"Vinimos a tratar de estar lejos de Buenos Aires, a estar tranquilos, dormir, chupar, comer y hacernos masajes", detalló.
"Me embola estar aclarando lo que no hay, no tengo de que esconderme ni ocultar, no soy una ladrona y Diego tampoco. Hablo porque yo laburo de esto. Él no tiene por qué contarle o no a la gente qué hace en su cama. Lo mejor que hago en la vida es ser madre, todo lo hago por mis hijos", agregó.
"A veces lloramos y a veces nos reímos, es un proceso largo. Con Diego nunca estuvimos mal, mantenemos una armonía. Hablamos mucho y lloramos un montón, los dos, Diego también llora", reveló.
Respecto a sus sentimientos, analizó: "Me enojó la mentira, lo marginal y lo berreta de la situación, pero eso no me llevó a una crisis profunda".