T oma 1. Hombre barbado de remera y sombrero sube a escena a tocar la guitarra eléctrica junto a sus amigos. De fondo, una imagen muestra dos contenedores en una calle de República de la Sexta. Es en Rosario, pero podría ser en cualquier otro barrio de la Argentina. Los contenedores junto a unas gomas de auto interrumpen el paso de los vehículos. A lo lejos se ven uniformados policiales, hay humo, da la sensación de una medida de fuerza, pero es un desalojo a vecinos y hay represión.
Toma 2. El hombre barbado es Gustavo Postiglione, cineasta. El plano detalle se queda en su sombrero pero también en sus manos, que hacen un punteo que suena a caos. “Tenía la idea de musicalizar la ciudad”, le dice el realizador de “El asadito” y “Brisas heladas” a Escenario, mientras apura un cortado chico en una fría galería de un bar céntrico. Es una tarde gris y no es un tango.
Postiglione presentará oficialmente este miércoles “La banda de las películas caseras: Un film musical en vivo”, a las 20.30, en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Paseo de las Artes y el río), con entrada libre y gratuita. Se trata de un show de una hora, en el que el cineasta y guitarrista, que admite que le queda grande este último título, tocará junto a Ricardo Vilaseca, Iván Tarabelli, Emiliana Arias, Popono, Cristian Bruscia, Miguel Bosco y los bailarines Florencia Albano y Lucho Ratti.
“Es un recital tipo la All Starr Band de Ringo, salvando las distancias, en el que se suman amigos a tocar y se quedan”, agregó sobre la experiencia que ya tuvo tres pruebas piloto, dos fueron en el Centro Cultural Atlas y una en el CEC, adonde regresan el 19 de junio, en víspera de feriado, y en la previa del partido de Argentina por la Copa América. “Pero esta es la primera vez que lo presentamos tan armadito, por eso es la presentación oficial”, aclara Postiglione con el mismo entusiasmo que si estuviera por largar el rodaje de una nueva película.
La música que suena es una confluencia entre el jazz, el punk y sonidos distorsionados que toman el espacio mientras de fondo hay imágenes que van pintando tu aldea y también la íntima de Gustavo, ¿por qué no? Porque se verán imágenes de videos caseros, pero también de la represión en las calles, algún material sobre Derechos Humanos y también sobre el peronismo.
El gobierno macrista es uno de los principales apuntados como el paradigma de una situación social cada vez más asfixiante. “No podemos estar ajenos a lo que pasa hoy, sería hipócrita. No se puede poner la voz en la banalidad”, dice Postiglione, quien afirma que tanto él como los otros músicos en escena trabajan con “una libertad absoluta”. “Se copan porque no hay presión”, destaca y agrega que siempre está abierto el juego para que se sumen a esta formación aquellos que se interesen por este proyecto.
Las imágenes de fondo remiten a Godard, a escenas de gatillo fácil y también a un viaje del cineasta a Portugal, entre tantos otros. Y lo mágico es que en solo una hora de duración, tanto el sonido como el material filmado van configurando retazos de la realidad en un presente continuo que se parece mucho a un film en eterno rodaje. “Quise pintar este presente y hacer una radiografía del hoy”, dijo.
En ese cruce de imágenes aparece “Tommy”, que inmortalizó la música de The Who, cruzado con la famosa escena del asesinato en la bañera de “Psicosis” de Hitchcock y algo de James Bond, mezclado con un grupo de policías reprimiendo a un pibe y el ya citado reclamo por la vivienda en un barrio rosarino.
“Lo que tiene de bueno esto es cómo hay imágenes que supuestamente no tienen contenido pero cuando lo dás en un contexto toman contenido. Es un diario personal y colectivo de lo contemporáneo”, dijo Postiglione.
Toma final. Postiglione saluda al público junto a los otros músicos. El público aplaude efusivamente y se cuela algún grito con una evidente alusión política contra el gobierno nacional. Plano secuencia desde el teclado de Tarabelli hasta la entrada de la sala, los músicos se ven abrazándose a lo lejos, fundido a negro y títulos. Continuará.
En 2020 se cumplen dos décadas de “El asadito”, una película disruptiva
“Podría haber hecho dos o tres películas más como “El asadito” pero no me dieron ganas. Esa opción en un momento apareció y yo quise correrme corriendo un riesgo. Pagué un precio en la elección pero sentí que era lo que necesitaba hacer. De todos modos, ya me propusieron en Buenos Aires producirme “El asadito. 20 años”, y a veces lo pienso”, dijo Gustavo Postiglione sobre la película filmada en 1999 y estrenada el 9 de noviembre de 2000. El filme fue grabado en sólo 24 horas, en blanco y negro y con muy poco presupuesto. La única locación fue la terraza de una casa, con los protagónicos de Tito Gómez, Gerardo Dayub, Héctor Molina, Raúl Calandra, Carlos Resta, David Edery, Daniel Briguet y Pablo Fossa, un grupo de amigos que comían un asado mientras debatían problemas existenciales y personales. Junto con “Pizza, birra y faso”, de Bruno Stagnaro e Israel Caetano, más “Mundo grúa” y “El bonaerense”, ambas de Pablo Trapero, “El asadito” lideró en los primeros 2000 una selecta lista de películas identificadas como Nuevo Cine Argentino, que ofrecieron un foco más cercano, intimista y renovador en nuestra filmografía.