La historia de Lindsey Stirling es una suerte de cuento de hadas de la era de internet. Criada en una comunidad mormona en Arizona, estudió violín desde muy pequeña, y después descubrió que podía juntar la interpretación del violín con su otra pasión: la danza. Desde esta original condición de violinista, bailarina y performer decidió colgar videos en YouTube y participar del concurso "America Got Talent" (el "Talento argentino" de EEUU), donde quedó eliminada en los cuartos de final. Ahí, en medio de un programa de alto rating, un jurado le dijo: "El mundo no tiene lugar para una violinista que baila dubstep". Sin embargo, al mejor estilo película de Hollywood, Stirling se hizo más fuerte a partir de ese rechazo. Sus videos en YouTube se convirtieron en un fenómeno por los millones de visitas y su disco debut, editado en 2012, vendió más de 474 mil copias sólo en su país. El año pasado redobló la apuesta con su segundo álbum, "Shatter Me", que llegó a ubicarse en el número dos del chart de Billboard.
La música de Lindsey Stirling combina pop, clásica, hip hop, folk celta, electrónica y dance. Tiene canciones propias y versiones de temas de "El fantasma de la ópera" y "Juego de tronos"; de videojuegos como "Zelda", "Pókemon" y "Skyrim", y de hits de Michael Jackson y Rihanna. En el escenario se mueve como una bailarina clásica en medio de una rave y sus fans la ven como una "figura inspiradora". En el marco de su primera gira por Latinoamérica, la violinista de 28 años se presentará hoy, a las 21, en el teatro Auditorio Fundación, Mitre 754. Antes de llegar a la ciudad, esta joven estrella 2.0 habló con Escenario sobre su particular estilo y sobre cómo es trepar en los ránkings desde el universo de YouTube.
¿Cómo es el show que traés a Rosario?
—El show es impresionante, muy visual y muy intenso. En el show hay luces y láser, una pantalla con un montón de imágenes ingeniosas y elegantes, violines de todos los colores, un tecladista sensacional, un baterista épico, música auténtica y una pequeña bailarina llamada Lindsey que piensa que puede tocar el violín al mismo tiempo (risas).
Tu música está basada en distintos géneros. ¿Cuáles son tus influencias?
—Mis influencias son muy variadas. Mientras crecía escuché mucho a Michael Jackson, Avril Lavigne, Weezer, Bond, Vanessa Mae y también mucha música clásica y orquestal.
¿Por qué elegiste el violín como instrumento?
—Cuando era una nena, mi papá solía llevar a toda la familia a conciertos gratis que daba una orquesta en la plaza de mi ciudad. No me llevó mucho tiempo darme cuenta quiénes eran las "estrellas" de la orquesta. Además observé que el director de la orquesta, que casualmente era un violinista, siempre se llevaba todos los aplausos al principio y al final de los conciertos. Si me conocías cuando era una niña, o si me conocés ahora, te vas a dar cuenta enseguida que a mí me encanta llamar la atención. Es como si siempre estuviera tratando de decir ¡contrátenme! (risas). Cuando tenía cinco años empecé a rogarle a mis padres que me llevaran a clases de violín, hasta que finalmente me consiguieron un profesor.
¿Cómo se te ocurrió juntar el violín con la danza? ¿Qué te inspiró?
—Siempre me encantaron las dos cosas. Y hubiese practicado ambas desde chica si mis padres hubiesen podido pagar por las dos, pero mi familia no tenía mucho dinero. Así que elegí el violín por sobre las clases de danza. Cuando crecí empecé a bailar usando coreos de patín artístico, de Michael Jackson, de Fred Astaire y tutoriales de YouTube para aprender sola. Comencé a bailar con movimientos simples y a tocar el violín al mismo tiempo cuando me uní a mi primera banda en la escuela secundaria, que se llamaba Stomp On Melvin. En el último año de la secundaria competí en el concurso Miss America Junior y pensé que tal vez podría llamar la atención de los jueces haciendo algo diferente. Así que decidí juntar mis dos pasiones: la danza y el violín, y dio resultado porque gané ese concurso. Un año después subí a YouTube el video de "Hip Hop Violin" y se viralizó. El éxito de ese video y la "pequeña" presión de mis amigos me convencieron para probar suerte en "America's Got Talent". Y el resto es historia.
¿Es cierto que la música te ayudó a superar un desorden alimenticio? ¿Cómo fue ese proceso?
—Yo creo que mi música es un medio de expresión para las emociones que siento y las experiencias que he vivido. Mi música es para liberarse y creer. Lo que más amo de la música es que cualquiera puede conectarse con ella y sentir la misma esperanza que yo quiero transmitir. A través de la música yo le digo a la gente que su historia puede ser magnífica, que pueden triunfar y que con fe y tiempo las cosas van a salir bien. Aunque crear estas piezas musicales me ha traído alegría y son, definitivamente, una liberación para mí, son más la expresión de mi alegría y mi triunfo que un triunfo en sí mismo. Lo que me ayudó a superar la anorexia fue mi fe en Dios. Cuando finalmente elegí admitir que tenía un problema, entregué todo ese dolor a Dios y acepté la ayuda que me enviaba a través de mis amigos, de mi familia y de la paz espiritual que sentía a través de él. Recién ahí comencé a sanarme. Hay un capítulo entero sobre mi largo viaje hacia una vida saludable en la autobiografía que estoy escribiendo.
¿Cómo fue tu paso por "AmericaSINGLE_RIGHT_QUOTEs Got Talent"? ¿Qué aprendiste en el programa?
—Fue una experiencia maravillosa y devastadora al mismo tiempo. El programa me dio una pequeña muestra de lo que sería dedicarse a la música profesionalmente. Y a mí me encantaba ese aspecto, tanto que, a pesar de la humillación pública en la televisión nacional, hice todo lo que estaba a mi alcance después del programa para hacer mi sueño realidad. Estaba ansiosa por subirme a un escenario otra vez.
Vos llegaste al tope de los charts sin el apoyo de una discográfica grande. ¿Eso significó un esfuerzo extra para vos?
—Sí. Nadie estuvo dispuesto a ayudarme cuando empecé, así que tuve que hacer todo sola. Pero por otro lado me gustaba tener la libertad para hacer lo que quería, creativamente hablando. Y eso todavía pasa ahora. Pasé un momento difícil tratando de delegar algunas cosas y dejando que otros tomaran el control de mis proyectos, pero ahora disfruto estar involucrada en todo el proceso creativo. Eso corre para mis videos, mis giras y mis discos. Cuando la gente me pregunta quiénes son mis directores creativos yo los miro como diciendo "¿soy yo?" (risas). Sí, es más trabajo, era más trabajo y seguirá siendo más trabajo porque me gusta tener el control creativo de todos los materiales que edito.
En tu tiempo libre das charlas motivacionales. ¿De qué se tratan?
—Generalmente hablo sobre la fe y la diferencia que ha generado en mi vida. También me gusta hablar sobre lo que significa ser fieles a nosotros mismos en un mundo que está constantemente tratando de ponernos etiquetas, de ponernos en categorías y cajas. Espero que yo pueda seguir siendo un ejemplo de eso.
Estás de gira por Latinoamérica. ¿Qué sabés de esta parte del mundo y de la Argentina?
—Sé que les gusta hablar español (risas). Ojalá pueda decir algunas palabras en su idioma. También he escuchado historias sobre selvas con fabulosos animales tropicales y ruinas indígenas que me encantaría visitar. Sobre Argentina específicamente sé que tienen un gran equipo de fútbol, ¿no es así? Estoy ansiosa por llegar y conocer más sobre el país. Los viajes son una gran inspiración para mí.
¿Cuáles son tus planes para este año?
—Girar, girar y girar. Voy a estar haciendo shows durante todo el año. Tenía planeado sacar un disco para Navidad, pero a esta altura no sé si eso va a ser posible. También estoy trabajando junto a mi hermana Brooke para terminar mi libro de memorias, que debería salir en enero del año que viene. Estoy súper entusiasmada con ese proyecto.