Sebastián Estevanez tiene el entusiasmo del veinteañero que hace su primera tira al aire. Confía que esta telenovela le va a llegar a la gente. Ese espíritu positivo no oculta su malestar por la escasez de ficciones argentinas y el reclamo a defender las fuentes laborales. Pero su costado más sensible se verá cuando le cuente a Escenario cómo su personaje Rafael, un ex boxeador que ahora es enfermero, tiene mucho de un drama que sufrió en la vida real. "Estamos haciendo esta novela con el corazón en la mano", grafica al respecto de "Golpe al corazón", la tira que desde el lunes, a las 22.15, emitirá Telefe por la pantalla de Canal 5. En una charla distendida, Estevanez contará qué sintió cuando estuvo al borde de la muerte y adelantará qué tiene esta novela para que al verla den "ganas de pelearla".
—No sé si es tan tradicional esta telenovela, es un culebrón, pero te diría que es como un "Dulce amor", pero mucho más profunda, porque toca temas muchos más fuertes. Tiene drama, tiene comedia, y al transcurrir una gran parte de la novela en la clínica eso hace que sea un poco más profunda.
—Y bueno, eso lo va a decidir el público el lunes 11 a las 22.15 cuando arranquemos. No sé, ojalá que sí, ojalá que la novela ande bien. Hoy hay dos novelas al aire, esta sería la tercera y a mí me pondría muy contento que ande bien y que anden bien todas, no sólo la nuestra. Y que haya más, hay muy poca ficción nacional y me entristece eso, me gustaría que haya trabajo para todos.
—¿Cuando prendés la tele y ves una novela turca en vez de una en la que actúes vos o algunos de tus colegas, qué sensaciones tenés?
—Te cuento, siempre hubo novelas extranjeras, pero no tantas. Cuando había alguna lata extranjera estaba todo bien, pero ahora me parece que son demasiadas las latas que hay y eso perjudica la industria nacional. Es mucha la gente que se queda sin laburo y a mí eso me molesta. Creo que nos tendríamos que juntar y tratar de llegar a un acuerdo para que todos los canales tengan producción nacional en mayor cantidad. O sea para que tengan, no cantidad, para que tengan. Hace cinco, diez años Telefe tenía cinco novelas en el horario de la una y media, dos y media, seis de la tarde, siete de la tarde, ocho de la noche, nueve, diez, era una cosa espectacular, había un montón de laburo para todo el mundo. Hoy es un desastre, estamos pasando un momento complicado y ya venimos hace un par de años de un momento complicado.
—¿Cómo puede ser que la gente se identifique con algo que pasa en Turquía o con una historia bíblica, o...?
—(Interrumpe) Perdoná que te interrumpa pero es porque la gente no tiene otra cosa para ver. Hay dos o tres opciones, antes tenía un montón. Me parece que el problema está por ahí, pero, no sé, capaz que se ponen de acuerdo, yo tengo fe de que va a levantar, ojalá que levante y que todo vaya para bien. Yo soy un tipo positivo y espero que nos vaya bien, ojalá que los canales empiecen a ver que se puede y vayamos para adelante. Estaría buenísimo, ¿no?
—Enrique Estevanez, tu papá y productor de esta ficción, apuesta a las telenovelas costumbristas y con una historia de amor bien contada. ¿Esta vez le sumó un tono más melodramático?
—Sabés lo que tiene la novela: una sensibilidad impresionante. Yo tengo fe que le va a llegar a la gente, le va a encantar. Yo como partícipe de esto, con Eleonora (Wexler) y con todo el equipo, estamos todos muy contentos con el laburo que estamos haciendo. Y te digo de verdad. ¿Viste cuando vos estás haciendo algo que te gusta? Que te gustan los libros, cuando grabás con tus compañeros, que la pasás bien, que hay buena onda, que los guiones son espectaculares, que estás en tu casa leyendo y te reís o se te cae una lágrima. Bueno, eso no pasa siempre. Cuando pasa eso y tenés buena onda con todos y te conectás con tus compañeros de la manera que nos estamos conectando, eso hace que todo fluya. Y la gente va a sentir todo esto que te estoy contando, porque siempre cuando nosotros lo sentimos del otro lado la gente lo recibe de la misma manera.
—¿Después de haber grabado tantas tiras exitosas, por qué esta novela la sentís tan especial?
—Mirá, el personaje mío es enfermero y después de un accidente que tiene la mujer y que la ambulancia no llega a tiempo, él se queda tildado con que si la ambulancia hubiese llegado a tiempo las cosas hubiesen sido distintas. Bueno, eso me pasó a mí en vida.
—Es verdad, no recordaba aquel accidente, y ¿cómo fue lo que te pasó para que lo asocies tanto a esta tira?
—Yo quedé con 4 por ciento de probabilidad de vida en coma 4 durante 17 días y en terapia intermedia estuve 17 días más y tuve un año de rehabilitación. Cuando yo tuve el accidente (N de la R: se refiere a lo ocurrido hace veinte años cuando chocó mientras conducía su auto camino a Punta del Este) la ambulancia tardó en llegar y yo ya estaba del otro lado. Unos de los que estaba en la ambulancia le dijo a un familiar mío «ya está, no respira». Y una médica que estaba ahí me puso un respirador manual para tirarse un lance, por las dudas, para ver si zafaba. Y hoy estoy acá. Yo creo en la vida y en el destino, y cuando empecé a grabar este personaje no me había dado cuenta de esta asociación. Vos vas descubriendo cosas a medida que vas grabando, y al descubrir esto son cosas que me sensibilizan.
—¿Vos creés que tu papá no sabía qué teclas tocaba cuando bocetaba esta novela?
—Sí, seguro, pero la novela la venimos armando hace mucho, yo participé del armado de la novela, de los libros, de la producción, del elenco, hacemos todo en equipo siempre. Pero no fue algo consciente, no fue que porque me pasó a mí la hicimos. Estaba la idea de que yo fuera enfermero, pero nada más.
—Desde ya que después de haber pasado esa línea, entre la vida y la muerte, nunca volvés igual.
—No, yo creo que no. Cuando te pasa algo profundo te toca y te sensibiliza para siempre.
—La tira se llama "Golpe al corazón" y es una metáfora que también tiene que ver con tu accidente.
—Sí, todo se fue dando, había diez títulos dando vueltas y en ninguno estaba la palabra corazón. En la medida que se va armando todo va saliendo. No sé cómo le irá a la novela, pero más allá de eso me encanta el laburo que estamos haciendo todos, estoy feliz. Es un caño la novela, está buenísima, es espectacular, la vieron familiares y amigos los primeros capítulos y están todos fascinados, todos recontentos. A la gente le va a encantar, vas a ver. No es que yo te cuento todo esto y vos podés pensar que es un bajón. No, la novela te da ganas de pelear. Vos escuchás las cosas que te tiro y podés decir que es jodido todo lo que pasa, pero no, te saca una risa y te dan ganas de pelearla también.
—En este contexto social complejo suena como un aliciente para la gente que una tira invite a pelearla.
—Yo creo que es una novela que te une, que te da ganas de palmearle el hombro al que tenés al lado. Ojalá que a la gente le guste, la estamos haciendo con el corazón en la mano, no es un chiste, de verdad, fuera de joda, le estamos poniendo todo y mucho más. El público tiene la decisión final, es el que elige, y el que manda es el público. Pero yo tengo fe que le va a gustar a la gente.