"Barrefondo", primer largometraje de ficción del documentalista Jorge Leandro Colás, que protagoniza Nahuel Viale y se basa en la novela homónima de Félix Bruzzone, se estrena mañana en el cine El Cairo. Se trata de un relato policial acerca de un joven que trabaja como piletero en un country, donde se involucra con una banda de ladrones que lo obligan a pasarles información sobre las casas donde trabaja. Las funciones en la sala de Santa Fe 1120 se repetirán el viernes, a las 18; el sábado, a las 20.30, y el domingo a las 20.30.
Con Sergio Boris, María Soldi y Osqui Guzmán en el elenco, la ópera prima de ficción de Colás transcurre durante un verano sofocante en el que Tavo (Viale) trabaja como piletero en un country del conurbano bonaerense, formando parte silenciosa de una comunidad que lo mantiene a raya por cuestiones de clase. El protagonista es testigo de una situación extraña en una de las casas donde limpia la pileta y, a partir de ahí, termina envuelto en una trama policial, debido a que es obligado a intercambiar información sobre las casas en las que trabaja con El Pejerrey (Boris), el jefe de una pandilla de delincuentes.
"Creo que el tema central de la película tiene que ver con la transgresión de algunos límites vinculados con la moral e incluso con la ley. Me gustaba que la película se ubicara en una zona marginal, difusa y ambigua. Estando a la par de sus personajes, en el barro, sin juzgarlos", afirmó a Télam Colás, que concursó con su filme en la Competencia Argentina del Festival de Cine de Mar del Plata.
Autor de los documentales "Parador Retiro" (2008), "Gricel" (2012) y "Los pibes" (2015), Colás sigue los pasos taciturnos de un personaje sacudido por las tentaciones del dinero y la venganza, mientras traza con inteligencia una historia que se anima a entrar en terrenos del género, sin perder un estilo realista para mostrar las presiones que Tavo sufre, tanto por parte de los ladrones como de la policía y su familia.
—¿Cómo surgió la idea que le dio forma a "Barrefondo"?
—Al leer la novela de Félix Bruzzone sentí que había muchos elementos con un gran potencial cinematográfico. Su protagonista Tavo, la forma en que hablaba, la atmósfera que atravesaba todo el relato, ciertas ambigüedades morales. Todos esos elementos aparecían en la novela claramente filtrados desde la mirada de lo real, ya que Félix es escritor pero también trabaja como piletero, al igual que el protagonista de su novela. Era un mundo muy atractivo para una película.
—¿Cómo y por qué te interesaste en el libro de Félix Bruzzone?
—Antes del libro leí una reseña en un diario y me parecía interesante la historia que proponía Félix. Al leer la novela sentí que había todo un terreno que podía ser trasladado al cine. Lo que más me interesaba era que el punto de vista estaba teñido de la experiencia personal de Félix y su propia realidad. Eso era algo que me parecía atractivo, pero además había puntos de afinidad con el documental, en el sentido de cómo él volcó su trabajo a la novela.
—¿Te entrevistaste con él antes de la filmación?
—Después de leer el libro nos juntamos en un bar y le pareció genial la idea de hacer una película. Trabajamos mucho la cuestión de lo real. Hicimos además un pequeño documental sobre pileteros, lo cual me sirvió para entender ese mundo tan particular, porque es un poco marginal y porque además su trabajo está en el lugar de ocio de la gente. Y eso me parecía interesante para bucear en los límites de la cuestión de clase, del barrio privado pegado al barrio humilde y de ciertos juegos de poder.
EM_DASH¿Cuáles son las preocupaciones humanas que volcaste al filme?
—Siempre pensé en "Barrefondo" como una película de cruces. En cierto sentido, cruza las películas de personajes y atmósferas con las películas de género, ya que hay un personaje central a quien le pasan muchas cosas internas pero también hay una trama que lo contiene y que tiene mucho que ver con la estructura de un policial. Cruza la forma de construcción del cine de ficción con algunos elementos de puesta en escena que tienen más que ver con el cine documental. Incluso cruza también ?a través de varios personajes de la película algunos límites morales.
—¿La película juega con la ambigüedad moral de los personajes?
—Sí, la película juega al filo de lo moral, no hay personajes buenos ni malos, sino que todos están tratando de zafar de una realidad compleja que les toca vivir, con aciertos y errores. El objetivo era no juzgarlos, dejarlos transcurrir, algo que tiene que ver con el trabajo documental que venimos haciendo. Así dejamos mucho librado a la opinión del espectador, lo cual genera una multiplicidad de interpretaciones.