¿Podríamos vivir sin los Beatles? ¿Cómo sería un mundo sin los Beatles? Esas son las inquietantes preguntas que plantea “Yesterday”, la última película del director británico Danny Boyle que acaba de estrenarse en Europa y Estados Unidos. El atractivo trailer del filme ya está en rotación en los cines locales, y se espera que la película se estrene en Argentina en septiembre (ver recuadro). Boyle, realizador de “Trainspotting”, “28 días después” y “Quién quiere ser millonario” se unió al talentoso guionista de “Cuatro bodas y un funeral”, Richard Curtis, para demostrar que la beatlemanía fue más que un movimiento musical: fue un fenómeno social que cambiaría la forma de consumir música.
El protagonista de la película es Jack Malik (interpretado por el debutante en cine Himesh Patel), un joven músico cuya carrera sólo sabe de fracasos, y que para ganarse la vida trabaja como repositor en unos almacenes. Hasta que un día, luego de un accidente y de un apagón eléctrico a nivel mundial, se da cuenta de que el grupo musical más influyente de todos los tiempos, los Beatles, desapareció por completo de la historia y de la faz de la tierra: nadie recuerda nada de ellos, nadie conoce sus canciones y ni siquiera existe información de ellos en Internet. Jack es la única persona en el mundo que sabe del cuarteto de Liverpool y que interpreta sus temas.
Claro que Jack no logra explicárselo, pero decide sacar provecho de la extraña situación, haciendo como que las canciones de los Beatles son composiciones suyas, y así poder crear por fin una exitosa carrera de músico. Así Malik ve cómo su vida da un completo giro: pasa de ser un artista frustrado a convertirse en un avasallador fenómeno musical en todo el planeta, en la era de YouTube y las redes sociales, emprendiendo giras multitudinarias y logrando la idolatría de millones de personas.
“Había trabajado con el guionista Richard Curtis en la ceremonia de los Juegos Olímpicos de Londres. Le comenté que si tenía alguna idea en el futuro se acordara de mí. Y se acordó. No calculaba que fuera con esto”, dijo entre risas Danny Boyle durante el estreno de la película en Inglaterra. “Imagino que una película así sólo se puede hacer con los Beatles. Bob Dylan quizá sea tan relevante en la cultura popular como los de Liverpool. Pero no es el mismo. Los Rolling Stones o los Beach Boys, igual. Su música es una extraña mezcla de alegría y melancolía a la vez, tan disfrutable como triste. Todo ello hace de su trabajo algo único que lo transformó todo”, se explayó el director.
“Además, desde una perspectiva británica, ellos cambiaron el sentido mismo de la sociedad”, agregó. “Veníamos de la crueldad de la Segunda Guerra Mundial y los Beatles llegaron para decirnos que el mundo se trataba de otra cosa que nada tenía que ver con el dinero, la religión o la guerra. Se trataba del placer, el amor, la juventud...”, explicó con entusiasmo.
Boyle recuerda que su primer contacto con los Beatles fue cuando apenas tenía siete años de edad. El y María, su hermana gemela, jugaban a ser los Beatles. O casi. “Ella estaba profundamente enamorada de Paul y a mí me tocó ser John. George y Ringo eran cosa de la pequeña, Bernadette. Nosotros jugábamos en el piso de arriba y abajo mis padres bailaban escuchando a los Beatles. Es curioso, para mí, como para todos los chicos... Mis padres eran unos viejos, pero ahora, vuelvo la vista atrás y los recuerdo jóvenes. Mucho más jóvenes que yo ahora», reflexionó el realizador.
“Celebra algo perdido”. La película protagonizada por Himesh Patel se entretiene en contar, y sobre todo cantar, el ascenso a la gloria del poseedor de un tesoro único. Cada una de sus supuestas composiciones posee la virtud de transformar el mismo mundo. “Obviamente no se trata de una película política. Pero ahí estamos”, razonó Boyle. “El filme celebra algo que se ha perdido. Vivimos en un mundo complicado, con unos líderes tanto en mi país como en América, cuanto menos discutibles. Estamos tan divididos y enfadados que cualquier propuesta que hable en sentido contrario no sólo es un bálsamo sino que también es una llamada de atención. Los Beatles nos recuerdan que antes éramos mejor y que las cosas se pueden y deben hacer de otro modo. No es casualidad que películas como ésta o «Mamma mia» o «Rocketman» o «Bohemian Rhapsody» sean todas experiencias colectivas para ser vividas en un cine. Hay necesidad de algo así”, afirmó.
La pregunta del millón es qué opinaron los beatles vivos, Paul McCartney y Ringo Starr, sobre la película. Según afirmó el director, los dos quedaron “encantados”. Algo habrán contribuido los casi 10 millones de euros (de acuerdo a la revista Billboard) que se calcula que han costado los derechos. “Cuando le contamos a Paul que el filme se llamaría «Yesterday» nos contó que menos mal que cambió el título original, sino tendría que llamarse «Huevos revueltos». Nos recordó que la canción se le ocurrió durante el desayuno”, comentó Boyle entre risas.