"Para mí teatro físico es la poética de los cuerpos y el movimiento", dice el director Ariel Gauna a propósito de su puesta "Migas", que se estrena hoy a las 22 en Espacio Bravo (Santiago 150), con la actuación de Analía Torti. El espectáculo se construye a través de cuadros-escenas que son acompañados por sonoridades ambientes hilvanando una pieza de teatro físico, con el cuerpo de mujer como instrumento para relatar diferentes estados de la memoria.
—¿Cómo surgió el proyecto?
—"Migas" es un espectáculo que surge cuando Analía Torti me ofrece tomar la dirección de este posible proyecto. Ella venía trabajando con una serie de obras en solitario más ligadas a la performance y la expresión corporal, trabajos cortos que se podían adaptar a distintos espacios. A partir de ese encuentro nos propusimos juntos, trabajar en una propuesta más amplia con otras implicancias de dramaturgia donde poder pensar el cuerpo desde otra perspectiva.
EM_DASH¿Qué es el teatro físico?
—Para mí el teatro físico es la poética de los cuerpos y el movimiento. Cuando hablamos de teatro siempre está implícito el cuerpo, pero aquí ese cuerpo adquiere la condición de ser el disparador central, el articulador de lo que se propone en escena. En este sentido es otra forma de vincularse con lo que pasa en vivo, quizá más alejado de un texto literario, una historia lineal o ese traslado más intelectual de información que hay con el espectador. Lo que hay en ese presente de la obra es un cuerpo que se conecta con texturas sonoras, con movimientos extra cotidianos, con distintas intensidades y velocidades gestuales y danzas.
EM_DASH ¿Qué intenta transmitir la obra?
—En la obra conviven distintos objetos que la actriz utiliza a lo largo del espectáculo, pero hay uno que es fundamental" El pan duro". Ese fue el elemento motor que nos valió para construirlo. Si uno indaga un poco más en profundidad puede ver que detrás del pan duro, siempre en todas las culturas existió el hambre. Creo que esa es la idea central que se quiere transmitir, ese hambre que para nosotros es una necesidad de revelarlo en una forma poética. Hambre de pan, de justicia, de sensibilidad, de humanidad. Hablar con el cuerpo y sus posibilidades.