Nueva York- Las canciones de fácil digestión de Kenny Rogers son
inconfundibles. Cuando suena en la radio su voz suave con un toque áspero, se derriten hasta las
“cowgirls” más duras. Exitos como “Lucille”, “The Gambler” y
“Lady” lo catapultaron al olimpo de las listas del pop y el country.
Su dueto con Dolly Parton “Islands In The Stream” y “We've Got
Tonight”, con Sheena Easton, son ya clásicos. En su carrera de cinco décadas Rogers se llevó
numerosos Grammy y decenas de discos de oro. Este jueves 21, el romántico cantante texano celebra
su 70 cumpleaños.
Pese a que está en edad jubilatoria, este artista famoso por su barba blanca no
piensa abandonar su trabajo. “Me gusta realmente mucho lo que hago. La gente vive más cuando
les gusta lo que hacen. Porque entonces nunca abandonan”, asegura.
Como padre reciente, no parece que le resulte difícil conservarse joven. Hace
cinco años su quinta mujer, Wanda Miller, dio a luz a gemelos. Y Rogers tiene además otros tres
hijos de matrimonios anteriores.
Como hoy es un ícono del country americano, se olvida fácilmente que intentó
abrirse paso sin éxito con varias bandas poco conocidas. Kenneth Donald Ray Rogers nació en 1938 en
una familia de ocho hermanos. Su padre era un
trabajador de los astilleros en Houston (Texas). Creció con muchas
carencias y con 13 años aprendió solo a tocar la guitarra, cantó en el coro de la iglesia y
creó una banda siendo adolescente.
Sus presentaciones con grupos hoy olvidados como “Bobby Doyle Trio”,
“Kirby Stone Four” y “New Christy Minstrels” tuvieron un moderado
éxito.
Fue casi con 40 años que por fin consiguió, en 1977, un éxito por el que ganó un
Grammy, “Lucille”. Luego de ello Dottie West y Dolly Parton se peleaban por presentarse
con este apuesto texano y los Bee Gees escribieron canciones para él.
Paralelamente cosechó elogios y regalías como autor del libro “Making It
With Music”. En tres años consiguió pagar sus abultadas deudas.
Su disco “The Gambler” (1979) vendió tres millones de copias en
pocos meses y convirtió a Rogers en el número uno de la música country en Estados Unidos. Le
permitió ganar su segundo Grammy y sólo fue desplazado del número uno de las listas por su
siguiente álbum, “Kenny”.
Y así siguió año tras año: cada nuevo LP hasta “Once Upon a
Christmas”, en 1984, llegó al disco de oro o incluso platino. Al igual que sus singles, como
“Love Or Something Like It” y “She Believes In Me”, que fueron número
uno.
“Yo mismo nunca me consideré un gran cantante. Pero soy bueno contando
historias”, dijo cierta vez Rogers. En 1982 actuó en una película que cuenta el surgimiento
de sus éxitos “The Gambler” y “Coward of the County”.
Con su receta de letras sencillas producidas de manera impoluta y masiva entró
poco a poco desde los años 80 en el mundo del pop, por ejemplo con el cover de Lionel Richie
“Lady” y el dueto “Don't Fall In Love With A Dreamer”, con Kim
Carnes.
A fines de los 80, sin embargo, su popularidad comenzó a decaer, salvo algunos
éxitos como “Make no mistake, She's mine”, a dúo con Ronnie Milsap (1987). En vez de en
las listas de éxitos, el nombre de Rogers aparecía sobre todo en los carteles de conciertos y
eventos de beneficencia.
También fundó una cadena de restaurantes, Kenny Rogers' Roasters, y editó dos
libros con sus fotografías: “Kenny Rogers's America” y “Kenny Rogers: Your
Friends and Mine”. Saca al mercado de manera regular nuevos álbumes, el más reciente
“Water And bridges”, de 2006. El single “I Can't unlove you” consiguió
volver a entrar en los primeros 40. (DPA)