Judy Bolton quiere sus 15 minutos de fama. Interesada en aparecer en el programa
televisivo "Gran Hermano", la terapeuta de 51 años se inscribió en la nueva Escuela de Televisión
Reality de Nueva York, y pasó a formar parte de un grupo creciente de personas que busca ayuda para
llegar a este género de la pantalla chica.
Bolton es una de las aproximadamente 30 personas que pagó hasta 140 dólares para
asistir a la segunda sesión organizada por la escuela. "Quiero los 15 minutos de fama que todo el
mundo desea", dijo durante un receso del curso de tres horas.
Bolton, quien confesó que también le gustaba el programa "The Amazing Race" pero
que le preocupaban las bromas, está al tanto de la ironía que significa tomar un curso para
aprender a ser auténtica: "Te dices a tí misma «¿Para qué necesitas eso cuando en realidad reality
significa ser uno mismo?».
"¿Por qué necesitas ir a la escuela para ser tu misma?", señala. Pero ella y
muchos otros están haciendo fila por el curso.
En Londres, la Escuela Central de Oratoria y Dramaturgia —que logró una
imagen prestigiosa enseñando teatro a figuras como Laurence Olivier, Vanessa Redgrave y Judi
Dench— se ha visto inundada por personas interesadas en el género del reality.
Para las 47 vacantes de su programa de actuación universitaria, la escuela
recibió este año 4.000 solicitudes. Geoffrey Coleman, director de actuación, sostiene que la
mayoría de ellos acudió al lugar equivocado.
"Lamentablemente hay muchas personas que, francamente, están engañadas", indica
Coleman. "No hay 15 minutos de fama aquí. Esto se trata de una carrera para toda la vida, un viaje
de toda la vida hacia su arte", agrega.
Pero el profesor, actor y productor Robert Galinsky vio una brecha en el mercado
e inauguró la Escuela de Televisión Reality de Nueva York después de ayudar al entrenador de
animales Jorge Bendersky a prepararse para competir en el programa "The Groomer Has It", del canal
Animal Planet.
Bendersky terminó en tercer lugar y ahora les da a los estudiantes de la escuela
de Galinsky sus mejores 10 consejos, que incluyen aprender a maquillarse, preparar atuendos, y a
alertar a las cámaras lo que planeas hacer para que no se lo pierdan.
Galinsky, por su parte, afirma que las duras críticas de que su escuela está
capacitando a personas para sólo ser ellas mismas son realmente ingenuas.
"La televisión reality no es real, todo es forzado y está elaborado y se trata
simplemente de un drama sin guión", dijo. "De modo que si piensas que estás viendo a personas
auténticas actuando realmente, entonces estás muy errado", aseveró.
Galinsky les reparte "ocho mandamientos para la televisión reality" a sus
alumnos, que incluyen: "Muestra confianza y no arrogancia"; "di sí tan a menudo como sea posible" y
"nunca digas soy actor". Y eso es sólo una prueba de las más sorprendentes.
Cinco cámaras de televisión registran cada uno de sus movimientos y las
reproducen en grandes televisores que están repartidos por la sala, preparando a los estudiantes
para la presión de ser observados constantemente.
Un productor que realiza las pruebas para los reality imparte lo que se debe y
lo que no se debe hacer en una audición, y los alumnos son puestos a prueba en sesiones de castings
acelerados.
Billy García, un ex participante de la serie estadounidense "Survivor", dice a los
estudiantes que la televisión reality es un buen modo de divertirse y ganar dinero. "Dos años más
tarde, sigo ganando algo de dinero con ello", indica, en un ejemplo adaptable para decenas de
figuras surgidas de los realities de la Argentina.
En programas como "Gran Hermano", donde las cámaras siguen cada movimiento de un grupo de
desconocidos que vive juntos, y en espacios basados en el talento que se proponen encontrar al
próximo gran cantante, modelo, diseñador, cocinero o bailarín, los reality han producido
interminables horas de éxitos transmitidas en todo el mundo en la década pasada.
"Gran Hermano", transmitido por primera vez en Holanda en 1999, es considerado ampliamente
como el programa que abrió el camino para el género televisivo.
El concepto fue un éxito para los niveles de teleaudiencia, visto por más de 2.000 millones
de personas en 50 países, pero su popularidad en algunas regiones está menguando. Aunque no lo
suficiente. Y ahora las escuelas citadas en esta nota reavivan el formato.