La mañana de LT8 está de estreno. Desde hoy, de lunes a viernes y de 9 a 12, el
830 del dial presentará "El Chiqui en la Ocho", un programa en el que el actor y humorista
revistará como conductor acompañado por el equipo de la emisora. ¿Su objetivo? Dotar a la mañana de
la AM rosarina de humor, según dijo, para luego sentenciar: "No es un programa cómico, va a ser un
magazine de la mañana con muy buena onda y entretenimientos".
—¿Cómo vivís tu regreso a la radio de Rosario?
—El regreso a la radio es cumplir un sueño y una satisfacción personal muy
grande. De joven, buscando laburo, siempre soñé con conducir la mañana de la 8. Yo le puedo decir a
la gente que algunos sueños que uno piensa en su momento se cumplen. Yo tengo una frase de cabecera
que es: "Cuidado con lo que pensás, porque se cumple".
—El equipo es el mismo. Lo que va a cambiar es la cabeza, la voz
conductora del programa con todo lo que eso implica. No es un programa cómico, va a ser un magazine
de la mañana con muy buena onda y entretenimientos. Yo creo que a la radio de Rosario le falta
buena onda, le falta humor. Podemos informar de todas las cosas jodidas que pasan en el país pero
podemos meterle un poquito de buena onda. Voy a hacer la conducción desde mi condición de showman,
presentador, humorista. Hasta hoy era todo netamente periodístico. Ahora va a haber información,
pero hilvanada con una onda positiva, que es la que quiero darle al programa.
—¿Sirve de ejemplo la experiencia de Dady Brieva en Radio Mitre?
—Sí, pero hubo una experiencia mucho mejor que fue en LT3 cuando hicimos
en el 99 "Tomalo con calma" con mi conducción. La mañana cambió muchísimo, en todas las
reparticiones y las oficinas escuchaban LT3. Los que nos dedicamos al negocio de la buena onda
vamos tomando cada vez mayor preponderancia en los medios. En algunos el humor fue tomado como un
género menor, pero ahora se han dado cuenta que es el más difícil de todos. Y aquellos que tenemos
la posibilidad, la virtud y el don de poder desarrollarlo estamos ganando espacio en los medios.
Vos trajiste a colación el ejemplo de Dady y en Rosario uno de los precursores de la radio con
buena onda fue Quique Pesoa, que invitada a las doñas a bailar con una escoba.
—¿Y te habías quedado con las ganas de hacer radio?
—No es la primera vez que me proponían hacer el programa, ya es la cuarta
vez que me ofrecen estar en LT8. Pero por mis compromisos en el exterior (trabajaba en cruceros) no
podía. El año pasado tomé una decisión de no trabajar este año afuera. Si lo hago serán cosas muy
puntuales, muy cortas, de un fin de semana, para que no me quite tiempo en la radio. Este año la
prioridad la tendrá mi ciudad de Rosario, que amo con locura. Voy a hacer algunas participaciones
en televisión en Buenos Aires y había un proyecto muy bueno en América. Este año voy a quedarme a
trabajar en Argentina y específicamente en mi ciudad. Es una decisión personal por una cuestión
familiar.
—¿Tu gente vive acá?
—Mi familia vive en Rosario. Yo nunca me fui de acá. Trabajando en Buenos
Aires siempre viví en Rosario. Ya hace ocho años que no paro más de dos meses en mi casa y ya lo
estoy sintiendo en el cuerpo y en la cabeza. Me encontré con hijos adolescentes y quiero
disfrutarlos. No reclaman pero siento que piden que pase más tiempo con ellos. A esas señales las
siento y les doy bola porque finalmente lo más importante para mí es mi familia, mi entorno. Si uno
hace oídos sordos a esos llamados en la vida te puede ir muy mal.
—¿Pensás quedarte más tiempo acá?
—Ya lo había dicho por ahí. Cuando me preguntaron cómo me veo cuando tenga
diez años más, con 55 o 58, yo dije: "Me veo conduciendo la mañana de LT8, haciendo teatro, algunos
programitas de televisión, disfrutando de esta ciudad maravillosa y del río, y comiendo asados con
los muchachos". Y si hay cortes haremos berejenas a la parrilla. Y en realidad ese sueño me llegó
antes, porque uno piensa las cosas y a veces el universo te las devuelve en un tiempo que no es el
que uno quería. Pero mejor, es el cumplimiento de un sueño.