son las reglas del juego. Y espero que no me saquen para poner un programa político ( risas). Traer políticos a cocinar, no lo creo. Sería dificultoso, sobre todo traer a todos. Porque no podría traer a uno sí y a otro no. Sería desvirtuar el programa, no nos haría bien. Por ahí a los políticos sí, pero a nosotros no. Por ahí prefiero la mamá de un famoso antes que a un político.