Comprender lo inexplicable del amor es la meta de "Malditos (todos mis ex)". La puesta, que sube hoy a las 21en el teatro La Comedia (Mitre y Ricardone), invita a echar luz sobre las relaciones de pareja, la frustración, el sexo, la cotidianeidad y el paso del tiempo. En diálogo con Escenario, Reynaldo Sietecase y Mariela Asensio, autores de la obra, reflexionaron sobre el costado poético, placentero y también dramático del amor. "Lo digo en forma literal, amar vale la pena que provoca. Eso es lo que se cuenta en la obra", dijo el periodista y poeta rosarino. "En lo que sí creo es en el amor como entidad", apuntó Asensio, también directora de la obra teatral, protagonizada por Federica Presa, Ariel Pérez de María, Raquel Ameri, Federico Schneider, Marina Lovece, Hernán Herrera y Constanza Molfese.
—¿Por qué los ex tienen la categoría de malditos? ¿Es que el amor hace tanto daño?
—Sietecase: Yo le preguntaría a los lectores: ¿Quién no sufrió por amor? Lo sintetizaron bien los poetas. Leopoldo Marechal escribió: "con el número Dos, nace la pena" y Juan Gelman: "Me duele una mujer en todo el cuerpo". Podría seguir con los ejemplos. El amor es placer y sufrimiento. Su búsqueda guía la vida, estar enamorado es incomparable. Y luego, el amor duele cuando termina. Cuando se desgasta. Quién no vivió situaciones horribles por amor. Por eso jugamos con la idea de malditos.
—Asensio: En general uno se enamora y espera construir una relación eterna, el famoso "para toda la vida", ocurre que después la realidad te aplasta y te das cuenta que no es tan sencillo sostener el amor. Comprendes que muchas veces se termina el amor, por ejemplo, o que nada está hecho a la medida de nuestras expectativas. Entonces se precipitan los finales y siempre se los relaciona a la frustración. Hay que ser inteligente emocionalmente para poder quedarse con una sensación positiva del ex y no asociarlo inmediatamente a lo que quedó trunco. Uno no termina las cosas porque está satisfecho con ellas, las termina porque está todo mal. Y ni hablar en los casos en los que el final se da porque te abandonan. ¿Hay algo más horrible que ser abandonado? Yo lo experimenté, y juro que me dolía el cuerpo. Por otra parte, la inteligencia emocional en cuestiones del amor no es mi fuerte, y el de mis personajes tampoco.
—¿Qué los motivó a escribir sobre el amor: el disfrute de una buena relación o la angustia tras el desamor?
—Sietecase: El amor y su contracara, el abandono, son los grandes temas de la literatura y el teatro. El amor y sus variantes atraviesan la dramaturgia desde los griegos al teatro moderno, pero también la canción romántica. En el tango, por ejemplo, están descriptas todas las variantes del abandono y eso ocurre porque hace a la naturaleza humana. El amor es maravilloso pero también suele ser cruento. Tiene finales no deseados. Igual vale la pena. Y lo digo en forma literal, amar vale la pena que provoca. Eso es lo que se cuenta en la obra.
—Asensio: Cuando escribí la obra no pensaba en el amor ni en el desamor. Los procesos creativos son mas intuitivos, al menos en mi caso. Yo escribo sobre situaciones que por alguna razón me atrapan, por razones más bien inconscientes. Pongo en juego mis propias contradicciones, me río de mi propia miseria, pero siempre desde un lugar poco racional. Me interesó interpelar las relaciones de pareja, no necesariamente pensando en hablar del amor, sino más bien jugando con ciertos mecanismos que existen en las personas a la hora de relacionarse con otras. Yo hablo de lo que me atraviesa. Y lo que me atraviesa muchas veces no tiene nombre, no sé cómo llamarlo. Esa pulsión me obliga a escribir.
—El paso del tiempo es un componente clave en la obra. ¿Es una utopía el amor para toda la vida?
—Sietecase: No sé si existe el amor para toda la vida, pero es indispensable pensar que sí, que es posible. Como juran los creyentes "hasta que la muerte nos separe". Es una manifestación de fe, pero creo que depende de las relaciones. A veces se logran establecer vínculos incombustibles, pero no es nada sencillo. Además, creo que hay infinitas formas del amor humano. No sólo las que se establecen en vínculos tradicionales o están formateadas por las costumbres o la religión.
—Asensio: No lo sé. Hay días en los que soy fatalista y punk rock. Y creo que todo es una mierda. y que estamos obligados a sostener lo insostenible por pura terquedad cultural. Otras veces me hago el rollo del amor en el tiempo, de cómo se recicla y transmuta. Del amor verdadero y real y bla bla bla. La posta es que uno no muchas veces puede con uno mismo, y se la pasa toda la vida tratando de poder con los otros. Somos una especie increíble. En lo que sí creo es en el amor como entidad. Ese amor trasciende una relación, y es el que no puede faltar.
—¿Desde qué lugar plantearon lo inexplicable del amor: tomaron historias propias o prestadas?
—Sietecase: Uno siempre escribe aprovechando experiencias propias, lecturas, historias prestadas. El escritor es un predador, utiliza todo lo que tiene a su alcance al servicio de narrar de manera entretenida. En la ficción luego se exagera, se potencia el dramatismo y el humor. Esa fue nuestra apuesta. En "Malditos (todos mis ex)" una mujer narra todo su prontuario amoroso y lo hace a través de tres mujeres y tres hombres en escena. Hay múltiples situaciones que generan mucha identificación en el público. Nadie sale indemne del teatro.
—Asensio: Uno está todo el tiempo resignificándolo todo. Mirando con otros ojos todo el tiempo. Ese es un trabajo que la creación necesita sí o sí. Tener la capacidad de ver más allá de lo que se ve. En mi caso, escribo desde un lugar personal, aunque nunca deja de ser ficción, me expongo en lo que hago. Siempre estoy yo de alguna manera, que nunca es literal. Pero también me inspira el mundo exterior. Asocio cosas a partir de algo que escucho o veo. Como una cazadora, ando por ahí,tomando todo del mundo a mi favor.