Javier (Imanol Arias) es un ejecutivo español de una multinacional que trabaja en la filial de la empresa en Buenos Aires. Javier gana muy bien, tiene una mujer hermosa y joven y está por ser ascendido. Sin embargo, cuando la empresa le exige que despida a empleados de su sección debido a una supuesta "crisis", Javier se niega, y ahí empieza su calvario. En el medio, como salido de la nada, también aparece un porteño agresivo y vengativo (Darío Grandinetti), que por un simple error comienza a perseguir al ejecutivo hasta hacerle la vida imposible. Si el argumento de "Retiro voluntario" resulta un tanto difícil de explicar es porque con el guión está todo mal desde el principio. Y en realidad es una pena, porque el planteo de la película es interesante. El guionista y director argentino radicado en Madrid Lucas Figueroa ("Porque hay cosas que nunca se olvidan", "Viral") intenta construir una comedia crítica sobre el mundo de las grandes empresas y los oscuros manejos de sus oficinas de Recursos Humanos. El problema es que nunca lo consigue. Su mirada se queda en la superficie y en el trazo grueso, y los personajes están desdibujados. La verdadera identidad del personaje de Grandinetti, por ejemplo, se revela demasiado tarde, y eso hace que su relación con el protagonista (Arias) parezca caprichosa y ridícula.
"Retiro voluntario", además, comete el peor pecado de una comedia: no hace reír. El guión recurre a chistes gastados (las malas palabras, los efectos de un porro, las diferencias entre "gallegos" y argentinos) que rozan lo irritante. Los actores aportan sus años de experiencia y sus firmas (la mayoría son grandes figuras), pero es poco lo que pueden hacer para salvar a esta comedia fallida.
Por Carolina Taffoni
"Viento salvaje", sangre en la nieve
Calificación: ****. Intérpretes: Jeremy Renner, Elizabeth Olsen, Kelsey Asbille, Graham Greene y Eric Lange. Dirección: Taylor Sheridan. Género: Thriller. Salas: Del Centro, Monumental, Showcase y Village.
El director y guionista Taylor Sheridan regresa al Oeste de Estados Unidos, esta vez nuevamente como guionista y además director, con "Viento salvaje". Sheridan, también actor, fue candidato al Oscar a mejor guión por "Sin nada que perder", con Chris Pine y Jeff Bridges. Ahora se trasladó al norte, a la reserva indígena Wind River (el título original del filme), en Wyoming, para hablar de las desapariciones de mujeres nativas americanas, de lo cual, según los títulos del final, no se lleva registro.
El cineasta, que presentó "Viento salvaje" en Sundance y con el cual ganó el premio a mejor director en la sección "Una cierta mirada" del pasado festival de Cannes, construye un thriller con precisión narrativa y buenas actuaciones. La trama se desarrolla y revela su conflicto a partir del primer minuto cuando la cámara sigue a una mujer corriendo en medio de la noche por un campo nevado. A partir de esa escena, Sheridan apela a flashbacks para contar una historia en la que serán claves los lazos y códigos que unen a los protagonistas: un empleado del Servicio Forestal, el sheriff del pueblo y una investigadora del FBI.
Por Rodolfo Bella
"Alanis", la realidad cruda de la prostitución
Calificación: Intérpretes: Sofía Gala, Dante Della Paolera, Santiago Pedrero, Dana Basso, Silvina Sabater. Dirección: Anahí Berneri. Género: Drama. Salas: Hoyts, Monumental y Village.
Cruda, realista y atrapante, "Alanis" cautiva por su historia y la naturalidad de su protagonista, Sofía Gala Castiglione, que protagoniza el filme junto a su hijo real. La trama del quinto filme de Anahí Berneri aborda el tema de la prostitución y la ambigüedad que genera. ¿Es una elección? ¿Se es libre cuando la necesidad de alimentar a tu hijo acecha? ¿Es un trabajo digno o cosifica a la mujer? Alanis es una madre soltera que cría a su hijo en Capital Federal en un "privado", que comparte con otras colegas. Pero el conflicto comienza cuando dos autoridades se hacen pasar por clientes y allanan el prostíbulo. De este modo, la protagonista comienza una odisea para lograr tener techo y comida. La clave del filme es precisamente la intimidad que logra la protagonista con el espectador, donde se pone en evidencia el vínculo real de Gala con su hijo. Una propuesta inteligente que intenta y logra crear una visión amplia y desprejuiciada sobre la prostitución y todo lo que la rodea: la burocracia, las leyes que penan pero no rehabilitan, la violencia de género y los consumidores de este tipo de servicio sexual.
"Borg vs. mcenroe", un pobre doble retrato
Calificación: **. Intérpretes: Sverrir Gudnason, Shia LaBeouf, Stellan Skarsgård, Tuva Novotny, Robert Emms. Dirección: Janus Metz. Género: drama, biografía. Sala: Monumental, Showcase, Del Centro, Village.
La mayoría de las películas sobre hitos deportivos tiene el mismo problema: a la hora de reproducir el hecho puramente deportivo directores y actores fallan porque no son deportistas profesionales, y entonces las tomas parecen exageradas en su dramatismo, con actores más cerca de ser danzarines que atletas. Esto se vio bastante en los filmes sobre boxeo. Y ahora pasa algo parecido en "Borg vs. McEnroe". La película del danés Metz cuenta la historia de la rivalidad entre dos leyendas del tenis: el sueco Bjorn Borg y el norteamericano John McEnroe, teniendo como marco la final de Wimbledon de 1980. Seguramente por su extracción escandinava, el director enfocó la película más en la figura de Borg, la relación con su maestro y su novia, que en el perfil del irascible tenista neoyorquino. Y si bien se puede disimular con una buena edición las tomas deportiva (de hecho las disimula aceptablemente Metz), la síntesis de los perfiles psicológicos de las dos estrellas son marcadamente arquetípicas: los tenistas son niños soberbios, solitarios, egocéntricos, oscuros y perfeccionistas. Así, los datos biográficos, que imaginamos muchos e interesantes en este doble retrato, hacen agua por toda la pantalla grande.
Por José L. Cavazza