El elenco de "El Ángel" incluye a actores reconocidos como el Chino Darín, Peter Lanzani, Mercedes Morán, Daniel Fanego y Cecilia Roth. Pero la gran sorpresa es su protagonista, Lorenzo "Toto" Ferro, un joven de 20 años sin ninguna formación como actor ni experiencia previa ante las cámaras. Cuando el director Luis Ortega vio su carita en un casting no dudó. Lorenzo es hijo del actor Rafael Ferro ("Las Estrellas", "Educando a Nina" y "Guapas", entre otras tiras), sin embargo nunca se había sentido atraído por el mundo de la actuación.
"Todavía no me cayó la ficha de lo que está pasando con esta película. El día que me caiga se va a pudrir todo", dijo entre risas Toto Ferro en charla con Escenario. En su reciente visita a Rosario, sentado al lado del Chino Darín, el protagonista de "El Ángel" se refirió a la experiencia casi surrealista de estar en la alfombra roja de Cannes, el festival de cine más importante del mundo, donde la película se presentó en mayo pasado. "Antes de ir a Cannes yo estaba en Nueva York, y cuando se acercaba la fecha de Cannes me empecé a sentir nervioso. Yo nunca vomito en los aviones, pero en ese viaje a Francia me vomité todo. Me agarró dolor de estómago, estaba muy ansioso. Pero una vez que llegué ahí y me junté con el equipo de la película me sentí muy bien. Fue divertido porque era como irse de gira con una banda. Aparte presentar la película en ese festival, que es la Champions League, y con este equipo que es el Barcelona, fue espectacular", aseguró.
Para poder convertirse en "Carlitos" Robledo Puch, Ferro tuvo que hacer un curso intensivo durante cinco meses con el profesor de teatro Alejandro Catalán, siempre bajo la atenta mirada de Luis Ortega. "Cargar con el peso de una película como protagonista es algo muy difícil si no sos actor", reconoció Toto. "Además tuve que aprender a tocar el piano, a andar en moto, todas cosas que hace el personaje. Yo no sabía hacer nada, de pedo que había aprobado Matemáticas en la secundaria", apuntó entre risas. Durante el proceso de entrenamiento, Ortega y Ferro se convirtieron en inseparables. "Luis me transformó en un hermano suyo, o en un hijo. Al rodaje llegamos siendo hermanos y nos entendíamos al toque. De la nada él te la hace fácil y eso se ve reflejado en la pantalla", afirmó.
Lorenzo Ferro nunca había escuchado hablar de la historia de Robledo Puch, pero cuando se anotó para el casting empezó a leer y a investigar sobre él. "En realidad no encontré tanto material. Yo quería encontrar un audio, escuchar su voz. En un momento me volví bastante loco con el personaje real, hasta que después entré en el Carlitos de la película y empecé a crear con Luis y con Catalán al personaje de la ficción", explicó. Su mirada sobre Robledo es compasiva. Incluso reconoció que si hubiese podido visitarlo en la cárcel le hubiera dado un abrazo. "Y sí", dijo, ¿hace cuánto alguien no le dará un abrazo?", se preguntó.
Un socio, el Chino Darín. Enfrente, el Chino Darín sonríe. Al igual que su padre, el Chino tiene esa calidez casi familiar. En "El Ángel" interpreta a Ramón, un compañero de escuela de Carlitos que lo introduce en el mundo criminal a nivel profesional. Ramón y Carlitos se convierten en socios, y mientras roban y matan crece entre ellos cierta tensión erótica. "Este personaje es totalmente distinto a Alex Puccio", aclaró el actor, refiriéndose al personaje que compuso en la exitosa "Historia de un clan". Si bien se trata de la misma época (los años 70) y el mismo lugar (la zona norte de Buenos Aires), "Alex Puccio era una víctima-victimario. Era un criminal que cargaba con la culpa de lo que hacía. Ramón, en cambio, es un personaje más amoral, más mercenario. Es un tipo que quiere destacarse y llamar la atención de su propio núcleo familiar, y en el camino está dispuesto a todo", se explayó.
El Chino reconoció que Luis Ortega no lo había elegido a él para "Historia de un clan", pero después de trabajar juntos se convirtieron en "compinches totales", según contó. "Lo que más me interesa de Luis es lo que hace con estas historias delictivas: él juega a ponerse en los zapatos de estos personajes y no se olvida de que son humanos, y eso nos hace poner incómodos, porque los refleja como personas que tienen sus amores y que también sufren", recalcó. Además consideró que la mirada del director es muy singular porque "Luis es un tipo súper etéreo y volado, con un universo poético y un imaginario muy frondoso, que permite que las historias tomen vuelo propio y floten: sus historias nunca están del todo ancladas a la realidad. Sus personajes están a unos centímetros del suelo", concluyó.