Cuando la realidad te estampa contra el piso necesitás un poco de música para volar. Y hoy es una buena oportunidad. Al aire libre y en el Anfiteatro Municipal, el grupo Música para Volar (MPV) presenta su espectáculo “Sinfónico bajo las estrellas”, en el que por primera vez la banda rosarina interpretará en el escenario canciones de Gustavo Cerati y Charly García en un mismo repertorio. La movida comenzará este viernes desde las 20 con la presentación de Dani Lesté y Emiliano Zamora y a partir de las 21 subirá a escena MPV, integrada por José Matteucci en voz y batería, Alexis Thompson en guitarras, Julieta Sciasci en bajo, y Bruno Moreno en piano y arreglos. Los tickets para el concierto pueden adquirirse en www.mpvolar.com.ar, a través del sistema Ticket for Lovers, en un show donde los espectadores se ubicarán en burbujas de 2, 3, 4, 5 y 6 personas para garantizar las condiciones sanitarias. “Nosotros intentamos que la música sea la protagonista. Buscamos que cada espectáculo sea un espacio de encuentro con canciones que son parte de nuestra cultura, y también que sea un espacio de redescubrimiento”, dijo Matteucci a Escenario.
—¿Qué puntos en común encontraron en las canciones de Cerati y García para conformar un espectáculo como “Sinfónico bajo las estrellas”.
—Creo que ambos son referentes insoslayables de la cultura rock latinoamericana y sobresalen por muchos motivos. Entre otras cosas, tanto Charly como Cerati han concebido sus creaciones de manera integral, trascendiendo el perímetro de melodía y letra. Todo lo que suena en un disco de ellos es importante y está incluido con un nivel de preciosismo que nos permite seguir encontrando belleza en cada escucha. Y lo hacen sin abandonar nunca la esencia de ese objeto mágico que es la canción. Los arreglos orquestales de los espectáculos de Música para Volar son escritos por Bruno Moreno, nuestro pianista, y una de las premisas que toma para hacerlo es orquestar el material sonoro de las grabaciones, de manera tal que esas ideas musicales aparezcan a través de las texturas que permite la paleta sinfónica.
—Música para Volar se formó en 2012 y con el tiempo consiguieron ganar prestigio en la ciudad primero y después en otras provincias argentinas. ¿Por qué motivo creen que un grupo que reversiona clásicos de referentes musicales llegó tan alto en la consideración del público?
—Nosotros intentamos que la música sea la protagonista. Buscamos que cada espectáculo sea un espacio de encuentro con canciones que son parte de nuestra cultura, y también que sea un espacio de redescubrimiento. Sabemos que las obras que interpretamos están en un lugar privilegiado del corazón del público y ponemos lo mejor de nosotros en la interpretación. Al mismo tiempo, al decidir un arreglo o una forma de interpretar, nos estamos interrogando sobre qué nos dicen hoy esas canciones. Las obras de García y Cerati ya son clásicas, sí, pero esa tradición no es algo acabado, sino vivo; ahí está lo que fuimos, lo que somos y lo que podemos llegar a ser.
Puente (Gustavo Cerati)- versión sinfónica por Música para Volar
—¿Qué temas de Charly y Gustavo no pueden faltar en esta propuesta?
—Digamos que la lista de canciones que armamos para este recital fue elegida en base al océano de sentimientos que nos inunda en este momento. Por un lado, es la euforia del reencuentro: poder volver a compartir música de manera presencial después de tanto tiempo se siente como una explosión liberadora, y habrá mucha música que nos lleva eso al cuerpo. Sin embargo, mientras íbamos armando el espectáculo fuimos entendiendo que hay mucho más también. En la contemplación de lo que vivimos, del mundo complejo e impensado que hoy habitamos, nos fueron resonando melodías y frases que también serán parte del viaje musical de este viernes.
—Hay ejemplos sinfónicos de ambos: Cerati había trabajado con orquesta en “11 episodios sinfónicos” y Charly le dio hasta un aire sinfónico al mismo Himno Nacional Argentino y siempre defendió la pared de sonido, incluso con la malograda vuelta de Sui Generis en el disco “Sinfonías para adolescentes” (2000). ¿Ese pulso sinfónico de ambos les sirvió de punto de partida para este espectáculo?
—”Sinfonías...” es de 2000 y los “11 episodios...”, de 2001. Interesante que ambos hayan tenido “inquietudes sinfónicas” en los albores del milenio, ¿no? Se inscriben en una línea que viene desde “Sgt Pepper...” y que ya, acá en Argentina, estaba presente en Almendra: “Laura va” tiene una orquesta de cuerdas, maderas, arpa y bandoneón. Pero, aunque amamos esos discos y son parte de nuestra experiencia sensible en la música, nosotros fuimos por otro lado. Desgrabamos versiones originales (y en vivo también) y tratamos de sacar hasta la nota más escondida. Una deconstrucción. Con esa “arcilla” se hace el trabajo de orquestación; una suerte de recomposición de esa máquina que desmantelamos para poder comprender su funcionamiento interno, pero ahora con otra paleta tímbrica, otras texturas. “Orquestar es componer”, dijo Rimsky-Korzakov.
Música para Volar Sinfónico - Cerca de la Revolución (Charly García)
—¿Más allá del parate por la pandemia, qué planes tienen de girar con este show, considerando que ya tienen la experiencia de salir de gira con la banda?
—Digamos que 2020 nos enseñó a no planificar demasiado a mediano y largo plazo. Por supuesto que nos encantaría volver a las giras, de hecho el año pasado estábamos por volver a Chile y llegar a Uruguay cuando comenzó la cuarentena, pero lo cierto es que la situación actual implica ir día a día viendo qué cosas son posibles, siempre cuidándonos.
—¿Qué proyectos tienen para el futuro? ¿Los seduce hacer versiones sinfónicas de otros referentes del rock o de la música popular (no solo del rock argentino), o bien ya imaginan alguna nueva etapa con música propia?
—Imaginamos que en Música para Volar seguiremos creando espectáculos que nos emocionen, poniéndole el cuerpo a los repertorios que nos interpelen en cada momento. Disfrutamos mucho de eso, del proceso creativo y el trabajo en equipo. Nos gusta y nos llena dedicar tiempo y energía a eso. En cuanto a las composiciones propias, los cuatro integrantes de MPV participamos de ese tipo de procesos también: Alexis Thompson ya editó dos discos; Julieta Sciasci graba y toca sus canciones, que presenta liderando su banda; Bruno Moreno compone obras de cámara y las presenta en los circuitos de música contemporánea y yo formo parte del grupo Chales Wilson, donde estamos creando música nueva.
—¿Pensaron en grabar un disco de Música para Volar?
—Creo que lo que hacemos en Música para Volar tiene mucho que ver con el ritual de encontrarnos a compartir música, con el vivo. En ese sentido, no hemos pensado en grabar un disco, pero sí se grabaron varias presentaciones de algunos espectáculos, que están disponibles en Spotify y YouTube para quien quiera escuchar.