Londres. Probablemente una de las mejores noticias cinematográficas que nos trajo el 2017 fue el retorno de esta actriz que durante décadas fue sinónimo de Hollywood, y que allá por 2013 desapareció lisa y llanamente de las carteleras. A los 59 años y tan bella como siempre, Michelle Pfeiffer está de regreso con energías renovadas, lo cual puede comprobarse en "Asesinato en el Expreso de Oriente", filme que hoy se estrena en Rosario.
La película se trata de una nueva adaptación de la novela homónima de Agatha Christie, dirigida en esta ocasión por Kenneth Branagh. La historia gira en torno a un asesinato a bordo del famoso tren, en el que se encuentra el conocido detective Hércules Poirot, que deberá resolver el caso ante la atenta mirada de los variopintos pasajeros.
Pfeiffer, que encarna en el filme a la Señora Hubbard, una pasajera glamorosa y obstinada con un secreto, acompaña a un elenco de ilustres que, encabezado por el propio Branagh, integran Penélope Cruz, Willem Dafoe, Judi Dench, Johnny Depp, Josh Gad, Derek Jacobi, Leslie Odom Jr. y Daisy Ridley.
La actriz nominada tres veces al Oscar ya fue vista este año en un pequeño papel en "¡Madre!", la curiosa alegoría de Darren Aronofsky, aunque su retorno oficial se produjo en la televisión, con el debut del telefilme "The Wizard of Lies" que emitió en mayo HBO y en donde compartió cartel con Robert DeNiro. Actualmente Pfeiffer rueda "Ant-Man y la Avispa", la superproducción de Marvel que llegará a los cines en julio próximo.
—¿Michelle, cómo fue trabajar con Judi Dench, por ejemplo?
—Maravilloso. Estoy impresionada por su talento. Pero después de conocerla personalmente lo que me impactó fue su gracia, su calidez y su capacidad para desarmar a la gente, porque en definitiva, ella es Judi Dench. Lo interesante de actuar con ella es que parece que todo le sale muy fácil. Viéndola trabajar te quedás con la impresión de que hace las cosas sin ningún esfuerzo, lo cual debo reconocer, me da un poco de celos. A lo mejor también trabaja duro para conseguirlo, pero en apariencia se convierte en su personaje sin mover un músculo.
—¿Qué es lo que más te impactó de ver dirigir a Kenneth Branagh?
—Todo. Lo que me sorprendió es cómo podía ocuparse de tantas cosas al mismo tiempo. Por un lado era el protagonista de la película, porque yo creo que está en todas las escenas, y como director fue muy ambicioso con la escala de este filme. Sin embargo era capaz de acordarse de cada uno de nosotros mientras nos dirigía. Cuando estábamos todos juntos, nos iba dando indicaciones uno a uno, lo cual le llevaba unos 15 minutos.
—Te tomaste un largo descanso en tu carrera como actriz. ¿Qué es lo que te llevó a regresar?
—La verdad es que yo nunca tomé una decisión consciente de dejar de trabajar durante tanto tiempo. Simplemente la vida me fue llevando. Cuando mis hijos se convirtieron en mi prioridad las cosas se fueron complicando a medida que crecían. Uno puede pensar que debería haber sido lo opuesto, pero cada vez se me hacía mas difícil decirle que sí a una película. Hasta que finalmente llegó un momento en el que simplemente dejé de trabajar. Pero cuando empezamos a buscar universidades para mis hijos me di cuenta que iba a ser muy duro para mí cuando se fueran de la casa. Fue entonces que sentí que estaba lista para volver a los sets. Era una forma de prepararme para cuando dejaran el nido. Y así empecé a aceptar pequeños papelitos aquí y allá.
—Qué es lo que te da actuación ahora que no te daba en los inicios de tu carrera?
—La disfruto más y me preocupo menos por el resultado. Creo que ahora estoy mucho mas relajada.
EM_DASH¿Creés que serías una actriz diferente si hubieses estudiado teatro en lugar de formarte en los sets de filmación?
—Si hubiese estudiado es posible que en el camino hubiese adquirido algunos buenos hábitos y otros no tan buenos. Pero no estoy segura. Vamos, sería diferente, porque uno es la suma total de sus experiencias y el entrenamiento que te da el conservatorio hubiese tenido un impacto en mí. Tal vez me habría dado más seguridad en mí misma en mis inicios porque la actuación es algo efímero e intangible, y muy difícil de comprender. Uno puede tener herramientas, y el entrenamiento te puede ayudar, pero en definitiva, es algo mágico, y eso puede generar sentimientos de inseguridad e ignorancia, porque vale lo mismo para todas las formas del arte: en algún momento cobra vida propia y despega.
—¿Creés que han cambiado las cosas en Hollywood para las actrices de cierta edad?
—Por supuesto. Las cosas están mejor que nunca. No es que no nos falte camino para recorrer, pero si te fijás en el trabajo que las mujeres están haciendo en la televisión, es simplemente increíble. Es el medio ideal para las actrices de cierta edad.
—Qué es lo que pensás de lo que está pasando hoy en día en la industria del cine con el tema del acoso sexual?
—Es una época interesante. Creo que es algo que ha hecho pensar a todo el mundo y a revisar situaciones. A veces te ponés a pensar y te das cuenta que alguien te tiró los galgos. ¿Pero dónde está el límite que marca que esa persona estaba en una posición de depredador? Es muy interesante revisitar esas instancias. Creo que es algo que ha generado una discusión muy saludable. Actualmente estoy hablando de estos temas con mujeres que conozco desde hace 30 o 40 años. Y nunca lo habíamos hablado antes. Jamás compartimos esas historias porque era algo que no se hacía, por muchas razones. Una de ellas dijo que eso era algo normal, y eso es algo muy peligroso. Esa es la razón principal por la que nunca se habló de esto, pero si uno lo piensa bajo esta nueva lente, se da cuenta que no debería ser algo normal, y es algo que no está bien. Por otro lado, yo no tenía idea de que fuese algo tan generalizado y no creo que nadie lo imaginara. Pero a la vez, estoy muy orgullosa de mi industria por haber reaccionado tan rápido y con tanta decisión. No se me ocurre ninguna otra industria, o secta o comunidad que haya sido tan valiente en ese sentido. Por lo general todos se toman su tiempo para ver que es lo que los demás deciden hacer.
EM_DASH¿Cómo fue tu experiencia?
—Nunca trabajé con ninguno de los acusados. Gracias a Dios nunca los conocí. Tuve algunos incidentes que fueron cuestionables. Ahora que pienso en ellos, me doy cuenta que fueron verdaderamente inapropiados. Lo que me asombra es que no he encontrado a otra mujer que no haya pasado al menos por un incidente de este estilo.
—¿Te quedaste con el traje de Gatúbela?
—No, no me lo quedé y es algo de lo que me arrepiento. No porque tenga ganas de ponérmelo otra vez sino porque se podría haber vendido en una subasta por una buena causa.