"No me arrepiento de este amor", "Ámame suavecito", "Fuiste" y "Se me ha perdido un corazón" son algunos de los hits que escribió e interpretó Miriam Alejandra Bianchi, mejor conocida como Gilda. La cantante, que falleció en un accidente automovilístico, no solo es recordada por su música sino también por tener miles de fieles que le rezan y piden milagros que, dicho sea de paso, cuentan que ha cumplido.
Nacida en Villa Devoto, Buenos Aires, en octubre del 61, la joven Miriam siempre estuvo relacionada con la música y las actividades artísticas. Su mamá la llevó a clases de danza clásica y española para fomentar sus facetas dentro del arte. Sin embargo, a la hora de elegir decidió inscribirse para estudiar y recibirse de maestra. Esto no era algo que desconocía, ya que desde los 16 años, edad que tenía cuando falleció su padre, trabajó en un jardín que tenía su madre.
Al finalizar sus estudios, comenzó a trabajar de lo suyo en el jardín de infantes de una escuela católica, cosa que disfrutaba puesto que ponía todo su lado artístico en juego para sus pequeños alumnos. Todos admiraban la chispa de Shyll, apodo que le dieron en su casa desde chica, por lo que le encargaban la creación de los actos escolares, y padres, compañeras, directivos y alumnos pedían su participación en ellos. Dicen que la confianza que ganó en el tiempo que fue maestra la depositó en un grupo de teatro independiente del Teatro Cervantes donde se desarrolló como actriz por un tiempo.
Años antes, mientras continuaba estudiando, conoció a quien sería su primer amor y su esposo, Raúl Magnin, empresario de bajo perfil con el que se casó a los 18 años y con quien tuvo a Mariel, que falleció en el mismo accidente que Gilda, y Fabricio Cagnin, sus hijos. Luego de varios años, la relación entre Magnin y Gilda acabó. Muchos dicen que ella tomó la decisión por haberse reencontrado con un amigo de la infancia con el que comenzó una relación.
La leyenda cuenta que en uno de los viajes en colectivo de Gilda hacia el colegio en el que trabajaba, donde tenía un acto escolar, se encontró con Juan Carlos Toti Giménez, a quien conocía desde pequeña por la amistad entre sus madres. Luego de tantos años sin verse, coincidieron en el viaje por lo que Giménez decidió acompañarla a la presentación y posteriormente, tras ver cómo se desenvolvía con la música, la convenció de dedicarse plenamente a ella. Él era músico desde hacía tiempo.
Así, un día Gilda leyó en un aviso que buscaban una voz femenina para una banda de música tropical y fue al casting, donde quedó. Sin embargo, no hay claridad en el asunto ya que otro relato cuenta que fue Toti Giménez el encargado de realizar la prueba a la que acudió y fue recién en ese momento, en 1988, cuando se vieron por primera vez.
Sea cual fuera la historia, la realidad es que luego de muchos años de combinar la docencia con la música, tuvo que decidir y así, como quien no quiere la cosa, colgó el guardapolvo para ganarse un lugar en un ambiente que estaba lleno de hombres. Gilda logró consolidarse y aún hoy es considerada la reina de la música tropical.
Gilda - No me Arrepiento de este Amor (En Vivo)
Discos y carrera musical
Aunque su familia no estaba de acuerdo con la decisión y tras un tire y afloje constante, cedieron para que Gilda pueda cumplir sus sueño. En poco tiempo su carrera creció tanto que en un abrir y cerrar de ojos comenzó a hacer giras por América llegando a Perú, Bolivia y México, además de llenar todos los locales en los que se presentaba de Argentina.
En 1992 lanzó su primer disco, Corazón a Corazón. Fue el primero de 4 que realizó en estudio. Un año después sacó La única, seguido del álbum Pasito a pasito con...Gilda en 1994, que incluía éxitos como "No me arrepiento de este amor" y "Pasito a pasito", canción que le dio el nombre al CD.
GILDA - PASITO A PASITO HD
La última obra que grabó en un estudio fue Corazón Valiente en 1995, el cual recibió la mención a disco de oro en Argentina y doble platino. Este último disco contenía los hits "Fuiste", "Corazón Valiente", "Ámame Suavecito", "Paisaje", entre otros, y fue el que le dio la imagen final a Gilda con su vestido de color azul y flores en la cabeza que muchas fanáticas hoy imitan.
Tras el accidente, las productoras Leader Music y Magenta, que habían trabajado en los discos anteriores, lanzaron álbumes póstumos de la cantante, que siguen siendo un éxito. Entre ellos se encuentran Entre el cielo y la tierra (1997), cuyo cassette con los demos fue encontrado en el colectivo que viajaba la banda cuando sucedió el siniestro vial, Los más grandes éxitos (1997), Las alas del alma (1999), Grandes éxitos en vivo (2004), Los más grandes éxitos (2004), Megamix (2006), 20 grandes éxitos (2011), Gilda (2012), Grandes éxitos (2014) y Un amor verdadero (2016).
Gilda - Corazon Valiente en TV Boliviana
Quisiera no decir adiós, pero debo marcharme
La primera canción de Entre el cielo y la tierra es "No es mi despedida", un tema musical que estaba escribiendo la cantante y compositora, de la cual cambió la letra días antes del accidente que terminó con su vida. “Yo por ti, volveré, tú por mí, espérame, te pido. Yo por ti, volveré, tú por mí, espérame. No me olvides”, dice el estribillo del tema que habla de la muerte, como si algo hubiera sabido.
La tarde del 7 de septiembre de 1996 Gilda junto a su banda, equipo y familia salió en un colectivo rumbo a Chajarí, Entre Ríos, donde daría un show cerca de la medianoche. Sin embargo, nunca llegarían a destino puesto que en el kilómetro 129 de la ruta 12 su transporte fue embestido por un camión que hizo que el autobús llegara a la banquina destruido casi en su totalidad.
Así fue como un mes antes de cumplir los 34 años, la popular cantante y compositora “cambió de plano”, como dicen muchos de sus seguidores ya que sostienen que ella sigue presente aunque como un ángel. En la misma tragedia falleció su hija Mariel a los 16 años, su madre Tita de 50, el chofer del micro y tres de sus músicos. Su hijo Fabricio y Toti Gimenez también viajaban pero sufrieron heridas graves de las que luego se recuperaron.
Hoy los restos de Gilda se encuentran en el cementerio de La Chacarita, donde el día del entierro se llenó de fanáticos que dejaron a la vista la llegada que la joven nacida en Villa Devoto tenía en las personas y todo lo que causaba en ellas. Tal era el sentimiento que su nicho se convirtió en un lugar al que sus seguidores acuden constantemente a dejar ofrendas, sobre todo en los aniversarios de nacimiento y muerte. Lo mismo sucede con el santuario que montaron en el lugar del accidente, donde aún yacen los restos del colectivo en el que viajaban.
Santa Gilda
A pesar de que pasen los años, Gilda no es olvidada. Esto no es sólo por su música que persiste en el recuerdo de muchos, sino porque hay quienes se encargan de que esto no suceda, aquellos que creen firmemente en que su cantante los ha ayudado a superar ciertas etapas duras de su vida, ya sea rezándole o escuchando su música.
Hace algunos años hubo, incluso, una película inspirada en su vida, protagonizada por otra estrella de la música Natalia Oreiro.
Y hay más. Es que cada domingo en el cementerio de La Chacarita acuden personas que van a cumplir promesas hechas a Gilda o simplemente van a agradecer por lo que hizo por ellos. Enfermedades que han sido curadas, operaciones que se lograron evitar, personas que volvieron a ser felices y hasta logros como conseguir trabajo son algunos de los milagros que se le atribuyen.
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Ricardo Ceppi
Flores, cartas, rosarios, fotos, velas y muchas ofrendas más son llevadas día a día tanto al cementerio como al santuario de Entre Ríos, donde los camioneros tocan bocina al pasar para que los proteja. Así como cuenta la historia de María del Rosario, también están los que relatan con fervor que Gilda se manifestó en sus noches de sueño para darles una señal y ayudarlos con sus melodías.