"La juventud no está perdida, hay que darle espacios para que crezca"
Ezequiel Jusid, líder de Arbolito, cuenta cómo es la propuesta alternativa del grupo porteño La
banda, que fusiona folclore con rock, se presenta hoy en Willie Dixon con La Chilinga
31 de enero 2009 · 01:00hs
Arbolito fue un héroe de las pampas por defender el honor de los indios
ranqueles, allá por 1826. Una banda conformada por alumnos de la Escuela de Música Popular de
Avellaneda adoptó en 1997 su nombre para reivindicar a quien lucha contra las injusticias, al que
rechaza a los poderosos y que cuenta sus verdades. Con esa esencia, Arbolito toca mañana, a las 22,
en Willie Dixon, Suipacha y Güemes. Como si fuera poco, como banda soporte sonará La Chilinga, de
Dani Buira, quien a la vez produjo su último disco "Cuando salga el sol".
"Cuando arrancamos a tocar tuvimos en cuenta nuestras sensibilidades. Siempre
estuvimos viajando y conociendo el latir de la gente, y eso nos nutre tanto que por ahí nos hace
saltar de la burbuja de la Capital". Así se expresó Ezequiel Jusid, vocalista, guitarrista líder y
principal compositor de la banda que completan Agustín Ronconi (voz, flauta traversa, quena,
charango, violín y guitarra); Andrés Fariña (bajo y coros); Diego Fariza (batería y bombo legüero),
Pedro Borgobello (clarinete, quena y coros) y Sebastián Demestri (percusión y accesorios).
El simple detalle de los instrumentos que tocan sus integrantes muestra a las
claras que Arbolito no es un grupo del montón, al menos en la escena del rock nacional. En sus
canciones suena una chacarera con base rockera, un huayno con ritmo tumbado, un reggae, un bolero y
hasta un aire de cumbia. Todo vale si es para decir lo que se les canta. Generalmente, letras que
pintan un país en crisis y también un pueblo que resiste. "No es intencional la elección de las
letras. Lo que pasa es que trabajamos junto a fábricas recuperadas o con gente de pueblos
originarios y eso lo volcamos en canciones. Nos mueven esas cosas", destacó Jusid.
El simple detalle de los instrumentos que tocan sus integrantes muestra a las
claras que Arbolito no es un grupo del montón, al menos en la escena del rock nacional. En sus
canciones suena una chacarera con base rockera, un huayno con ritmo tumbado, un reggae, un bolero y
hasta un aire de cumbia. Todo vale si es para decir lo que se les canta. Generalmente, letras que
pintan un país en crisis y también un pueblo que resiste. "No es intencional la elección de las
letras. Lo que pasa es que trabajamos junto a fábricas recuperadas o con gente de pueblos
originarios y eso lo volcamos en canciones. Nos mueven esas cosas", destacó Jusid.
El peso específico que respiran las temáticas de Arbolito es la llave que les
despierta la pasión a su público joven. Y esto también se nota por la cantidad de canciones que
están subidas a youtube. Otra puerta cultural es posible, según Jusid, y lo explica así: "Si uno
prende la radio y escucha los mismos temas, las mismas pavadas que vende el mercado, vas a consumir
eso. El problema no es de los pibes sino de los padres, que no hacen otra cosa que darles lo que
les da la televisión y la radio de moda. Dicen que la juventud está perdida porque los padres no
hacen nada. Argentina es un país riquísimo y hay un montón de espacios para poder crecer
culturalmente".
El líder de la banda dijo que son de "una generación rockera" y no tienen
prejuicios a los géneros musicales. "Nos criamos escuchando a Pink Floyd, Led Zeppelin, Spinetta,
pero siempre nos dimos espacio para zapar y abrirnos hacia otras músicas", puntualizó.
Pese a la marca rockera que viene desde la cuna, Jusid insiste que la
instrumentación folclórica fue "el mayor alimento" de la banda. "Se fue agrandando la ronda y se
armó de a poco la identidad del grupo a nivel sonoridad. Eso lo entendimos mejor a partir de
nuestro disco en vivo, aunque fue en este último trabajo de estudio cuando adquirimos un sonido más
profesional, allí tuvo importancia el productor Dani Buira, quien nos dio el sonido que
buscábamos".