El tiburón prehistórico más grande del planeta —22 metros de largo— desembarcará este jueves en los cines de Rosario compartiendo créditos con el bravo Jason Statham, con sus 51 años recién cumplidos. "Megalodón" ("The Meg", su título original) es una coproducción chino-estadounidense dirigida por Jon Turteltaub, protagonizada por Statham junto a Ruby Rose, Li Bingbing, Rainn Wilson, Cliff Curtis y Winston Chao.
Desde "Tiburón" de Steven Spielberg en el 1975 hasta la franquicia cinematográfica de "Sharknado", el cine estuvo lleno de depredadores marinos que buscaron provocar miedo desde la pantalla grande.
"Es un desafío en el océano, tratar de mantenerse acalorado y físicamente capaz. La seguridad de la parte técnica de grabar una película en el océano es difícil, pero me gusta, es una nueva aventura para mí", afirmó el musculoso Jason Statham a la publicación NTN24.
"Megalodón" está basado en el libro de ciencia ficción "Meg: una novela de terror profundo" de Steve Alten, donde se cuenta la historia de un grupo de científicos que deben enfrentarse a un inmenso tiburón creído extinto, que de pronto emerge en las costas de China y amenaza con devorarlo todo.
Se sabe, ninguna película de tiburones está completa sin un héroe que acabe con el gran depredador; por ejemplo, Richard Scheider fue la estrella de "Tiburón", y en este filme Jason Statham deja atrás su personaje de "Rápido y furioso", y vuelve como un buzo emocionalmente trastornado llamado Jonas Taylor, que después de un brutal ataque de tiburón es el único sobreviviente. La película se filmó en West Auckland, Nueva Zelanda, tanto en tanques como en mar abierto. En todas las locaciones, Statham se tomó en serio su trabajo y se preparó para las escenas bajo el agua. "Antes de comenzar el rodaje, buceé a pulmón un par de veces para saber cómo relajarme y contener la respiración bajo el agua", recordó en una entrevista con la agencia Efe.
Además, Statham es un verdadero especialista de las olas. El agua no le parece aterradora, y hasta fue alguna vez fue clavadista de clase mundial. "Puedo contener la respiración durante casi tres minutos, lo cual no es muy difícil. Puedes hacerlo bajo el agua más tiempo si te relajas, porque es como estar en el vientre materno. Incluso puedes sumergirte 182 metros con una sola bocanada de aire", indicó.
El actor disfrutó este personaje en familia, pues para prepararse para el papel recorrió algunas partes del mundo junto a su esposa Rosie Huntington-Whiteley. "Fui a Fiyi para bucear con 30 tiburones en mar abierto. Antes de entrar a la jaula, alguien los alimenta arrojando una carnada sangrienta al agua para que la rodeen. Creo que el momento que más miedo me dio fue antes de entrar al agua. Todo mi temor se quedó en el bote. Desde ese momento, fue fascinante. Fue un sentimiento apasionante combinado con la paz de ser uno con la naturaleza; superó mi imaginación", concluyó en la entrevista.
El miedo a los tiburones siempre ha existido y siempre existirá, y la película de Spielberg sin duda alguna marcó un antes y un después, pero ¿de dónde viene nuestro miedo a los tiburones y hasta dónde se remonta? Un artículo publicado por National Geographic, indica que la pregunta implica que no deberíamos tenerles miedo, de acuerdo con David Ropeik, consultor de percepción de riesgos y autor del libro "How Risky Is It, Really? Why Our Fears Don?t Always Match the Facts". El miedo a los tiburones, o selacofobia, no es irracional, según el biólogo marino Blake Chapman, de la Universidad de Queensland, Australia. Es decir, estos peces depredadores dan miedo. Los tiburones blancos, por ejemplo —la especie que Hollywood inmortalizó como asesina— tienen fauces con hileras de hasta 300 dientes afilados con los que desgarran a sus presas. "Si digo que hay una posibilidad entre 3.748.067 de que te ataque y te mate un tiburón, ese número es muy abstracto para que tu cerebro lo procese. A pesar de lo que Hollywood nos ha enseñado, es poco probable que un tiburón te devore. Es más probable que mueras por el ataque de un perro", aseguró Chapman.
Tras el éxito de taquilla que está siendo el estreno de "Megalodón'', habiendo conseguido ya en Estados Unidos 44,5 millones de dólares, hay muy pocas dudas de que habrá una secuela. No obstante, el director Jon Turteltaub se muestra más cauteloso al ser preguntado por ello en una entrevista con Cinemablend. "Bueno, el protagonista se está tomando ahora un descanso. Ya se verá si hay otra película. Nunca hacemos una película pensando que habrá otra. Da mala suerte, y ni siquiera puedes creer que vayas a terminar la primera". Al preguntarle por sobre que iría esa posible secuela, el director no lo tiene claro, pero está seguro de una cosa: "Esperemos que no siga la ruta de otras secuelas malas que solo empiezan a agrandar las cosas. Que fuese un Super Megalodón o un Ultra Megalodón. No, por favor".