Hoy desde las 21.45 Valientes cerrará un ciclo. La telenovela más vista por los argentinos en
los últimos meses llega a su fin y ya genera mucha expectativa. Una historia cautivante tiene que
tener un buen final, al menos, eso es lo que el público está ansioso por develar.
Los hermanos Sosa cumplieron la promesa que se hicieron al empezar esta novela, y fueron por
más. No sólo vengaron la muerte de su padre mandando al villano a la cárcel, sino que cada uno se
quedó con su chica y todo indica que serán felices.
Esta historia escrita por Marcos Carnevale y Lily Ann Martin arrancó el 9 de febrero de 2009 con
una propuesta de lo más clásica. Tres hermanos (Luciano Castro como Leo, Mariano Martínez como
Segundo, y Gonzalo Heredia como Enzo) se reencuentran muchos años después de haber sido separados
-de niños- tras la muerte de su padre, Roque Sosa.
El causante de la desgracia familiar (léase la pérdida de su madre y la usurpación de las
tierras de Sosa) es Laureano Gómez Acuña (Arnaldo André), en adelante el super villano de la tira.
La venganza de los hermanos incluye enamorar a las hijas de Laureano (Juana, a cargo de Eleonora
Wexler, e Isabel, por Marcela Kloosterboer), pero las cosas empiezan a complicarse cuando Leo
conoce a Alma (Julieta Díaz), que viene siendo la hija secreta de Laureano y Argentina (Betiana
Blum), dato que sólo conocen la propia madre y los televidentes, y cuya revelación funcionó como
uno de los ganchos de la novela.
Ayer la pantalla se calentó con más de 30 puntos de rating en la antesala del final,
Argentina se despidió de Laureano que le confesó que siempre supo que Alma era su hija y Juana
se suicidó, lo que causó impacto en la audiencia que a pesar de haber padecido sus maldades
lamentó el trágico final.
El personaje de Juana, la loca y mala de la historia, cautivó al público. Ella quiso quitar el
novio a su propia media hermana y causó estragos en la vida de los Sosa. Tras mucho penar por un
amor no correspondido, se suicidó. Y lo hizo de la manera más dolorosa: se bañó en gasolina y se
prendió fuego.
Sin Juana y LAureano en el medio llega el final, donde los Sosa celebrarán la vida. Y donde
todos festejarán el suceso, y más que nadie Adrián Suar, titular de Pol-ka.
Valientes conformó un fenómeno más allá de sus altísimas cifras de rating. Como hasta ahora
venía ocurriendo sólo con el fútbol, la telenovela se convirtió en el atractivo de bares y
restaurantes de todas las ciudades del país e incluso en los balnearios de la costa atlántica que
debían garantizar a los potenciales clientes no perderse el capítulo del día.
Exito económico. Mientras tanto, los productores siguen cosechando el éxito. Las
mediciones acompañaron de manera contundente y sobrevivieron a todo tipo de pruebas: frío, calor,
vacaciones de invierno, de verano, receso escolar prolongado, elecciones, dengue y gripe
A.
Al canal le costó dejar ir a Valientes, al final le agregó recuerdos de todo tipo para aumentar
la duración de sus capítulos, que a su vez pasaron a ser de media hora, para así poder durar más
días.
Anoche, el rating llegó a los 30 puntos y hoy se espera superar el récord de Son de Fierro, la
producción de Pol-K que, en su último capítulo, alcazó los 31.5 puntos. En tanto el segundo de
publicidad que durante el año cotizó en 5 mil pesos, para el capitulo final trepó a 10 mil.
Además, la historia ya fue vendida al exterior. En España se estrenó el 25 de enero con un gran
recibimiento en los espectadores.