La máxima estrella del chamamé Ramona Galarza, conocida popularmente como “la novia del Paraná”, murió ayer a los 80 años en el hospital Pirovano de Buenos Aires, en donde había sido internada tras sufrir un paro cardiorrespiratorio. Así lo informó el presidente del Instituto de Cultura de Corrientes, Gabriel Romero, quien además contó que se esperaba el resultado del hisopado que se le había realizado para saber si la artista tenía coronavirus. Galarza quiso despedirse de sus mejores amigos, Luis landriscina y Tarragó Ros, pero no pudo hacerlo.
Con más de 40 discos y participación en nueve películas, Ramona Galarza se erigió como la principal referente de la música litoraleña en todo el país y en el exterior, a partir de sus interpretaciones de clásicos como “Merceditas”, “La vestido celeste”, “Galopera” y su versión en guaraní de “Kilómetro 11”.
Precisamente, la primera gran aparición pública de esta figura, nacida en Corrientes bajo el nombre de Ramona Modesta Onetto, se produjo en la pantalla grande, cuando en 1958 participó del filme “Alto Paraná”, de Catrano Catrani, protagonizado por Ubaldo Martínez, en donde cantaba un chamamé.
Instalada en Buenos Aires desde 1960, formó parte del llamado “boom del folclore”, que agrupaba a otras figuras como el caso de Los Chalchaleros, nombre con el que se conoció al auge de este ritmo en grandes centros urbanos.
Además de la gran cantidad de discos, la popularidad de la cantante la llevó a ser parte de filmes musicales como “Argentinísima”, “Ya tiene comisario el pueblo” y “Mire que es lindo mi país”, entre otras. Pero esa fama trascendió las fronteras al punto de ser reconocida no solo en América Latina, sino también en Estados Unidos, en donde realizó actuaciones en el mítico Carnegie Hall de Nueva York.
El llamado a Landriscina
El humorista, actor y cuentista Luis Landriscina lamentó el fallecimiento de su amiga Ramona Galarza y destacó que su aporte a la música fue tan grande que “paseó el chamamé por el mundo”. “Me desayuné con una mala noticia. Me despertó Antonito (por Antonio Tarragó Ros, otra leyenda del chamamé y amigo de Galarza)”, relató el humorista chaqueño, que compartió pantalla tanto en cine como en TV con la artista fallecida.
Landriscina confesó que “otra mala noticia” que recibió fue que aparentemente “la novia del Paraná” había querido hablar con él durante la madrugada y, esa conversación, que hubiera sido la despedida, no pudo concretarse. “Le había dado el teléfono celular a la empleada, que estaba con ella en el Pirovano, pidiéndole que por favor me llame que quería hablar conmigo o con Antonito por teléfono. La empleada no se animó porque era tarde, eran las tres y pico de la mañana. Y se murió a las 5”, detalló.
Tanto él como Tarragó Ros -relató el humorista- se quedaron “con la pena de no hablar con ella”: “Porque éramos de hablar frecuentemente, éramos casi los últimos dos familiares del corazón que le quedaban a Ramona”.
“A la hora de explicar la importancia de Galarza para la música popular, Landriscina recordó que fue un pilar para difundirlo en el panorama porteño: “Acá lo puso en los salones, porque el chamamé tenía un límite en la sociedad porteña, hasta que Ramona y otros empezaron a darle una dignidad que no le encontraba la gente y que era parte de la identidad de los correntinos”.
Finalmente, el humorista que este diciembre cumplirá 85 años, contó que aunque quisieron tentarla para cantar otras músicas, Galarza siempre sintió que su lugar era el del chamamé. “Le ofertaron cantar otros ritmos y ella decía «de ninguna manera». Y ojo que lo hacía muy bien. Pero siempre repetía: «Yo salí de Corrientes para cantar la música de Corrientes»”.
Por su parte, Tarragó Ros dijo: “Todavía estoy tratando de entender después de comunicarme con Rita, quien vivía con ella”, dijo Tarragó y recordó que Ramona Galarza en una conversación reciente le dijo: “Vos me llevaste al Colón... era tan humilde”.
“Me gustaba hacerla reír, la última conversación que tuve con ella la noté fatigadita, pero se rió con esa risa de ella que era como una mirada y tienen su categoría, porque la risa de Ramona era de una gran pureza, como un trino, algo de lo que hemos hablado con Héctor Larrea”, dijo Tarragó Ros en el programa Corrientes en el Aire de la FM Mitre Corrientes.
En 1985 y 1995 recibió el premio Konex a la mejor cantante femenina de folclore en esas décadas. Y en 2008 fue reconocida por el Senado de la Nación por su aporte a la cultura.
En enero pasado, en la Fiesta Nacional del Chamamé de su provincia, hizo su última presentación pública con homenaje incluido del vicegobernador. La pandemia impidió más presentaciones, pero su sello ya es eterno.