Por Rodolfo Bella
La figura y los valores de Lisandro de la Torre persisten en el tiempo. Político nacido en Rosario, defensor del federalismo y enemigo acérrimo de la corrupción, diputado y fundador del Partido Demócrata Progresista en 1914 y candidato a presidente dos años después; promotor de la justicia social y legendario denunciante de lo que se conoce como el pacto Roca-Runciman, casi paga con su vida sus convicciones, algo que no ocurrió gracias a Aldo Bordabehere, que las pagó con la suya.
Sin embargo, con una trágica decisión, de la cual se cumplirán 80 años en enero, puso fin a la serie de frustraciones que padeció durante su vida pública. "Lisandro tendría que ser el ejemplo a seguir por todo aquel que ocupa un cargo público y lamentablemente no es así", dijo Sofía Carrasco, directora de la reposición de la obra "Lisandro, el fiscal de la patria" que se ofrece hoy, a las 21, en el teatro La Comedia (Mitre y Cortada Ricardone). La entrada es gratuita. La pieza cuenta con las actuaciones de Carlos Pautasso, Matías Pisano, Julio Chianetta, Daniel Agüero, Carlos Monci, Antonella Cattaneo, Clarisa Pistacchia, Sergio Garfinkel, Ricardo Debuc, Inda Laporta, Giuliana Benitez, Hugo Bruschini, Mauricio Marcantoni, Raquel Moya, Teresa Fabriccini y Angel Pisano.
—¿Cómo surge la idea de reponer esta obra? ¿Por qué en este momento?
—La idea surge porque el 6 de diciembre se cumplen diez años del estreno en el Teatro Nacional de Rosario, entonces pensamos que estaría bueno reponerla haciendo una adaptación, pensando qué queríamos trasmitir en esta oportunidad. Justamente en un año electoral como el que se venía y que ya nos imaginábamos que se iban a suceder acontecimientos dignos de ser contados. Y fue gracias a que tuvimos el apoyo del área de cultura del Partido Demócrata Progresista, que pudimos llevarla a cabo.
—¿Qué dificultades tiene abordar una figura histórica?
—Es toda una investigación desde lo actoral. Por suerte para nosotros existe mucho material sobre Lisandro, lo cual hizo la tarea más sencilla, pero lo fundamental fue tratar de transmitir su esencia y la complejidad de su pensamiento, la calidad del ser humano que era y sus cualidades cívicas.
—¿Qué vigencia tiene la figura de Lisandro de la Torre? ¿Cómo se proyecta su lucha con la corrupción en la actualidad?
—Siempre que haya hechos de corrupción la figura de Lisandro resurge de las cenizas como el ave fénix. Es ese personaje en el que primero pensamos cuando se trata de defender los intereses de la nación. Lamentablemente su lucha a veces es olvidada ya que los argentinos padecemos de una escasa memoria histórica, lo que nos lleva a repetir situaciones constantemente.
—¿De qué manera se proyecta el contexto político y social?
—Está plenamente vigente. La mayor parte de la obra está ambientada durante la Década Infame, una década que la marcó la corrupción, el fraude electoral y los grandes negociados. Mientras el pueblo pasaba hambre había una minoría privilegiada que se enriquecía. La actualidad que vivimos se ve proyectada constantemente en el transcurso de la obra.
—¿Se hizo alguna adaptación para esta reposición?
—Sí, hicimos una adaptación de la versión original junto con la autora, Claudia Sartorelli, que colaboró estrechamente con nosotros. Vimos la oportunidad de incorporar dos personajes nuevos, que son La Historia y La Actualidad Argentina, que se encargan de llevar al público a un paseo por la memoria y que están constantemente en puja y comparación desde la ironía y haciendo reflexionar al espectador sobre los hechos que sucedieron y que hoy por hoy, siguen sucediendo.
—¿Qué pensás de sus ideas?
—Lisandro fue un preclaro, un avanzado a su época, hijo dilecto de una generación irrepetible, que fue la de 1890, junto con del Valle, con Alem. Lisandro fue hasta casi un incomprendido, se podría decir. Era un evolucionista, fue un luchador por la justicia social y dueño de una mente brillante. Lisandro tendría que ser el ejemplo a seguir por todo aquel que ocupa un cargo público y lamentablemente no es así.
—¿Cómo es la puesta en escena?
—La puesta en escena fue todo un desafío, pero estamos felices porque el resultado fue maravilloso. Tratamos de trabajarla desde la idea de llevar al espectador de paseo por nuestra historia, llevando las emociones a flor de piel, pasando de momentos plenamente emotivos hasta algunos un tanto cómicos. Fue pensada para que más allá de ser una obra con un gran peso histórico y casi documental, tenga el dinamismo preciso para que pueda ser disfrutada tanto por el espectador que conoce de lo que se está hablando, como por el que simplemente va a verla porque quiere disfrutar de un buen espectáculo.
equipo. El numeroso elenco está encabezado por Carlos Pautasso, como Lisandro de la Torre, y Matías Pisano como Enzo Bordabehere.
"Siempre que haya corrupción su figura resurge de las cenizas", dijo Sofía Carrasco, directora de la obra
La adaptación incluye dos personajes, La Historia y La Actualidad, que llevan al público a un paseo por la historia