Camilo Matta, el director de Librevoz de La Rioja, no puede seguir hablando. Se quiebra sobre el escenario al intentar agradecer ese merecido homenaje sorpresa que la gente de Asayé -fantásticos organizadores del 40° Encuentro Nacional de Grupos Vocales que se realizó hace algunos días en Formosa- le preparó al ahora cuarteto vocal riojano que cumplió 30 años de trayectoria.
Esa fue quizás la nota más emotiva de un Encuentro que volvió a mostrar cómo la música vocal no quiere dar el brazo a torcer y sigue remando contra la corriente, el desconocimiento, la falta de difusión y la desidia de quienes deberían apoyar sin miramientos a un género que quiere reposiconarse como en sus mejores momentos.
La historia reclama que la huella que dejaron grupos insignia como Los Huanca Hua, Los Trovadores, Cuarteto Zupay, Opus Cuatro, Grupo Vocal Argentino, Los Nocheros de Anta, Las Voces Blancas y tantos otros vuelva a andarse. En tiempos en que la cultura busca redefiniciones, los grupos vocales –este inmenso movimiento federal de voces- intentan mostrar en qué andan, qué producen, que aportan para mantener vivas las tradiciones y cómo se acoplan a nuevas propuestas.
Y también hay otra búsqueda: la de compartir emociones, vivencias, trabajos y sobre todo mucha música. Obvio, un buen vinito nunca estará de más... Un conjunto de emociones para sacudir el alma.
Por primera en la historia de este movimiento, la gente de Asayé fue un poco más allá de lo habitual y apostó a cuatro jornadas en lugar de las habituales tres y exhibió un trabajo organizativo sin fisuras. El público en el Teatro de la Ciudad mostró avidez por escuchar a este grupo de Formosa que hoy es uno de los referentes del movimiento.
"Está en el espíritu y en la convicción de cada integrante de cada grupo vocal de cada rincón de la Argentina seguir intentándolo, seguir defendiendo el arte y la belleza de cada obra, de cada autor. Está en la idea de seguir organizando Encuentros Nacionales la semilla de que esto no se esfume. Por eso están de pie sobre las ruinas provocadas por años y años de aislamiento forzoso".
Cada grupo aportó lo suyo. Los más "viejos", como el propio Librevoz, Raíces de Bahía Blanca, Aguablanca de La Rioja Confluencia de La Plata, Pirca de Catamarca, Vocalcanto de San Nicolás o el mismísimo Asayé mostraron su vigencia. Otros, como Quinta Copla de Santiago del Estero o Ch'allay Huasi de La Rioja, dejaron en claro el porqué de sus convocatorias y mostraron su evolución.
Fue muy esperado y superó las expectativas el retorno de Origen de Los Toldos, un grupo que volvió a reunirse despúés de varios años de faltar de los Encuentros y que sonó muy alto. Un párrafo aparte para la gente de Maciá Canto, un cuarteto que dejó muy bien posicionada a la música vocal de Entre Ríos y sorprendió por su profunda humildad. Y otro ítem para Arrebol, un muy buen trío de El Colorado (Formosa), que cosechó aplausos no sólo por su localía sino por su calidad interpretativa. También dejó su propuesta la gente de La Marca Trío de Venado Tuerto.
>> Leer más: Karé, la voz de Rosario en el Encuentro Nacional de Grupos Vocales de La RiojaLas chicas tuvieron su espacio con la presencia de La Cantarola, de Villa María, y El río las trae, de Paraná, dos grupos que hacen sus primera armas en esta empresa, que con sus propuestas renovadoras buscan sumarse al movimiento vocal nacional. Y si de grupos primerizos en los Encuentros se trata, 40 Grados de Resistencia hizo su primera experiencia en este ciclo.
No son sólo grupos de provincias, forman parte de una propuesta federal que además de plantearse la música como medio, busca un fin: evitar que el género vocal sufra el desarraigo en su propia tierra. La época de oro del canto vocal ya fue. Es parte de una historia rica que tuvo grande maestros y brillantes ejemplos a seguir. Hoy, la realidad es otra. Lo comercial excede lo creativo y genera una brecha difícil de equilibrar. Un grupo vocal no vende, no genera ganancias. Claro, si no se lo difunde, si las obras de los artistas no se divulgan, difícilmente se pueda revalorizar el género.
Está en el espíritu y en la convicción de cada integrante de cada grupo vocal de cada rincón de la Argentina seguir intentándolo, seguir defendiendo el arte y la belleza de cada obra, de cada autor. Está en la idea de seguir organizando Encuentros Nacionales la semilla de que esto no se esfume. Por eso están de pie sobre las ruinas provocadas por años y años de aislamiento forzoso.
Quizás no se trate, entonces, de recuperar una época dorada para los grupos vocales. Quizás se trate, simplemente, de nunca dejar de brillar.