"La librería", contra viento y marea
"La librería", contra viento y marea
Calificación: ***. Intérpretes: Emily Mortimer, Bill Nighy, Patricia Clarkson. Dirección: Isabel Coixet. Género: drama. Salas: Cines del Centro.
La directora Isabel Coixet aseguró que "La librería" fue la película que siempre quiso filmar. Esta realizadora que generalmente elige tramas intensas, en esta ocasión encaró un relato ambientado en la placidez de un pueblo costero en la Inglaterra de posguerra.
Como en "La vida secreta de las palabras" o "Nadie quiere la noche", el personaje protagónico es una mujer en un contexto hostil. Florence Green es una viuda que apuesta su escaso capital a abrir la única librería del lugar, una iniciativa que chocará contra los planes de una aristócrata que quiere convertir la casa en un centro de arte. El filme es la adaptación de una novela de Penelope Fitzgerald, y Coixet crea una atmósfera propia para este trabajo que recuerda los climas de algunos clásicos ingleses, con intrigas y diferencias de clase, y los conflictos íntimos y pequeñas tragedias de algunos autores contemporáneos.
Para lograr esa complejidad contó con un elenco extraordinario encabezado por Emily Mortimer en el rol de la heroína y Patricia Clarkson como su antagonista. Como mediador entre ellas aparece el personaje interpretado por Bill Nighy, un excéntrico, un aristócrata que vive recluido en su casa con la única compañía de su interés por la lectura. Alrededor de ellos gira un universo en el que todo se dice a media voz y con buenos modales, aunque debajo fluyan el la arrogancia y el egoísmo.
Rodolfo Bella
"El reencuentro", heridas de guerra
Calificación: **. Intérpretes: Bryan Cranston, Steve Carell, Laurence Fishburne, J. Quinton Johnson y Deanna Reed-Foster. Dirección: Richard Linklater. Género: Drama. Salas: Del Centro, Showcase, Hoyts y Village.
El paso del tiempo es uno de los grandes temas de la filmografía de Richard Linklater (“Antes del amanecer”, “Boyhood”). En su última película, “El reencuentro”, el director norteamericano vuelve a hacer eje en la misma cuestión, aunque esta vez hay un problema con el “tiempo” de la película en sí, porque sus 125 minutos resultan interminables. Esta suerte de secuela de “El último deber” (1973) cuenta la historia de tres ex combatientes de Vietnam que se reúnen después de tres décadas cuando uno de ellos tiene que ir a buscar el cuerpo de su hijo, recientemente fallecido en la guerra de Irak. Hay un viaje planificado que va a complicarse, como es esperable, pero la película termina siendo una road movie de manual con giros narrativos previsibles. Linklater siempre trabaja con estereotipos, y esta no es la excepción. En el trío protagónico está el pendenciero medio borracho (Bryan Cranston), el padre golpeado por las pérdidas (Steve Carell) y un ex soldado de pasado salvaje que se convirtió en pastor (Laurence Fishburne). Las personalidades opuestas generan roces, está claro, pero el director agota este recurso hasta al cansancio. Cranston y Fishburne parecen estar enredados en un mismo e interminable diálogo durante dos horas, y el peso dramático recae sólo sobre el formidable Carell, que brilla en una escena donde su gesto de angustia muta en un genuino ataque de risa. Otro asunto que hace ruido es la ambivalente relación de los personajes con el concepto de patriotismo: critican las mentiras de los sucesivos gobiernos pero en el fondo reivindican que se sigan mandando tropas al extranjero. Tal vez el único motivo para quedarse hasta el final de “El reencuentro” sea el tema de Bob Dylan “Not Dark Yet”, que suena en los títulos. Esa sola canción dice más que la película.
Por Carolina Taffoni
“Rampage: devastación”, los gorilas nunca mueren
Calificación: **. Intérpretes: Dwayne Johnson, Jeffrey Dean Morgan, Malin Akerman. Dirección: Brad Peyton. Género: Ciencia ficción. Salas: Monumental, Showcase, Hoyts y Village.
Basada en el videojuego del mismo nombre, “Rampage: devastación”, trata sobre el primatólogo Davis Okoye, quien comparte un vínculo con George, un gorila al que cuidó desde su nacimiento. Pero un inescrupuloso experimento genético mutó al simio en una furiosa criatura gigante.
Pero no es el único: también hay lobos voladores gigantes. Sí, voladores. Y un cocodrilo del tamaño de una manzana completa de Chicago. Estos depredadores están bajo el efecto de genes violetos que los obligan a destruir todo Norteamérica. Pero Okoye realiza un equipo con una ingeniera en genética para obtener un antídoto. Así, deberán luchar contra estas criaturas para salvar a la gente de una catástrofe mundial.
Con escenas que recuerdan a los clásicos “Godzilla” o “King Kong”, el filme es uno más para quienes gustan de la ciencia ficción. Si bien el filme mantiene la intriga y la acción de principio a fin, y los efectos especiales son realmente brillantes, la dosis de ridiculez es tan grande que transforma esta producción en una película más.
El mayor crédito se lo lleva Dwayne Johnson, el amo de las películas de acción de los últimos años, como la saga de “Rápido y furioso” y la recientemente estrenada “Jumanji”.
Por Luciana Boglioli