La pantalla del televisor, o de la computadora o el celular, se convirtieron en los últimos días en uno de los pocos refugios para sobrevivir con cierta cordura a la cuarentena. Algunos aseguran que en el contexto actual les cuesta concentrarse en una película o una serie, lo cual es innegable, y otros se quejan porque ya agotaron el catálogo de la plataforma de streaming más popular (Netflix) y dicen que les queda poco para ver. Pero no todas son malas noticias. Más allá de Netflix, Amazon o los servicios premium de HBO y FX, también hay espacio para ver un cine diferente. El martes pasado, la plataforma de streaming argentina Qubit.tv lanzó una oferta tentadora: un mes gratis de suscripción, entrando con el código "cinentena", para probar su servicio y explorar su catálogo.
Para los que no lo conocen, Qubit.tv funciona por suscripción, del mismo modo que Netflix. No ofrece series, solamente películas, pero su selección es muy singular, algo así como el rincón del cinéfilo. Hay más de 3.000 títulos de todos los géneros y todas las épocas, pero predominan los clásicos de Hollywood y el cine de autor. Podemos encontrar desde películas mudas de Chaplin y Buster Keaton hasta "Casablanca", "Citizen Kane" o "El Mago de Oz". O tanques de los 80 como "Los Goonies", "La historia sin fin" o la saga original de "Mad Max".
Sin embargo, tal vez lo más interesante se encuentre en el segmento de cine de autor, con películas de Stanley Kubrick, Federico Fellini, Luis Buñuel, Alfred Hitchcock, Akira Kurosawa, Clint Eastwood e Ingmar Bergman, entre muchos otros. Sólo de Kubrick están disponibles "2001: Odisea del espacio", "El resplandor", "La naranja mecánica", "Barry Lyndon", "Nacido para matar", "Dr. Insólito" y "Ojos bien cerrados", por ejemplo. O es posible en una búsqueda casual toparse con "Sin aliento" (Jean-Luc Godard) o "Teorema" (Pier Paolo Pasolini).
Además de estos realizadores históricos, también están presentes directores que brillaron en los últimos años, como el danés Nicolas Winding Refn y el rumano Cristi Puiu. Apuntando a ese target, a continuación destacamos cuatro joyas del catálogo de Qubit.
• "Drive" (2011): "Drive" ya es un clásico de este siglo. Brutal y estilizado al mismo tiempo, este thriller lleva todas las marcas del danés Nicolas Winding Refn, que se impuso como mejor director en el Festival de Cannes con esta película. El protagonista es un conductor de autos profesional que trabaja como doble de riesgo en Hollywood, y que a la noche hace algunos "trabajitos extra" fuera de la ley. La película no da respiro, ni en las secuencias de acción ni en los precisos diálogos. Y Refn construye cada escena como un artesano, para que quede grabada en la memoria. El elenco, como si fuera poco, es una especie de "dream team": Ryan Gosling, Carey Mulligan, Bryan Cranston, Oscar Isaac y Albert Brooks.
• "Aprile" (1998): Es revelador revisitar ahora esta joya del Nanni Moretti de los 90, y ni hablar del placer de verla por primera vez. Moretti se consagró en 1994 con "Caro Diario", y aquí repite ese esquema autobiográfico, en donde se interpreta a sí mismo, rodeado incluso de su verdadera familia: su madre, su esposa y su pequeño hijo recién nacido. Inconformista y obsesivo, cómico y reflexivo, Moretti habla acá de los miedos de un padre primerizo, de los vaivenes creativos de un director de cine, y de ver el ascenso de Berlusconi desde la vereda de la izquierda italiana (y después también frustrarse por ser de izquierda, claro). Entre la comedia y el documental, la película contiene algunas escenas memorables que, aún en este mundo cambiante, no han perdido vigencia.
• "Sieranevada" (2016): El llamado Nuevo Cine Rumano es un tesoro a descubrir, y "Sieranevada" (sí, está bien escrito) es uno de sus mejores exponentes. La cuarta película del realizador Cristi Puiu ("La noche del señor Lazarescu") se centra en una reunión familiar que termina en un pequeño gran caos. La cámara se ubica fija dentro de un departamento de Bucarest y muestra con un realismo puro y filoso una panorámica familiar que va in crescendo: discusiones sobre política (las "grietas" de allá), rispideces de todo tipo, confesiones tardías, desahogos dramáticos y momentos cómicos. El director logra captar una intimidad tan intensa que resulta hipnótica, y a pesar de las distancias geográficas el espectador puede sentirse identificado y también interpelado con cada escena.
• "El otro lado de la esperanza" (2017): la última película del finlandés Aki Kaurismäki ("Un hombre sin pasado", "El puerto") se mete con un tema bien actual: la inmigración ilegal en Europa. Pero el director se aleja de la denuncia y del cine artificialmente politizado para profundizar en su particular estilo: en "El otro lado de la esperanza" reaparecen sus personajes desclasados y marginales, su personal mirada entre realista y ensoñada, y su humor ácido y seco. Aquí se centra en el vínculo solidario que se genera entre Khaled, un sirio que huyó de la guerra y llega a Helsinki escondido en un barco de carga, y Wikström, un vendedor de ropa que deja su antiguo negocio y compra un decadente restaurante que pretende hacer rentable. Kaurismäki es capaz de arrancarnos una sonrisa en medio de la derrota.