Hay una frase tan recurrente como cierta: “Hay canciones que son la banda de sonido de tu vida”. El documental “El cine a través de la música”, que se estrena hoy, a las 22, por Televisión Pública, pone en valor esta cita porque invita a expresar que hay películas que son la banda de sonido de la vida de una o varias generaciones. El largometraje de Emilio Cartoy Díaz, presentado por el Instituto Nacional de la Música (Inamu), es un viaje emocional que recorre desde el cortometraje “Yira Yira”, de Enrique Santos Discépolo hasta “El ángel”, “El secreto de sus ojos” y “El trueno entre las hojas”, con Isabel Sarli, en un recorrido que rescata con justicia a “Juan Moreira”, cuya música de Pocho Leyes y Luis María Serra es una de las melodías más emblemáticas del cine argentino.
“Poder ver el documental «El cine a través de la música» o «La música a través del cine» es una experiencia extraordinaria. ¿Por qué extraordinaria? Porque tiene una compilación de más de cien películas históricas con sus maravillosas bandas de sonido, que hacen a la vida de varias generaciones, y que hacen que nuestro cine tenga una identidad tan potente tanto en su lenguaje visual como en su lenguaje musical”, dijo Diego Boris, presidente del Inamu.
En el filme se suceden un compilado de imágenes con un criterio muy preciso, ya que se seleccionaron escenas icónicas de películas en las que la música está muy lejos de ser un complemento. Y justamente es Luis Puenzo, presidente del Instituto Nacional de Cine y Arte Audiovisuales (Incaa), quien lo reafirma. “La música no es constitutiva de la película, la música es la película”, expresa en el documental el director que levantó un Oscar por “La historia oficial”.
Además de Puenzo, aparecen otros realizadores de la talla de Pino Solanas, Lita Stantic y Lorena Muñoz, además del eterno Leonardo Favio en el rodaje de “Aniceto”, y es un ejercicio de aprendizaje oír los testimonios de los músicos que hicieron las bandas de sonido de películas históricas.
Más allá de las voces de artistas populares como Gustavo Santaolalla, Litto Nebbia y Alejandro Lerner, toman una importancia superlativa las palabras de músicos más conocidos por su labor en las películas que por sus apellidos.
Son los casos de Sebastián Escofet, que musicalizó “El clan” y “El último Elvis”; y de Emilio Kauderer, que debutó con “La discoteca del amor” (Adolfo Aristarain), para lo que contó con la colaboración de un jovencísimo Lerner; y que brilló en “El secreto de sus ojos”, de Juan José Campanella.
Spot - "El Cine a través de la Música" - Domingo 2 de agosto 22 hs. por TV pública
Precisamente, en una parte del filme ganador del Oscar, Kauderer cuenta que tuvo que pedirle al director que demore la escena del final, en el momento en que el tren en el que viaja Ricardo Darín está por arrancar, mientras su amada, interpretada por Soledad Villamil, sale por el andén a correr la locomotora. “Le pedí al director que espere unos segundos la salida del tren para que me entre la melodía, y lo convencí”, dijo Kauderer.
Entre los relatos de los protagonistas se intercalan imágenes de alta intensidad en el rígido emotivo. Así transcurren desde “Los inundados”, en blanco y negro, de Fernando Birri; hasta el momento de la locura familiar cuando aparece la nona de Antonio Gasalla en “Esperando la carroza” y el contraste del silencio solitario de Daniel Giménez Cacho en “Zama”, esa premiada realización de Lucrecia Martel.
“Esta evolución de la tecnología, que permite ver en un mismo soporte la música y la imagen, ha dado muestras en nuestro cine en particular que dos talentos pueden generar una obra mayor”, dijo el titular del Imusa. “Esa situación, sumada a cómo van apareciendo en el documental películas que no tienen que ver con una cronología, sorprenden al espectador llevándolo por caminos de emociones distintas. Y eso es la magia que tiene el arte”, agregó Boris.
En medio de las tantas perlitas que tiene este documental, que luego del estreno de hoy en la televisión estatal no estará disponible en ninguna plataforma de streaming, se incluye la palabra de José Martínez Suárez, en una de sus últimas entrevistas como presidente del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
“Yo soy músico, tengo 70, 75 años de pianista”, dice Martínez Suárez, quien cuenta en el filme que le dio “total libertad” al Gato Barbieri para musicalizar “Dar la cara” (1962). Y la lograda escena que muestra este largometraje ratifica que esa libertad funcionó de maravillas.
“Tanto el director Emilio Cartoy Díaz como todo el equipo de producción han logrado en esta producción una síntesis que no sólo es rigurosa, sino que también es muy emotiva, como lo es nuestra cultura y nuestro arte. Es una experiencia para ver y disfrutar, tanto es así que las dos horas que dura el documental te deja ganas de más. Por eso digo que el título es «El cine a través de la música» o «La música a través del cine», el orden de los factores acá no altera el producto final”, concluyó el presidente del Instituto Nacional de la Música.
Así, el cine y la música vuelven a demostrar el hilo rojo que las une. Porque siempre hay melodías visuales y siempre habrá imágenes que cantan “una que sepamos todos”.