La Orquesta de Cámara de Israel se presentará esta noche, a las 21, en el Auditorio Fundación Héctor I. Astengo, Mitre 754, en un concierto organizado por el Mozarteum Argentino Filial Rosario. La agrupación orquestal que dirige Yoav Talmi contará con la participación solista del pianista Alon Goldestein.
Desde 1965, la Orquesta de Cámara de Israel, integrada por 34 músicos, es una carta de presentación de la cultura del joven estado judío. Su director, Yoav Talmi, dialogó con La Capital y precisó la misión que cumple la música en la integración de los pueblos y las características que tendrá el concierto que dirigirá en Rosario.
—¿Cree en el poder integrador de la música entre las distintas comunidades que conviven hoy en Israel?
—Si existe un lenguaje que puede unir a diferentes culturas de todo el mundo ese lenguaje es el de la música. Como habla de las emociones y sentimientos básicos de todo ser humano, conecta maravillosamente a individuos de distinto origen y culturas. La integración de los judíos que llegaron a Israel desde todos los rincones del mundo no es un trabajo sencillo, es un problema que requiere de mucho tiempo para solucionarlo. Pero la música integra y en los conciertos de la orquesta se amalgaman diferencias.
—¿La música clásica está pasando por un período de crisis?
—No es un asunto fácil. La música clásica hoy en día tiene que luchar contra la televisión, la música pop y la nuevas tecnologías que se disputan la mayor atención del joven. Sin embargo, ninguno de los entretenimientos que mencioné se aproxima a la importancia y profundidad del mensaje del arte clásico, ya sea música, teatro o ballet. La música clásica tiene, además, grandes implicaciones en la formación de las generaciones jóvenes, ayuda a la concentración, coordinación, expresión de sus emociones, la capacidad de escuchar a los demás, etcétera, etcétera. Podemos decir que el mundo en general está en crisis y también la música clásica. Sin embargo, creo profundamente que es la música la que puede contribuir a reparar las crisis en nuestras sociedades.
—¿Cómo es el repertorio que harán en Rosario?
—El programa incluye cuatro obras de estilos variados. Comenzamos con tres extractos de "Orfeus ed Euridice", de Christoph Gluck, una muestra del primer clasicismo que se presenta mucho en los programas de las orquestas de cámara. Luego el "Concierto para piano N º 1", de Felix Mendelssohn, una emocionante obra romántica que será interpretada magistralmente por nuestro solista, el israelí Alon Goldstein. Después de la pausa ofreceremos una rareza del repertorio romántico tardío: "I Crisantemi, para Orquesta de Cuerdas", de Giacomo Puccini. El programa concluirá con la "Sinfonía Nº 40", de Wolfgang Mozart, una verdaderas obra de arte que domina el escenario musical con una vigencia de 250 años y podemos decir, sin equivocarnos, que lo hace con buena razón.