Steven Patrick Morrissey volvió a las bateas con su noveno disco solista,
después que en 1988 se disolviera The Smiths, el grupo de rock que lo lanzara a la fama. Conocido
en el mundo de la música como Morrissey o Mozz, a secas, el cantante y compositor británico puso a
consideración de sus seguidores "Years of Refusal" (Warner Music).
El álbum devuelve al mercado a un artista que, a los 49 años, sigue dividiendo
tajantes opiniones a favor y en contra. Situación que parece importarle poco, sobre todo cuando en
una entrevista en enero pasado le dijo a la agencia de noticias italiana Ansa que después del
lanzamiento de "Years of Refusal" abandonaría los escenarios. Verdad o mentira, lo real es que
Morrissey está de regreso con una obra donde abundan las guitarras y una poesía que vuelve a poner
en tela de juicio el poder del amor.
El disco fue producido por Jerry Finn, quien no pudo ver su trabajo en la calle
pues falleció unos meses después de terminar su labor. Finn ya había asistido a Mozz en 2004 en la
grabación de su álbum "You Are The Quarry".
La nueva propuesta de este cantante nacido cerca de la ciudad de Manchester,
Inglaterra, ha sido concebida como la continuación de su anterior trabajo, "Ringleader of The
Tormentors" (2006), su álbum "más poderoso" hasta la fecha, según ha asegurado el propio
artista.
En "Years of Refusal", el personaje irónico, sexuado y ermitaño que Morrissey ha
sabido recrear desde 1982 aparece revitalizado de la mano de letras más accesibles y ritmos de
conocida factura para sus simpatizantes. De todos modos, sorprenden algunos arreglos antes
inconcebibles y una poesía más repetitiva pero no menos entradora.
Sin rodeos. La vanidad también es una característica de aquel personaje. Por eso
presentó su trabajo ante un selecto grupo de periodistas en el Pigalle, un coqueto club de Londres
con reminiscencias kitsch de los años 40. Con timidez inusual, hace poco más de un mes subió al
escenario, destapó la portada del disco y alardeó: "Soy el tipo de la foto, sin Photoshop, y éste
es mi hijo". Se sucedieron risas cómplices. El artista está lejos de tener relaciones que
garanticen su descendencia.
En la misma rueda de prensa, el músico descartó que vaya a morir bajo los
reflectores. Cuando se lo consulta sobre su futuro, dice que son "escasas" las posibilidades de
seguir cantando hasta que el cuerpo diga basta. Es más, asegura que, si a cierta edad se han
cumplido las metas propuestas, uno puede salir por la puerta grande.
"La verdad es que no quiero continuar con esto durante mucho tiempo. Creo que si
lo hago, denotaría una falta de dignidad y de creatividad de mi parte". Y remató: "Todos llegamos a
un punto en el que sabemos que ya hemos hablado lo suficiente".
El cantante también ha aprovechado la vorágine publicitaria del lanzamiento del
CD para desmentir nueva y categóricamente el posible regreso de The Smiths al ruedo. "¿Por qué?
¿Para qué? ¿Sólo para satisfacer a los nostálgicos", le dijo a una revista neozelandesa.
Rechazos múltiples. El nombre del disco hasta podría asociarse a los juegos que
Morrissey ha establecido con su alter ego, el escritor Oscar Wilde. La imagen de genio arrogante y
puntilloso que no se casa con nadie, no es casual. "Nunca he obedecido. He estado diciendo «no, no,
no» durante años", le confesó a la revista Rolling Stone. De ahí el título de "Years of Refusal",
algo así como "Años de rechazo".
Y si alguien especula con que su aislamiento sea una postura propagandística, su
vida cotidiana lo desmiente. Asegura vivir de hotel en hotel, sin residencia fija, con el objetivo
de que nadie lo encuentre. Ya que, según sus propias palabras, no disfruta de compañía alguna.
Esa reserva se desliza hacia su arte cuando explica que prefiere que su público
lo escuche cantar y no que espere declaraciones en la prensa. "Me gusta que todo sea un
descubrimiento por parte del que escucha. Pero no quiero explicar como sucedió algo. No tengo
obligaciones para con nadie. En absoluto. Conmigo sí. Pero con nadie más".
En estos momentos Morrissey está embarcado en una extensa gira internacional que
coincidirá con la celebración de su medio siglo de vida, que conmemorará el próximo 22 de mayo. Y
mientras espera su cumpleaños, "Years of Refusal" tiene aires de resurrección para un artista que
cuando abre la boca pocos pueden evadirse de sus ácidos comentarios.