El nuevo disco de Living Colour, "Shade", es una mezcla explosiva del rock negro que los vio nacer hace 30 años a base de los punzantes riffs de hardrock de Vernon Reid, más una dosis justa de cortes progresivos, blues, metal y funk, más la voz increíble de Glover. Cada recital del grupo neoyorquino —en Rosario ya dieron tres— es una demostración del sonido demoledor del rock y una nueva señal de que la esencia sigue intacta. Algo de esto sucederá seguramente hoy a las 20.30 cuando el guitarrista Vernon Reid, el baterista Will Calhoun, el cantante Corey Glover y el bajista Doug Wimbish suban al escenario del teatro Vorterix (Salta 3519). Es decir, una noche asegurada de rock potente a cargo de una de las bandas más creativas que vio nacer la década de los 90.
El disco que los trae a Rosario, después de tocar por última vez en 2013 en el hoy desaparecido Club Brown, es precisamente "Shade", el séptimo de su discografía y un trabajo que con el tiempo logrará convertirse en un clásico.
"Nos preguntamos cómo sería hacer un álbum de blues con nuestra propia interpretación del género, y así buscar el lado artístico y desarmar el ADN del blues, resolviendo cómo influye en los géneros modernos como el rap, rock, country, dance, funk, reggae, lo que sea, donde todos tienen algo del blues. Eso fue todo un desafío", asegura el bajista Doug Wimbisch.
—¿Cuáles son hoy los desafíos creativos de Living Colour, a fin de seguir siendo un plan atractivo para el público?
—El desafío es mantenerse al día y continuar tocando en vivo. Estar frente al público te mantiene al día, porque la banda junto a su público en vivo se convierten en una misma cosa y en tiempo real.
—¿Qué significa salir a la ruta de gira?
—Salir de gira es un trabajo de amor. También, salir en tour ahora es muy difícil, porque no hay garantías de cómo van a funcionar las cosas. La clave es llegar a casa a salvo.
—¿En qué se vincula "Shade" a los tiempos que estamos viviendo?
—Todas las canciones de "Shade" conectan el pasado con el presente. "Preaching Blues" e "Inner City Blues" (el nombre alude a las zonas marginales de las ciudades), están escritas por artistas que desafortunadamente murieron a causa de la violencia de las armas. Y este es todavía el mundo en el que vivimos hoy. "Shade" es una biografía sonora transmitida desde los sabios que influenciaron a Living Colour. Nosotros no somos los arquitectos, nosotros somos los receptores de un maravilloso ADN que fue pasando a través de las generaciones.
—¿Cuáles fueron las inspiraciones de "Shade"?
—El blues. El ADN del blues está conectado con estilos muy diferentes de música moderna actual como el rock, el rap, el funk, el blues, el regaae, el hip hop, el soul y el R&B. Son sólo unos pocos ejemplos de cómo la música está conectada al blues. Nos preguntamos cómo sería hacer un álbum de blues con nuestra propia interpretación del género, y esto es lo que salió...
—Es cierto, se siente la influencia del blues en "Shade", ¿pero qué es el blues para Living Colour?
—Es nuestra historia, nuestras raíces y nuestro patrimonio.
—¿Cómo era hacer rock hace 30 años y cómo es hacerlo ahora?
—Fue muy divertido 30 años atrás, porque sobre todas las cosas fueron tiempos locos. Ahora tenemos más experiencia, y por eso mismo te cuidás más.
—¿De qué les ha servido toda esa experiencia acumulada?
—En que ahora tenemos más sabiduría y más respeto por el arte.
—¿Qué cosas generan hoy presión sobre la banda?
—La responsabilidad que tenemos sobre nuestras familias.
—¿El contexto de la política actual de Estados Unidos debe definir el compromiso del rock con la realidad?
—No lo sé realmente, pero si te mantienes fiel contigo mismo entonces no tienes que preocuparte por la política de un país. La música es una reflexión sobre tu vida, porque la manera en la que vivís se hace música.
—¿A ustedes cómo los toca este contexto?
—En este mundo difícil en que estamos viviendo ahora, mi meta es ayudar a las nuevas generaciones de la forma en que pueda.
—¿Qué discos cambiaron tu vida?
—"Electric Ladyland" de Jimi Hendrix; "Chocolate City", de Parliament; "Bitches Brew", de Miles Davis, y "There's a Riot Goin' on", de Sly Stone.
—Por último, "Shade" se trata de un disco hecho en estudio, ¿cómo se mejora en el show en vivo?
—¡Vení al concierto y se responderá esta pregunta! (risas) Es en vivo y en colores.