Diego Topa vuelve a Rosario para presentar su nuevo show. El actor y cantante,
que además es la imagen de la señal PlayHouse Disney Channel, aseguró que la “clave”
para llegar a los más chicos con la música la encontró en hacer, además de las canciones que
escuchan hoy, versiones de temas que escuchó en su infancia desde Gaby, Fofó y Miliki hasta Flavia
Palmiero, a las que les suma ritmos con los cuales los chicos se identifican como el reggaeton, el
pop y el rock. Topa definió al show como “interactivo, no es una obra de teatro, sino un
recital, con concursos y premios, como un programa de televisión en vivo”. El espectáculo se
ofrecerá hoy, a las 15.30 y a las 17.30, en el teatro Broadway (San Lorenzo 1223).
—¿Por qué te inclinaste por los espectáculos para chicos?
—En realidad empecé con infantiles. Después hice sitcoms como
“Casados con hijos”, “La niñera”, “Los Roldán”, “Montaña
rusa” y cine. Pero todos los años hacía teatro infantil. Para este camino me llevaron los
chicos. Es un público súper genuino, verdadero, transparente. Los chicos te aceptan o no te
aceptan. Me compraron a mí como persona porque no armé un personaje, así como me ven en la tele soy
en la calle.
—¿Qué diferencia encontrás entre el estilo de quienes fueron tus
referentes en la infancia y la forma en que los chicos hoy se relacionan hoy con el
entretenimiento?
—La diferencia es que los chicos de hoy necesitan un ritmo muy acelerado.
No les podés dejar mucho tiempo para pensar, porque si no se te van. Hay que estar con un timing
muy rápido. En cuanto sienten que hace cinco minutos que les estás contando lo mismo se dispersan.
Yo me tengo que adelantar a ese tiempo.
—¿Los ritmos son los mismos?
—Era música que nos encantaba, pero a los chicos vos les ponés un tema de
María Elena Walsh y por ahí les encanta la letra, pero no los atrapan los sonidos por son otros.
Trabajé mucho con Fede Montero en buscar los sonidos y lo comprobé cuando vi a mi sobrina que
escuchaba canciones actuales pero no les gustaban las letras. Entonces vi que ahí estaba la
clave.
—¿Por qué ritmos se inclinan? ¿Hay límites que les impidan escuchar
algo?
—Hoy no hay límites. Escuchan todo. Es más: cuantos más bajos ponés, más
sonidos graves, más les gusta. Les encanta tanto el reggaetón hasta el pop, rock. Tengo muy
poquitas canciones lentas. Lo pensé desde el lugar de la alegría y el compartir.
—¿El contacto más fluido con la realidad les hizo perder frescura?
—Creo que sí, que se perdió un poquito eso y por eso está bueno empezar a
tomar conciencia de eso para poder recuperarlo. Y no es tan difícil.
—¿Cuál es la clave?
—Es una cuestión de volver a contarles un par de cosas o transmitirles
desde el ejemplo. Creo que es la forma en que uno lo transmite y a veces los chicos escuchan más a
un amigo que a los papás, así que es un deber muy importante y me encanta que pueda ayudar con un
granito de arena con algo tan importante como la inocencia, la infancia, preservar los valores
mínimos, como el por favor, el permiso, el silencio, el respetar, el ordenar, compartir y estar
atento al otro y no mirarse a uno todo el tiempo.