La nostalgia está de moda. Y más si hablamos de los años 80. Los Parchís están de regreso, y vuelven bajo el formato de un documental que contará su particular historia y que se estrena mañana en Netflix. El grupo infantil español fue un éxito en todo el mundo y pisó fuerte en la Argentina, donde los fans todavía recuerdan sus hits. Yolanda Ventura, Constantino "Tino" Fernández, Gemma Prat, Francisco "Frank" Díaz y David Muñoz vendieron 25 millones de discos, actuaron en el Madison Square Garden de Nueva York, filmaron siete películas, hacían giras mundiales y tuvieron épocas en las que no pisaron sus casas en seis meses. Eran cinco chicos vestidos de colores en una vorágine continua. "Parchís: el documental" promete bucear en aquellos días de fama temprana, incluso en sus zonas más oscuras.
El filme fue dirigido por Daniel Arasanz y producido por Inedit Producciones. "El reto de este documental fue explicar la historia de un grupo que significa tanto para millones de personas, de un grupo que atañe a su infancia, la patria de cada uno, y lo que queríamos mostrar era eso", declaró Arasanz, y agregó: "Se trata de un proyecto centrado en una historia humana, con una mirada sincera que aspira a hacer un ejercicio de empatía con el espectador, para que logre entender lo que supuso ser protagonista de un éxito tan descomunal, prematuro y sorpresivo".
Los Parchís conquistaron al público infantil entre 1979 y 1985, con éxitos como "Ven a mi fiesta", "El twist del colegio", "Hola, amigos", "Veo, veo" y "Fin de curso". La banda fue una idea de la compañía Discos Belter, que quería lanzar un grupo de niños, para lo cual publicó un anuncio en los diarios de Barcelona buscando candidatos. De ahí salió Parchís, un nombre inspirado en las fichas del famoso juego de mesa, cada uno con un color. En 1979 los cinco chicos comenzaron su carrera, en poco tiempo alcanzaron fama mundial y hasta llegaron a cantar en el Madison Square Garden. Su primer disco fue un éxito de ventas y estrenaron hasta siete películas como protagonistas, cuatro en España y las restantes en Argentina, el país hispano donde fueron más idolatrados.
Para la conformación del documental, Daniel Arasanz logró obtener imágenes y testimonios de los cinco integrantes, así como del grupo de empresarios detrás del proyecto infantil. "Yo estoy encantado con el resultado", dijo Tino Fernández. "Si hubiéramos tenido más presupuesto y más tiempo seguramente hubiera hecho más cosas, o quizá el resultado sería un plomazo inaguantable, pero Arasanz lo ha sabido sintetizar muy bien y estoy encantado", subrayó.
Por su parte, Yolanda Ventura explicó: "La separación de la banda se cuenta en el documental. Cuando Tino se salió del grupo también. No fue una relación estable. Todas las relaciones largas pasan por muchos momentos", relató. La también actriz dijo que su motivación para reencontrarse y grabar el documental fue el recuerdo del grupo que alegró a miles de niños en el mundo. "Hacer un documental no deja mucho dinero, por más que pueda ser exitoso. Es un documental y no es un gran negocio, pero es algo que puede permanecer ahí y creo que el grupo se lo merece. De alguna manera fue el primero de este boom de niños cantando para niños", enfatizó.
Los Parchís eran cinco niños que apenas habían entrado en la preadolescencia en 1979. Tenían entre 8 y 12 años y pronto descubrieron lo que era llenar estadios, despertar la histeria de los fans y firmar autógrafos hasta dejar de sentir la muñeca. "Es muy fuerte que lo mejor de tu vida, o una de las cosas más brutales de tu vida, te pase cuando sólo tienes 14 años", dijo Tino en una entrevista reciente. "Nuestra carrera era un delirio constante: yates, aviones, helicópteros, fans", añadió. "Eramos niños con un juguete que nadie más tenía (público y éxito) y era súper divertido. No tuvimos el agobio de que nos estuvieran exprimiendo la vida. No estábamos en el colegio, no nos preocupaba si nos iban a pagar o no", reconoció.
Giras, caos y estafa
Sin embargo, no todo fueron jolgorio, halagos y baños de masas. Como explicó Frank Díaz (que reemplazó a Oscar, de la primera formación), en la década del 80 el control laboral de los niños no era el mismo que se ejerce hoy. "Hacíamos jornadas de 19 ó 20 horas. Empezábamos a trabajar a las seis de la mañana y acabábamos a la una de la madrugada, después de haber hecho un triple bolo (concierto). Eramos una máquina de trabajar, pero no había quejas porque nosotros disfrutábamos mucho", afirmó.
El documental también muestra cómo el fanatismo que el grupo despertó tanto en España como en Latinoamérica tuvo consecuencias que en más de una ocasión pasaron de la anécdota. "A Tino se le dislocó un brazo porque se rompió un cordón de seguridad y se nos abalanzaron las fans en una gira por México. También hemos tenido intentos de rapto, bombas en los aires acondicionados, nos han drogado subiendo al autobús de la gira...", recordó Frank Díaz.
Es más, Díaz se atrevió a comentar que se los tutores del grupo les habían "robado prácticamente todo el dinero", y que sólo habían ganado un dos por ciento de lo que les correspondía. "Nuestro representante legal se quedó con 600 millones de pesetas de la discográfica, y la discográfica nos robó a nosotros", aseveró.
A pesar de haber pasado por episodios duros, Tino Fernández aseguró que la década en que la banda estuvo en actividad fueron años felices. "Nuestra infancia en términos generales fue feliz, divertida y apasionante. Hoy los críos tienen que suplir estos ídolos con música que no es adecuada para su edad", concluyó.
éramos tan chicos. Los Parchís tenían entre 8 y 12 años cuando llenaban estadios y filmaban películas.