La actriz Catherine Deneuve junto a cien mujeres del mundo del arte, la ciencia, el periodismo y el cine en Francia alertaron ayer del riesgo de que el escándalo de la cultura de abusos contra las mujeres destapado en Hollywood cree un clima propio de una "sociedad totalitaria" que ponga en peligro la libertad sexual.
"La violación es un crimen, pero un flirteo tenaz o torpe no es un delito y una galantería tampoco es una agresión chauvinista", señalan las firmantes en un artículo que publicó ayer el diario francés "Le Monde". "Como mujeres no nos reconocemos en este feminismo que más allá de la denuncia del abuso de poder toma el rostro de odio a los hombres y a la sexualidad", continúan.
El texto fue elaborado, según "Le Monde", por la escritora francesa Catherine Millet. Entre el centenar de mujeres, además de Deneuve, de 74 años, figuran la propia Catherine Millet y la actriz y cantante Ingrid Caven, musa y viuda del cineasta Rainer Fassbinder.
La campaña #MeToo (yo también) contra el sexismo y los abusos sexuales se desató a raíz de las denuncias vertidas en octubre contra el productor de Hollywood Harvey Weinstein. El debate creció hasta crear una conciencia legítima sobre la violencia sexual contra las mujeres que es necesaria, señala el texto. Sin embargo, las firmantes defienden "la libertad de importunar a alguien", al considerarlo "algo imprescindible para la libertad sexual".
"Desde el caso Weinstein se ha producido una toma de conciencia sobre la violencia sexual ejercida contra las mujeres, especialmente en el marco profesional, donde ciertos hombres abusan de su poder. Eso era necesario. Pero esta liberación de la palabra se transforma en lo contrario: se nos ordena hablar como es debido y callarnos lo que moleste, y quienes se niegan a plegarse ante esas órdenes son vistas como traidoras y cómplices", añade el manifiesto. Sus firmantes lamentan que se haya convertido a las mujeres en "pobres indefensas bajo el control de demonios falócratas".
#MeToo desató en la prensa y en las redes sociales una "campaña de denuncias y acusaciones públicas" que puso a los denunciados al mismo nivel de los agresores sexuales, sin darles la posibilidad de defenderse o responder, señala el texto.
Según indica el portal del diario El Mundo al citar el comunicado, las denuncias registradas en las redes sociales se convierten en "una campaña de delaciones y acusaciones públicas hacia individuos a los que no se deja la posibilidad de responder o de defenderse". "Esta justicia expeditiva ya tiene sus víctimas: hombres sancionados en el ejercicio de su oficio, obligados a dimitir por haber tocado una rodilla, intentado dar un beso, hablado de cosas intimas en una cena profesional o enviado mensajes con connotaciones sexuales a una mujer que no sentía una atracción recíproca".
"Esta fiebre de llevar a los "«cerdos» al matadero (...) sirve en realidad a los intereses de los enemigos de la libertad sexual, los extremistas religiosos, los peores reaccionarios y aquellos que opinan (...) que las mujeres son seres «especiales», niños con rostro de adultos, que piden protección", completa la nota.
Deneuve. "No nos reconocemos en este feminismo" , dicen en el artículo publicado en el diario Le Monde.