Una triste fanfarria avanza sobre el escenario entre llantos y lágrimas. Su desconsuelo choca inmediatamente con el inmenso abanico de colores de sus atuendos. Y un detalle: sus narices no son rojas. Son "Los payasos muertos", quienes despliegan una tan divertida como dramática, hasta filosófica y, por supuesto, política historia acerca de cómo es vivir, perdón morir, en el Reino de la Risa. Dirigidos por Adrián Giampani, creador de la Academia del Humor, 13 payasos se meten con los aspectos más oscuros de la naturaleza humana mientras, con histrionismo, valentía, sensibilidad y con los innumerables recursos que ofrece el circo, cuentan cómo fueron sometidos y organizaron una caleidoscópica revolución hasta que la muerte se los llevó.
El grupo es un vástago del Ejército Popular de Payasos que con sus intervenciones callejeras y en las efímeras asambleas ciudadanas ayudaron entre 2002 y 2004 a repensar, siempre con humor, la experiencia de desamparo post-De la Rúa.
La obra fue estrenada en 2006 e hizo su temporada hasta 2008 con César Artero, Leandro Carmona, Sonia Armando, Gato Molina, Diego Jozami, Irene Ortín, Natalia Dean, Andrea Alberto, María Victoria Franchi, Anabel Rosellini, Erica Aguirre, Luciana Reynoso, Mauro Carreras y Marcela Fernández, quien no participó esta vez. Un reparto que una década después se transformó en un elenco de elencos, ya que varios de ellos formaron sus propios grupos de teatro.
Hoy, los payasos creyeron que, pese al gran problema logístico de volver a congregar a tantos artistas, las nuevas/viejas formas de construcción, uso y usufructo del poder del actual contexto político argentino les dieron el último empujón para volver a escena.
Aportes. Se trata de un espectáculo con técnica de clown y de destrezas circenses. A través de la primera se borra la "cuarta pared", es decir, los payasos interactúan con los espectadores y los hacen partícipes de su relato. Y las segundas aportan la magia de la habilidad, la fuerza, la sorpresa y el lirismo y van constituyendo una riquísima poética, aniñada pero dirigida, sin ninguna duda, a los adultos.
Insoslayables para que el contundente efecto de una tragedia contada por bufones son los diseños de vestuario y objetos de Ramiro Sorrequieta y Piero Arsanto, retomados por Natalia Arrua, por su variedad y belleza.
Proyección. La obra y el grupo además entraron en un proceso de asociación con una institución gremial, Empleados de Comercio, que los pone a la vanguardia de ese tipo de producción artística.
Con todo, ejerciendo su derecho a opinar sobre las consecuencias del retorno de algunas ideas de poder político y económico, renovando el panorama de gestión cultural como co-producción, y garantizando de este modo también su continuidad en 2018, convirtiendo la alegría en reflexión y la risa en un instante de placer, "Los payasos muertos" se apoya en un excelente guión de construcción colectiva para imponer la sinrazón de la comedia en medio de una épica batalla por la dignidad. Lo demás son atractivas expresiones de las hoy llamadas artes urbanas utilizadas en favor de un loco relato al tiempo que, entre chistes, carcajadas y acrobacias, los payasos se dan el gusto de poner el dedo en la llaga, si de política se trata, y hasta de tocarle el culo a la muerte en un show maravillosamente colorido y de gran profundidad ética.
Sigue la Semana del Teatro Independiente
La sala Caras y Caretas fue el escenario elegido para la apertura el miércoles de la Semana del Teatro Independiente que ofrece 40 funciones en 12 salas. Entre actores, actrices, directores y periodistas, Victoria Fernández ofició de anfitriona por la Asociación de Teatros Independientes de Rosario (Atir) junto al secretario municipal de Cultura, Guillermo Ríos.