Es una de las películas más esperadas del año. Y los motivos sobran. Hoy se estrena en Netflix la versión de “Pinocho” de Guillermo del Toro, el famoso director mexicano dos veces ganador del Oscar. El realizador de “La forma del agua” reinventa la historia de la marioneta de madera con la centenaria técnica del stop motion (animación cuadro por cuadro). Y el resultado, según se vio en los anticipos, es asombroso. El film está basado en las ilustraciones de Gris Grimly para su edición de 2003 de la clásica novela italiana “Las aventuras de Pinocho”, de Carlo Collodi. Y el elenco de voces para los personajes principales incluye a estrellas como Cate Blanchett, Ewan McGregor, Christoph Waltz, Tilda Swinton y John Turturro.
Hace poco se estrenó en Disney+ una versión live action de “Pinocho” protagonizada por Tom Hanks, pero las críticas fueron malas y no obtuvo la repercusión esperada. La película de Del Toro, en cambio, viene precedida de excelentes críticas y es probable que sume algunas nominaciones para los próximos Oscar. El mexicano contó en este caso con la vital colaboración del veterano artista de stop motion Mark Gustafson, conocido por haber sido el director de animación de “El Fantástico Sr. Zorro”, el film de 2009 dirigido por Wes Anderson.
Del Toro explicó a la revista Vanity Fair que él decidió contar “Pinocho” a su manera. De hecho su película es “contraria al libro, porque el texto original busca la domesticación del espíritu del niño de una forma un tanto extraña”, señaló. “Es un cuento con mucha inventiva, pero que también se posiciona a favor de obedecer a los padres, ser un buen chico y ese tipo de cosas. Muchas veces me ha parecido que la moraleja se posiciona a favor de la obediencia y la domesticación del alma, pero la obediencia ciega no es una virtud. La virtud de Pinocho es su desobediencia. En un momento en el que todos los demás se comportan como marionetas, él elige no hacerlo. Esas son las cosas que a mí me interesan. No quería volver a contar la misma historia. Quería contarla a mi manera, tal y como yo entiendo el mundo”, afirmó.
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El realizador en la alfombra roja, con una réplica de su Pinocho.
En ese sentido, el realizador agregó que siempre se sintió intrigado por las conexiones entre Pinocho y Frankenstein: “Ambas historias tratan sobre un niño al que arrojan a nuestro mundo. Ambos han sido creados por un padre que espera que descubran por sí mismos qué es el bien y el mal, la ética, la moral, el amor, la vida y aquello que es imprescindible. Creo que así fue la infancia para mí. Tenías que descubrirlo todo a partir de tu limitada experiencia”.
La versión de Del Toro está ambientada en la época fascista de Benito Mussolini en Italia. Esto no sirve sólo para plantear una trama más madura, también funciona para hacer una crítica social importante y exponer una postura muy personal sobre la niñez en contextos bélicos, algo que ya vimos con anterioridad en películas del mexicano como “El espinazo del diablo” y “El laberinto del fauno”. El director habló con The Hollywood Reporter sobre su interés por retratar este tipo de infancias y cómo conectan estas tres entregas: “Las tres películas tienen que ver con la infancia chocando con la guerra y la violencia. Creo que para mí siempre han sido las películas sobre la paternidad y ser padre o ser hijo, y creo que en esas interacciones, el fascismo parece estar preocupado por una figura paterna de un tipo diferente y el deseo de entregarnos a nosotros mismos a un padre que unifica el pensamiento. Así que creo que es tanto un trasfondo como algo interesante temáticamente”, puntualizó.
Pinocho de Guillermo del Toro | Tráiler oficial | Netflix