El colombiano Carlos Vives lanzó su nuevo álbum "Cumbiana", compuesto por diez canciones que, según el compositor y cantante, "devuelven la riqueza del mundo original americano" (ver aparte) al que pertenece. "La cumbia siempre fue menospreciada porque la tocaban músicos humildes", destacó el artista que es uno de los impulsores más populares de la nueva cumbia colombiana, quien además expresó que dentro de la industria de la música existen desigualdades.
"Resulta muy difícil trabajar en las localidades con una situación como esta", manifestó el compositor en diálogo con Télam, de cara a las medidas que tomó Colombia como consecuencia de la pandemia del nuevo coronavirus. El artista, que reside en Bogotá, cuenta que para organizarse frente al aislamiento que en Colombia se decretó el 17 de marzo y continuará hasta el 30 de junio, los músicos debieron "crear clubes para mantenernos unidos", una situación similar a la ocurrida en Argentina tras la parálisis total de shows.
También llama a reivindicar la cumbia e indica que "siempre fue menospreciada porque la tocaban músicos humildes, pero es la que más dinero produce para la industria", y agrega: "Al final es como todo, hay que unirse, luchar y mejorar las condiciones de la gente". "Hay que valorar la cumbia -ratifica- dejar de sentir que siempre el que se va es el que triunfa. Tenemos que darnos las manos y seguir creyendo en todo esto, porque la música colombiana tiene un lugar muy especial para la gente que trabaja en la industria".
Desde el frondoso jardín de su casa, en Bogotá, donde atraviesa el confinamiento por el coronavirus, Vives se alegra porque asoma el sol después de varios días de helada y aunque afirma sobre la pandemia que "hay algunos problemas en algunas partes del país" destaca que "en general, la gente es juiciosa".
— Primero golpeó la pandemia y ahora un resurgimiento de violencia racial, ¿cuál es su reflexión al respecto y cómo es la situación en Colombia?
—Es un lastre de nuestra sociedad que no pudimos superar y viene como ese designio en la historia. Creo que hay que aplicar la educación. Yo también vivo en un país de mucha desigualdad histórica, de mucho complejo hacia parte de nuestra cultura y, acá, situaciones como esas se dan de otra manera. Uno que eligió hacer la música de esta tierra que enseña a valorar y agradecer la diversidad, no necesita que sucedan estos episodios para hablar de ello porque la música me lo enseñó así. Si no perdiéramos al niño que tenemos dentro, el racismo, el fascismo, el egoísmo y otros ismos, no tendrían tanta oportunidad. Y uno que vive en la industria de la música, donde somos de todos los colores, vemos que muchos de nuestros amigos no tuvieron las mismas oportunidades que tuvimos otros, ahí también esa idea está muy latente.
—¿Ese es el punto de "Cumbiana"?
—Sí, siempre mostré lo que somos a través de la música. La cultura afro que llegó con la tragedia de la esclavitud y se regó por el río Magdalena le dio a nuestra cultura poetas increíbles, herramientas para hacer música, percusiones; y lo mismo con los pueblos americanos originales que yo llamo cumbiana y que son los que están en el origen de nuestra música más alegre. Siempre nos sentíamos avergonzados de ser españoles, teníamos complejo por lo indígena y siempre lo negro nos parecía terrible.
¿El disco es una invitación a aceptar las raíces?
—Claro, y que son divinas. Porque además nunca dejaron de pasar cosas. Primero éramos América, llegó Europa, luego Africa, pero después llegaron los turcos, después los alemanes y los franceses. Considero que nos quedó una riqueza de cosas que nos pertenece y es tiempo de empezar a hacer uso de ella.
¿Es a través de la cumbia, entonces, que se amalgaman las culturas americana original, africana y europea?
—Sí. La cumbia te habla de una América de percusiones, muy espiritual, que se unió a un Africa muy misteriosa y a una Europa de la época del renacimiento que nos trajo versos y métricas. La cumbia es mucho más que un ritmo, una música y una bailanta, es un territorio, una naturaleza y una fusión de historias, de culturas y de razas.
¿Cómo fue el proceso de "Cumbiana"?
—Lo que hay debajo de mis canciones y ritmos que popularizaron los músicos proviene de las culturas anfibias del río Magdalena que se unieron en "Cumbiana", entonces escribí canciones que tuviesen que ver con patrones de la cumbia, los porros, el vallenato, el chandé, las chalupas, ritmos que están en nuestro acervo folclórico, y entendí que el camino era usar muchos de los nuevos instrumentos de la música urbana como computadoras, sintetizadores y biblioteca de sonidos.
¿Considera que es posible un folclore con nuevas tecnologías?
—Nadie lo hace subiéndose a un escenario con luces, yendo a un estudio a grabar o electrificando. Entender eso es lo que nos permite hacer canciones nuevas. Antes de nuestra generación, cuando uno iba a hacer una canción moderna había que ver qué se estaba haciendo afuera y cuando uno iba a hacer música colombiana tenía que hacer folclore o una idea de 200 años atrás. Somos de una generación que decidió hacer música moderna con sus raíces, entendiendo el movimiento de la música del mundo, pero a partir de este interior. Este álbum muestra que no todo lo que suena urbano o está hecho con máquinas, es reggaetón.