La poderosa súplica de Britney Spears a una jueza para que ponga fin a la tutela que ha controlado su vida desde 2008 provocó la compasión e indignación de los fans, las estrellas que toman partido por ella e incluso observadores casuales que dicen que la cantante merece su independencia. Sin embargo, los abogados que se ocupan de estos asuntos dicen que el discurso en sí puede no haberla ayudado en el proceso legal, que será largo y arduo.
“Cuando Britney habló, el mundo escuchó. Eso fue increíble”, dijo el abogado especialista en derecho de familia Peter Walzer. “Ahora, dudo que la jueza se lo trague y la deje salir de la tutela”, afirmó.
Con su discurso apasionado y por momentos emotivo del miércoles pasado ante la jueza del Tribunal Superior de Los Angeles, Brenda Penny, Spears habló por primera vez en 13 años en una audiencia pública sobre la tutela, que calificó de “abusiva” y “estúpida”. La tutela se decretó cuando la cantante, perseguida por los paparazzi y la vigilancia de la prensa mientras se estrenaba como madre, sufrió una crisis de salud mental muy pública en 2008.
La estrella pop de 39 años repasó el discurso en una publicación de Instagram el jueves y se disculpó “por fingir que he estado bien los últimos dos años”. “Lo hice por mi orgullo y porque me daba vergüenza revelar lo que me pasaba”, dijo, y luego agregó: “Aunque no lo crean, fingir que estoy bien me ha ayudado”. En la corte, Spears dijo que la han obligado a seguir usando un dispositivo intrauterino como método anticonceptivo y a tomar otros medicamentos, le han impedido casarse o tener más hijos y no le han permitido usar su propio dinero. Repudió a su padre y las demás personas que la controlan.
El discurso fue convincente por las mismas razones por las que puede resultar problemático para el tribunal. La cantante habló muy rápido, a menudo con términos groseros, y pudo parecer fuera de control mientras relataba las injusticias y la confusión emocional que le han ocasionado. “Me parece que su presentación en la corte no le hizo ningún favor”, dijo David Glass, un abogado de derecho de familia y doctor en psicología. “Las palabras le salieron como balas. Oscilaba rápidamente entre pensamientos e ideas. También admitió estar deprimida y llorar todo el tiempo. No soy su psicólogo, pero estas son cosas que potencialmente apuntan a que está sufriendo una enfermedad mental”.
La jueza prácticamente no se inmutó durante la dramática presentación, y se limitó a calificar de “valiente” el discurso de Spears. Hay evidencia de que Penny tiene en cuenta las opiniones de la cantante en sus decisiones. Recientemente la jueza designó a la firma de administración de patrimonio Bessemer Trust como coconservadora de las finanzas de Spears, pero mantuvo a su padre James Spears como coconservador en contra de sus deseos. Y Penny ha mantenido audiencias judiciales como la del miércoles cada vez más públicas, y ha dejado más documentos sin sellar desde que Spears presionó por una mayor transparencia.
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Britney y su padre James Spears.
En caso de no poner fin a la tutela, Penny podría modificarla para que sea más aceptable para Spears y ordenar una investigación inmediata sobre algunas de las acusaciones. “Estaría alarmada si fuera la jueza”, dijo Sarah Wentz, una abogada que se especializa en herencias. “Yo averiguaría lo antes posible si hay cosas que debamos revisar o corregir, para que el tribunal vea si no hay violaciones de derechos humanos”. Penny tiene espacio de sobra para hacer cambios que no terminen con la tutela por completo. “Lo que pueden hacer es tratar de elaborar un plan que cumpla con las metas y deseos de Spears de todas las maneras posibles, para que sólo tenga algunas cosas que se deban verificar”, dijo Wentz. “No tiene por qué ser una especie de «todo incluido»”, aclaró.
Antes de la presentación del miércoles, el abogado de Spears designado por la corte, Samuel Ingham III, dijo que no hizo ningún intento de “controlar” las palabras de su clienta. Eso probablemente significó que, si bien se sintió obligado a transmitir la solicitud de Spears para hablar, no estaba de acuerdo con su enfoque. “A los abogados no les gusta que sus clientes hablen mucho”, dijo el abogado Chris Melcher. “Nosotros sabemos qué decir y cómo decirlo. A veces, lo que dice el cliente puede volverse en su contra”. Melcher agregó que otra estrategia podría haber sido más efectiva: “Creo que sería mejor para ella una conducta tranquila, el reconocimiento de sus problemas pasados y la aceptación de las decisiones anteriores de la corte”.