Clásicos e innovadores al mismo tiempo, Los Pimpinela irrumpieron en la escena musical argentina en la década del 80 y se convirtieron en íconos de la cultura nacional. Desde "Olvídame y pega la vuelta" -soundtrack de miles de historias de desamor- pasando por "Ese estúpido que llama" y "Dímelo delante de ella", los hermanos Lucía y Joaquín Galán retratan las relaciones con dramatismo e intensidad. ¿La particularidad? Sus canciones muestran a una mujer despechada, herida y temperamental, mientras que Joaquín siempre interpreta a un hombre apichonado, preso de sus errores. "Como compositor, me resulta más fácil componer desde el lado de la mujer, lo estoy tratando en mi terapia", confesó Joaquín en una entrevista exclusiva con La Capital.
El dúo dará su primer show del año esta noche, a las 21, en City Center (Oroño y Circunvalación), en el que presentarán canciones de su próximo álbum "Son todos iguales" y realizarán un viaje atemporal por los clásicos de siempre. Antes del recital, Joaquín analizó cómo cambió la composición desde los 80 hasta hoy, a medida de que los roles del hombre y la mujer fueron mutando, contó los avances del Hogar Pimpinela para La Niñez que llevan adelante para la recuperación de niños y develó la gran incógnita existencial de por qué son todos iguales.
—¿Cómo va a ser el nuevo show en Rosario? ¿Va a participar la familia Fruto, ganadora del concurso "Laten Corazones" del que fueron jurados con Lucía?
—Es el primer show del año después de unos días de descanso. Es un espectáculo nuevo y lo estrenamos en Rosario como solemos hacer. Vamos a cantar los clásicos de siempre y adelantaremos canciones de nuestro nuevo disco "Son todos iguales". Va a estar la familia Fruto, los grandes ganadores de "Laten Corazones" que nos dio tanta satisfacción hacer. Fue muy emotivo ver tantas familias cantando juntos, las historias era conmovedoras ya que muchas mujeres habían postergado sus sueños porque tenían que criar a sus hijos y hoy ven reflejados en ellos lo que ellas quisieron ser. Los Fruto son impresionantes y les queremos dar la alegría a ellos y a la gente de que abran el espectáculo. La idea es volver siempre con espectáculos nuevos pero manteniendo nuestra esencia.
—¿Qué podés adelantar del nuevo álbum "Son todos iguales" que saldrá en mayo y que cuenta con la participación de autores como Ale Sergi y el Paz Martínez?
—El disco tiene un estilo muy nuestro y va a tener invitados especiales como Luciano Pereyra y Angela Leiva, una artista en ascenso con quien cantamos una especie de cumbia llamada "Son todos iguales". Nos gusta hacer una mezcla de artistas consagrados con otros que están a punto de serlo.
¿Por qué no son "todas" iguales?
—¡Porque esa frase es de ustedes! Las mujeres siempre dicen eso. Pero es como todo, hay matices. El hombre es más atolondrado, impulsivo, pragmático y la mujer es más profunda, sentimental, aguda, puede hacer mil cosas a la vez, mientras que si nosotros hacemos dos ya estamos en problemas. Creo que la mujer es la más paciente y contenedora y el hombre, desde épocas prehistóricas, es el proveedor. Aunque desde hace mucho tiempo eso ha cambiado y hoy la mujer provee más o igual que el hombre. El tema y nombre de disco es muy divertido y refleja las cosas que dicen las mujeres, en este caso, Lucía y Angela, y yo hago una pequeña descarga. En Rosario también vamos a adelantar el nuevo tema "Bastardo" que es muy fuerte y cuenta una historia intensa.
—Comenzaron en los 80 y las letras de sus canciones siempre mostraron una mujer dominante y fuerte y al hombre más apichonado, ¿es como violencia de género pero al revés, no?
—Como compositor, me resulta más fácil componer desde el lado de la mujer, lo estoy viendo en mi terapia (risas). Aunque es fuerte, siento a la mujer como la más débil en una pareja. Siempre me pongo del lado de los más débiles, y quizás sea por eso. Creo que la lucha de una mujer por trascender y ocupar su lugar, por ser vista y querida, es mucho más interesante que la del hombre, que siempre tuvimos un lugar preponderante. Así me salieron todas las canciones que compuse, desde "Olvídame y pega la vuelta", y evidentemente, hay muchas que piensan como yo.
¿Influyó el cambio de los roles en la parejas en sus composiciones a partir de la igualdad de género?
—Sin duda. Compongo lo que me nace, pero estoy absolutamente influenciado con la actualidad. En las primeras canciones de los años 80, era la mujer la que tenía que encontrar su lugar, donde Lucía interpretaba a una mujer muy despechada buscando su sitio. En cambio en las últimas dos décadas la mujer ya no necesita imponerse de esa forma, si tiene una pareja que le corresponda, bien, y sino, lo deja y busca a otro. Te hablo de las nuevas generaciones, no de las anteriores, que tienen un gran arraigo con la familia. La mujer de hoy no tiene tantos prejuicios ni tantas culpas para aguantar a un tipo que no le corresponda. Y eso se refleja en las canciones. Aunque cuando uno se enamora los libretos se caen. Y creo que más allá de la modernidad, la que más apuesta a mantener una relación es la mujer, y como es la que más se compromete, también es la que más sufre y la que más se revela cuando es traicionada. Y ahí aparecen nuestras canciones.