Sandra canta "Puerto Pollensa", el público en el Astengo está de pie y la
ovaciona, es el bis de su debut en Rosario. Corría el 83. El show es corto pero emotivo. La chica
de cabellera enrulada se va literalmente corriendo del escenario. Y fue en el mismo teatro en el
que esta noche, a las 21.30, junto a la Antigua Jazz Band, llega para cantar standards, blues y
negros spirituals. El tiempo pasó, pero no hay duda que es la misma Sandra, que retoma su esencia,
el jazz.
—¿Volvés a tu primer amor con el jazz?
—Sí, pero en realidad cuando comencé a cantar hacía canciones en inglés,
standards, clásicos más pop, te diría. Este fue un espectáculo que se le ocurrió a Lino Patalano en
el Maipo, hace un par de años atrás, con la Antigua Jazz Band y con Opus 4, lo hicimos en dos
temporadas, grabamos un disco en vivo y la verdad fue un descubrimiento extraordinario. Sin duda
fue como retomar con mi historia, con lo que mamé desde muy chica y tengo genéticamente dentro mío,
y la verdad es que lo disfruto como loca.
—¿Cómo es tu vínculo con los músicos de la Antigua Jazz Band?
—Están tocando cada vez mejor, suenan afiatados y con más matices y
riqueza expresiva. Me siento como perro con dos colas.
—¿Qué incluye el repertorio que traen al Astengo?
—El repertorio tiene a Gerswhin, un poco de bossa nova, canciones como "La
sombra de tu sonrisa". Son un montón de canciones de distintos autores y épocas, como "El hombre
que amo". Este espectáculo es sin los Opus, así que voy a poder cantar un poco más.
—¿Y no habrá algún clásico de tu carrera?
—No, nada que no sea standard de jazz, de blues o de spirituals, no voy a
hacer "Puerto Pollensa", pero no se trata de un capricho mío ni nada, sólo quiero que la gente vaya
a verme sabiendo esto.
—¿No te ata demasiado cantar delante de una banda de jazz tan
tradicional?
—Me siento libre y enriquecida completamente. Disfruto mucho porque los
músicos son muy dúctiles. Las canciones se hacen con distintas formaciones y es un placer
escucharlos, porque son unos capos. Lo hago medio salvajemente, no soy muy sutil.
—¿Considerás que cada vez hay más mixturas de géneros en la música
argentina?
—Cada vez hay más mezclas y es muy saludable que pase esto porque nos
enriquecemos todos. Hace poco canté en Tucumán con una big band de allá, nos pusimos de acuerdo con
las tonalidades, y con arrancar y terminar juntos ya está, pensá que son todos standards.
—¿Esto te permite improvisar, como lo propone la misma esencia del
género?
—Puedo improvisar todo lo que quiero, pero me mantengo dentro de la
estructura y no pasa nada. Los músicos de jazz son amantes de las improvisaciones. Eso sí, si me
salgo un poco del caminito, me pegan el alarido. En tanto no haga algo que desestabilice la banda
está todo bien, además me encanta ser la nena mimada arriba del escenario.
—¿Nunca existió la posibilidad de hacer este espectáculo con algunas de
las buenas bandas de jazz que tiene Rosario?
—Me encantaría, si me lo propusieran lo haría con todo gusto, lo que pasa
es que Rosario tiene la desventaja de estar cerca de Buenos Aires y no es tan complicado
trasladarse. Además, a los muchachos de la Antigua Jazz Band les gusta viajar y están encantados
con venir con este show a Rosario.
—¿Esto es un recreo en tu carrera?
—Siento que lo puedo hacer en cualquier momento. Mientras tanto con mi
banda seguimos presentando el disco "Creciendo", con el que ya fui a Rosario, y sigo haciendo
"Eladia ¡quiero!", que continúa en el Teatro Maipo en este verano y sin duda lo llevaremos a
Rosario como todo espectáculo que hago. Porque Rosario es una ciudad melómana, llena de músicos y
amantes de la música.
—Evidentemente, no sos de las que se quedan quieta con su quintita
artística.
—Tengo la ventaja que al ser intérprete me gusta abarcar distintos
géneros, y ahora que hace más de treinta años que estoy cantando, siento que además tengo la
posibilidad de elegir y proponer cosas diferentes. Estoy siempre abierta a otras propuestas y todo
me hace sentir prolífica y llena de vida. Siento que la música es una parte fundamental de mi vida
y toda posibilidad que tenga de sumar, bienvenida sea. Si hasta Lito Vitale me convocó para
"Mujeres argentinas". Ese tipo de apertura musical es un festejo permanente en mi carrera.