Con “Desapareció una noche”, el cine se adelantó a la realidad. Y no es la primera vez
que lo hace. El 16 de marzo de 1979 se estrenó en Estados Unidos “Síndrome de China”
que, con las actuaciones de Jane Fonda y Jack Lemmon, jugaba con la idea de que una falla en una
central atómica pusiera en peligro a la ciudad de Los Angeles. Apenas 13 días más tarde un
desperfecto en un reactor nuclear causó pánico entre la población de Three Mile Island, en
Pennsilvania. Miles de personas tuvieron que ser evacuadas cuando una nube radioactiva amenazó con
extenderse sobre la ciudad. El incidente potenció el éxito de la película que recibió cuatro
nominaciones al Oscar, entre ellas, irónicamente la de mejor guión original.
Al estrenarse en 1998, “Contra el enemigo” tuvo una tibia
respuesta de parte del público. Protagonizada por Bruce Willis, Denzel Washington y Annette Bening,
la película narraba una serie de atentados perpetrados por un grupo fundamentalista de Oriente
Medio en la ciudad de Nueva York. Después de los ataques terroristas a las Torres Gemelas del 11 de
septiembre de 2001, el planteo de la realización de Edward Zwick fue revalorizada. El filme
disfruto de una exitosa segunda oportunidad al ser editada en DVD para el consumo hogareño.
Muchos tiempo antes, Charles Chaplin se anticipó al desastre cuando
ofreció una visión caricaturesca de Adolf Hitler, “El gran dictador”. La película,
estrenada en 1940, tiene escalofriantes coincidencias con los acontecimientos que conmocionaron al
mundo durante los años siguientes. Tanto es así que el arquitecto del Reich, Albert Speer, declaró:
“Es el mejor documental que existe sobre Hitler”.
No sorprende entonces que el caso Madeleine haya sido anticipado por la
ópera prima de Ben Affleck. El cine ha demostrado que posee la extraña virtud de adelantarse a la
realidad. Más cuando procura retratar el costado más oscuro de la condición humana.