—¿Por qué decidiste retirarte?
Por Rodolfo Bella
—¿Por qué decidiste retirarte?
—Porque fueron 30 años, fue bastante tiempo y aparte honestamente las lesiones se van consolidando con el tiempo, empiezan a no irse del todo. Cuando cada vez se hace más cuesta arriba y los resultados no son los más fructíferos tampoco tenía más ganas de empezar a no estar satisfecho con los resultados que artísticamente podía llegar a lograr. Lo mejor era poder dar un lindo cierre a todo lo que construí y quedarme todo lo bueno que tuve de la vida.
EM_DASH¿Qué vas a hacer con tu tiempo libre?
—Eso me gustaría saberlo... (risas). En principio me acomodaré a una nueva realidad. Después no tengo una certeza más que sé que me gusta coreografiar, armar historias, contar emociones a través de pasos de danza. Indudablemente mi camino va por ahí, pero me iré manejando de a poco, construyendo filosóficamente porque son cosas que uno va armando a medida que tiene el deseo de hacer algo. A mi me gusta mucho la recreación de obras, la posibilidad de hacer otras nuevas, de crear ballets que no se han dado, que conozcan.
—¿Qué te produce dejar esta actividad?
—Realmente es algo natural. Es un hecho concreto, correcto , es un paso adelante también en mi vida personal y lo vivo con la naturalidad que tiene porque todo un fin, todos los seres humanos somos finitos, y el cuerpo también. Así como el cuerpo tiene su fin para la vida, para la danza es mucho más temprano lamentablemente. Es no resistirse a lo inevitable y al paso natural que hay que dar.
—¿Qué balance hacés de tu carrera?
—Que algunas cosas me han salido muy bien, otras por ahí no tanto. Pero siempre lo he intentado. No soy muy de grandes rótulos ni me vanaglorio con tantos honores. No me la creo tanto. Creo que lo más interesante es haber sido sincero a mí mismo, a mi esencia, haber tenido coherencia artística, estética y haber respetado al público. Creo que todo lo otro es superfluo. Lo más importante es ese vínculo.
—Con una carrera como la tuya, ¿te sentís agradecido, un privilegiado?
—Por supuesto. Para un chico que sale de La Plata, un lugar bastante chico para el mundo, indudablemente he llegado muy lejos, pero no es con lo que elijo quedarme. Elijo quedarme con la experiencia personal que tuve, no con la tapa de los diarios, sino con los resultados artísticos que me significaron una satisfacción personal.
—¿Qué fue lo mejor que hiciste y qué hubieses hecho distinto?
—Por ahí haber sido más tenaz en algunos deseos personales artísticos que intuititavamente sentía que podía responder y no lo hice. Más me recrimino lo que me frené que lo que seguí adelante. Algunas cosas que quería hacer y por cuestiones personales o de terceros quedaron en el camino, pero uno hace lo que está al alcance de su mano porque si no uno sería todopoderoso.
—¿Qué le sugerís a un chico de La Plata, como vos te definiste, que sueña con bailar en el mundo?
—Lo mejor que le puedo decir es que estudie. Que se forme, que sea humilde, que tenga posibilidad de aprender, que sea receptivo a quien sabe más porque la única manera de poderse construir a lo largo del tiempo. Ni la vida misma tiene sentido si uno no va a poder ir resolviendo los dilemas que le van apareciendo en el camino.
—¿Qué fue lo mejor y lo peor que te aportó la danza?
—Lo peor no tengo una respuesta... Lo mejor haber conocido tanta gente fabulosa, tantos artistas que te cambian un poco el mundo, con una mirada muy interesante del mundo y de la profesión y de los seres humanos. Eso es lo que se ve, lo que nadie te cuenta y eso realmente lo que te va calando hondo.
balance. "Algunas cosas me han salido bien, otras por ahí no tanto, pero siempre lo he intentado. No me la creo tanto", dijo Urlezaga.