Después de dos años de marchas y contramarchas, la última película de Woody Allen, "Un día lluvioso en Nueva York", finalmente se estrenó en la Argentina, quizás el país con más fans de Allen por metro cuadrado. "Un día..." es una comedia más (ver crítica) en la extensa carrera del director de "Manhattan", pero quedará en la historia por ser una especie de "película maldita", que quedó atrapada en una telaraña de demandas millonarias, acusaciones cruzadas y escándalo mediático.
Justo cuando la película se estaba filmando en Nueva York, la ciudad-obsesión de Allen, estalló en Hollywood y todo Estados Unidos el movimiento #MeToo, que se generó a partir de las múltiples denuncias por acoso y abuso sexual contra el famoso productor Harvey Weinstein. Con el tema ocupando los primeros planos de los medios masivos, se reflotaron las acusaciones de presunto abuso contra Allen por parte de una de sus hijas adoptivas, Dylan Farrow. Dylan volvió a acusar a Allen y fue contundente, más allá de que la Justicia ya había determinado en los años 90 que el director era inocente.
Las esquirlas de esta bomba —que explotó aún más fuerte amplificada por la fuerza del movimiento #MeToo y de las marchas feministas que se multiplicaban en el mundo— llegaron hasta "Un día lluvioso en Nueva York": la filmación se completó, pero su exhibición quedó en el limbo. El gigante Amazon, productor del filme, decidió desentenderse de los derechos de exhibición, tanto en salas de cine como en su plataforma de streaming, "devolviendo" a su creador la posibilidad de distribuirlo de manera independiente. Allen, por su parte, contraatacó: demandó a Amazon por la friolera de 68 millones de dólares debido a la demora en el estreno de la película y la cancelación de un futuro proyecto. La compañía había firmado con Allen un acuerdo para la producción de cuatro películas, de las cuales se estrenaron dos ("Café Society" y "La rueda de la maravilla"), y "Un día..." vendría a ser la tercera.
En medio de esta disputa judicial, la comedia todavía no se estrenó en EEUU. Y es muy probable que no se estrene nunca. En los últimos meses llegó a países europeos como Francia, Italia y España. Y ahora está haciendo escala en algunos mercados de Latinoamérica.
voces cruzadas. Con un elenco de figuras, "Un día lluvioso en Nueva York" apuntaba a un público más amplio. Incluso podría haber tenido como target a un público joven EM_DASHmuy ajeno a AllenEM_DASH si tenemos en cuenta que su protagonista es Thimotée Chalamet, el actor de 23 años que fue nominado al Oscar por "Llámame por tu nombre". Y en el elenco también se encuentra Selena Gómez, una de las estrellas de Disney más exitosas de la última década.
Sin embargo, y al igual que en la historia de la película, nada salió como se esperaba. Chalamet declaró que no volvería a filmar con Allen, y decidió donar la totalidad de su salario por esa película a tres instituciones que ayudan a mujeres abusadas. Selena Gómez hizo lo propio, y brindó una suma mayor a la del sueldo, después de haber sido criticada por sus fans por defender al director.
La protagonista femenina, la también jovencísima Elle Fanning (la Aurora de "Maléfica"), terminó apostando por un término medio en sus declaraciones públicas. "Si mi decisión de haber trabajado con Allen lastimó a alguien en el camino, ésa nunca fue la intención", afirmó.
No todas fueron piedras para el creador de "Annie Hall". Jude Law (que en la comedia interpreta a un guionista engañado por su mujer) dijo que era "una vergüenza" que la película fuera archivada sin ser estrenada, y la actriz Cherry Jones (la madre de Chalamet en la ficción) declaró con respecto a Allen: "En el fondo de mi corazón, no creo que haya sido culpable. No sé la verdad, pero sí sé que si condenamos por instinto, la democracia comienza a estar en una pendiente resbaladiza".
Las voces que condenaban a Allen, en tanto, no se acallaron. Figuras como Natalie Portman, Michael Caine, Greta Gerwig y Mira Sorvino apoyaron a Dylan Farrow y prometieron no volver a trabajar más a las órdenes del cineasta. Por otro lado, los pocos críticos norteamericanos que vieron "Un día..." no fueron para nada elogiosos con la película, y algunos medios hicieron correr con malicia la falsa información de que el personaje de Fanning tenía 15 años y mantenía relaciones sexuales con hombres de más de 50. En realidad, ese personaje tiene 21 años y lo dice expresamente en una escena.
Las declaraciones cruzadas con respecto al caso de Woody Allen sumaron muchas voces. Otro de sus hijos adoptivos, Moses Farrow, negó las acusaciones de abuso y sugirió que su madre, Mia Farrow, manipuló la denuncia de Dylan con el propósito de incriminar deliberadamente al cineasta. Y Scarlett Johansson, una de las caras del nuevo feminismo en Hollywood, también defendió al director. "Amo a Woody, le creo y trabajaría con él en cualquier momento", señaló.
Mientras tanto, Allen, de 83 años, no ha parado de trabajar. Hace poco terminó de filmar su próximo largometraje, rodado íntegramente en San Sebastián (España). Cuando el diario español "El País" le preguntó al director por las tormentosas circunstancias que atravesó en este último tiempo, Allen respondió: "Soy un afortunado y nada ha obstaculizado esa fortuna, tampoco todo esto que ha pasado, que es un error y una injusticia. Es una situación que está fuera de mi alcance, así que procuro concentrarme en mi trabajo y mi familia. Pero eso no me impide pensar que la vida es una experiencia triste".
Dos en la ciudad
Calificación: ***. Intérpretes: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Jude Law y Selena Gómez. Dirección: Woody Allen. Salas: Nuevo Monumental, Showcase, Hoyts y Cinépolis.
Pocos guionistas y directores pueden crear una auténtica comedia de enredos como Woody Allen. Y “Un día lluvioso en Nueva York” es una buena muestra. Aquí no hay nada que Allen no haya hecho antes en su extensa filmografía, pero no es tan fácil como parece hacer siempre la misma película, con ese timing para los diálogos y esa sensibilidad filosa para construir personajes recordables. El director vuelve acá a la ciudad de sus amores, a la cual van a viajar sus dos protagonistas: Gatsby Welles (Timothée Chalamet), un joven universitario ricachón, hipster y apostador, y su novia Ashleigh (Elle Fanning), una estudiante de periodismo que tendrá la gran oportunidad de entrevistar a su director de cine preferido. La pareja viaja a Nueva York para la ansiada entrevista, en plan de fin de semana romántico, pero la ciudad (como la vida) tendrá sus propios planes. Chalamet encarna muy bien al alter ego melancólico de Allen, el chico confundido que vaga por las calles y los bares mientras se cuestiona todo y su novia se deslumbra con otros hombres. Su tiempo narrativo es el presente, pero su mirada es anacrónica y nostálgica. Y no es casual que el director lo haya nombrado “Gatsby”, como el famoso personaje de Francis Scott Fitzgerald, ni que en la película aparezcan ciertas ironías y citas cinéfilas, cuidadosamente apuntadas contra el presente. Por momentos los diálogos suenan demasiado veloces y calculados, pero esta vez Allen sabe poner un freno a tiempo para revelar el corazón de sus personajes.
C.T.